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¡Al ataque!

Relatos de hazañas bélicas alemanas en la II Guerra Mundial

Werner Lahne, Kurt Schaaf, et alii

¡Al ataque! - Relatos de hazañas bélicas alemanas en la II Guerra Mundial - Werner Lahne, Kurt Schaaf, et alii

192 páginas
21 x 15 cm.
Ediciones Nueva República
Colección «Tempestades de Acero» /5
Barcelona, 2010

Cubierta a todo color, con solapas y plastifica
da brillo
Págs. interiores con fotografías
 Precio para Argentina: 126 pesos
 Precio internacional: 21 euros

De repente y a poca distancia, suenan tiros de ametralladora y de fusil. Las balas dan a granel contra los blindajes y palastros de los vehículos y, entre exclamaciones, gritos y llamadas, se oye siempre de nuevo el grito enronquecido: “Mi teniente, mi teniente”
… Luego, el cabo de la patrulla de observación comparece ante su superior, respirando fatigosamente.
Comunica que los bolcheviques ya han rebasado el perímetro suroeste de Esverdlicovo y que continúan avanzando al amparo de los carros de asalto. Para el primer teniente B. no queda ya más que un solo recurso: retirarse con las piezas hasta el centro del pueblo y ocupar allí el importante puente que conduce sobre el riachuelo, manteniendo aquella posición, mientras duren las municiones. Los carros-oruga blindados apenas habían tenido tiempo de girar en redondo, cuando el pueblo entero se vio ya bajo la acción de un fuego violento de artillería. A pocos pasos explotan granadas de mano. “¡No hay tiempo que perder, soldados!” exclama el joven oficial.
“¡Al puente! ¡Ya les haremos pagar caro el avance!”.
[del relato del Reportero de guerra Erwin Kirchhof] 

 

 

 

ÍNDICE

Prólogo. Juan Antonio Llopart Senent 

Irrumpiendo por la línea Stalin.
-¿cómo se presenta la línea Stalin a la vista?
-Irrumpiendo en la línea Stalin.
-Al asalto de las primeras líneas de Bunkers.
-Haciendo explotar latas de bencina en el bunker soviético.
-El bunker soviético se rinde.
-¡Zapadores! ¡Adelante!
-Batiendo puentes en plena zona de combate.
-Stukas triturando la línea Stalin.

Tanques avanzando en tierra enemiga.
-El primer ataque de carros de asalto blindados.
-El General en primera línea.
-Con el jefe del destacamento avanzado.
-Tendiendo un puente en medio de una bendición de bombas.
-Tanques lanzándose al asalto de Baranowizce.
-Tanques protegiendo un ataque contra bunkers.
-Un Brigada y 4000 prisioneros.
-Duelo entre tanques y un tren blindado.
-Contra lanzallamas blindados de los soviets.

Los héroes de Esverdlicovo.
-Esverdlicovo.
-21 carros blindados en cinco días.
-El General.
-En el paraíso soviético.

En el fragor del combate.
-En el fragor del combate.
-Avanzando en botes neumáticos.
-Los “héroes colocaminas”.
-Un tren blindado con cargamento de sacos de arena.
-El caos imperante en Moscú.
-La destrucción de las comunicaciones en retaguardia.

La expedición “Jaguar”.
Episodios de Carros de Combate en Polonia, por W. Derfla. 

Tres aviadores y un regimiento completo, por Kurt Jentkiewicz. 

El afán de la gloria. Hazañas del as de la aviación Teniente Coronel Hans Ulrich Rudel, por Excelsior.

PRÓLOGO

Nadie puede negar, que desde el establecimiento del III Reich, el aparato de propaganda fue una de sus mejores armas. En efecto, al margen de sus grandes paradas militares y sus macro demostra­ciones de masas; numerosos folletos, libros y publicaciones fueron traducidos a decenas de idiomas con el fin de hacer llegar el mensaje del Reich a toda Europa, incluido gran parte del resto del mundo.
España no fue ajena a ello. Desde 1933 se editaron en nuestro país varios de estos folletos y libros. Tras el apoyo y colaboración del régimen alemán de Hitler con el alzamiento militar y civil iniciado el 18 de julio en España, esta propaganda del Reich fue en conside­rable aumento. Desde la embajada alemana, y a través de algunas editoriales como Blass o Rubiños, los españoles pudieron conocer de primera mano los hechos, opiniones y proclamas del Reich ale­mán, y seguir, así, de cerca todos los acontecimientos que antes y durante la II Guerra Mundial, se iban sucediendo.
En esta ocasión, Ediciones Nueva República, pone al alcance de sus lectores, a través de su colección Tempestades de Acero, alguno de esos folletos. Concretamente se han recuperado siete de ellos. Se trata de publicaciones que enaltecen las hazañas bélicas del ejército alemán. En ellas, la ideología pasa a un segundo, e incluso a un ter­cer plano, hasta llegar a pasar casi desapercibida. Se relatan acciones de guerra, de conquistas de tierra palmo a palmo en terrenos hosti­les, de compañeros de armas, de heridos o caídos. Se habla, en defi­nitiva, de la guerra en mayúsculas cuando existía honor en el horror.
Hemos recopilado dos textos del año 1940 publicados por la edi­torial madrileña Rudolf Kadner, ambos directamente relacionados con la invasión alemana de Polonia. Así mismo, hemos incluido los cuatro únicos textos conocidos de la Biblioteca Victoria, que usaban el sugerente lema "¡También nosotros estábamos allí!", y que fueron editados en 1941 y 1942. No hay que confundir estos textos que relatan episodios procedentes de primera mano de soldados ale­manes, con la publicación Victoria, la cual incluía reportajes de las operaciones militares alemanas con una gran profusión de fotogra­fías. Estos cuatro textos, sitúan los acontecimientos en el avance ale­mán sobre la Rusia soviética. Para finalizar esta recopilación, hemos añadido un curioso texto, editado en 1944 y firmado por el prolífico Excelsior, sobre el laureado As de la aviación alemana, la Lutfwaffe, teniente coronel Hans Erich Rudel.
Acostumbrados a leer en revistas y libros, y a visionar en la pequeña y gran pantalla, a unas fuerza armadas alemanes, cobardes, estúpidas, traicioneras y sádicas, producto todo ello, de la maquinaria propa­gandística de los vencedores de la última contienda mundial, el lec­tor encontrará en este libro relatos de heroísmo, camaradería, valor y entrega, principios que todo soldado de honor debería de asumir como propios, vista el uniforme que vista; principios, que el soldado alemán, y sus aliados, demostraron, tanto en la victoria como en la derrota y que, a pesar de todas las censuras, mentiras y falsedades ha llegado a ser reconocido por algunos valientes adversarios.

Juan Antonio Llopart