Libreria Argentina Libreria Argentina Libreria Argentina

 

Aportes al pensamiento nacional

 

Alberto Buela

Aportes al pensamiento nacional - Alberto Buela

110 páginas
Ediciones Cultura et Labor
1987

Encuadernación rústica
 Precio para Argentina: 35 pesos
 Precio internacional: 10 euros

Sin lugar a dudas la idea de Comunidad Organizada es dentro de la exposición doctrinaría justicialista la más reiteradamente mencionada por pensadores y dirigentes que hacen referencia a ella en todo discurso.
Pero el hecho cierto es que se la usa como muletilla y no se la desarrolla en su contextura filosófico política. Por este motivo, nosotros pretendemos a través del presente trabajo lograr una exposición clara y distintiva de la noción de la Comunidad organizada que por otra parte es, a nuestro juicio, el aporte más original y significativo que hace el peronismo a la filosofía política.
La teoría política justicialista de Comunidad Organizada ha sido, como toda teoría, objeto de más de una interpretación
Nosotros sostenemos que en la visión tradicional del peronismo, la lectura internacional, debe llevarse a cabo sobre el eje Liberación o Dependencia.
El proyecto educativo responderá a la vocación del educando, más bien que a los ideales laborales del Estado. La relación capital-trabajo se debe estructurar sobre la participación en la propiedad y finalmente, la vinculación de la sociedad civil, con el Estado, debe realizarse sobre la noción de factores concurrentes.

 

ÍNDICE


PROLOGO            9
INTRODUCCIÓN            11
Capitulo I
BOSQUEJO DE LA IDEA DE "COMUNIDAD ORGANIZADA"          17
Capítulo II
RESPUESTAS ACTUALES A LA CUESTIÓN SOCIAL 25 Capítulo III
SOBRE EL CONCEPTO JUSTICIALISTA DE LA CULTURA 41
Capítulo IV
DEMOCRACIA LIBERAL O DEMOCRACIA SOCIAL            47
Capítulo V
NORTE-SUR O LIBERACIÓN-DEPENDENCIA          55
Capítulo VI
COMUNIDAD ORGANIZADA Y PODER POLÍTICO EN ARGENTINA       63
Capítulo VII
EL MOVIMIENTO OBRERO Y SUS ENEMIGOS HOY        71
Capítulo VIII
NACIÓN Y CONSTITUCIÓN
Capítulo IX
COMUNIDAD Y SOCIEDAD   79
Capítulo X
SOBRE LA ESENCIA DEL ESTADO     93
Capítulo XI
GRÁFICOS SOBRE LA IDEA DE COMUNIDAD ORGANIZADA      101             

INTRODUCCIÓN

Sin lugar a dudas la idea de Comunidad Organizada es dentro de la exposición doctrinaría justicialista la más reiteradamente mencionada por pensadores y dirigentes que hacen referencia a ella en todo discurso.
Pero el hecho cierto es que se la usa como muletilla y no se la desarrolla en su contextura filosófico política. Por este motivo, nosotros pretendemos a través del presente trabajo lograr una exposición clara y distintiva de la noción de la Comunidad organizada que por otra parte es, a nuestro juicio, el aporte más original y significativo que hace el peronismo a la filosofía política.
La teoría política justicialista de Comunidad Organizada ha sido, como toda teoría, objeto de más de una interpretación. Según nuestro criterio ha habido básicamente cuatro interpretaciones, que son:
a) Filo-Fascista: Entendió que los organismos del pueblo debían estar al servicio del gobierno o peor aún, de determinados aparatos del Estado, tal como ocurrió con López Rega y algunos otros.
b)    Montonera: Visualizó la idea como un instrumento para llegar a la Revolución Marxista, y no como un fin político en sí.
c)    Tradicional: Que es donde nos inscribimos.
d)    Social-Demócrata: Es hoy por hoy la de mayor divulgación a través de los medios masivos de comunicación.
Por ser esta última de gran actualidad, es que nos detendremos a establecer las diferencias entre el proyecto de la Social-Demo­cracia y nosotros.
A fin de evitar equívocos, aclaramos que exponemos ideas sin adoptar juicio sobre las personas. Y si hemos de hacer nombres será al solo efecto de que el lector se ubique políticamente.
La Social-Democracia no surge espontáneamente, de la noche a la mañana, ni se encuentra resumida en un libro o en un autor. Es un sistema de ideas que se ha ido estructurando desde los diversos centros de poder mundial para dominar a los pueblos bajo la idea de una sociedad progresista (concepto de modernización), permisiva (concepto de libertinaje) y democrática (concepto de forma de vida).
En los EEUU se destacaron John Kennedy con su Partido De­mócrata que tuvo por ideólogo a Pierre Schlessinger, y más recientemente a James Cárter y Zbigniew Brzezinski. En Europa el más conspicuo representante ha sido el canciller alemán Willy Brandt con su partido socialista, luego por el resto de los partidos socia­listas que se han encaramado en el poder en el último lustro.
La idea rectora del pensamiento social-demócrata es, más allá de sus contenidos distintivos, que cada gobierno -sea liberal, con­servador, socialista o peronista- debe respetar el papel que el gobierno mundial le na fijado previamente. Como ha sostenido muy bien Hilario López, para este gobierno mundial como para toda lo­gia, "la decisión es anterior a la deliberación" y la instrumenta­ción, una cuestión de hábil mimetismo que adopta características multifacéticas.
El cumplimiento de los acuerdos de Yalta y Postdam debe ha­cerse bajo la mascarada democrática y progresista. Esto es, gobier­nos en apariencia enfrentados a los regímenes reaccionarios, pero que obedecen a los planes -en nuestro caso- del imperialismo Anglo-Sajón. Es decir, los gobiernos social-demócratas no deben presentar ninguna arista, ninguna desintonía respecto del "paradigma de gobierno" bendecido desde años por la Sinarquía Internacional.
Cito a Perón en el Modelo Nacional: "No siempre los países han definido con exactitud el tipo de democracia que desean, ni han calificado la democracia en la cual viven. Hemos aprendido, que ocultar el tipo de democracia que se quiere, constituye la me­jor manera de preservar el tipo de democracia que quieren los demás".
Así a modo de ejemplo, al peronismo hay que quitarle su sentido revolucionario, o mejor aún, contrarrevolucionario, si el térmi­no de la comparación es la Revolución Mundial en sus sucesivas etapas de Reforma, Revolución Francesa y Revolución Bolchevique, para transformarlo en un pensamiento burgués, en un refor-mismo amarillo. Pero eso sí, bajo las banderas de un progresismo social cuyas metas no sean efectivamente viables. Así, decimos, la social-democracia a través de Willy Brandt, impuso la lectura po­lítica internacional sobre el eje Norte-Sur, en reemplazo del eje Liberación-Dependencia.
Por su parte Francois Mitterrand, con su proyecto educativo de especialización universitaria, contra el que se han levantado los es­tudiantes de París, se encuentra en coincidencia con lo expuesto por el presidente del justicialismo capitalino. Por su parte, promi­nentes dirigentes actuales, que sostienen la falacia de la cogestión empresaria como rasgo de una evolución insoslayable, coinciden con la izquierda progresista norteamericana enquistada en el Parti­do Demócrata. La versión de autogestión sindical en las empresas del Estado, como proponen las fundaciones alemanas Adenauer o Friedrich Ebert, es sostenida incansablemente por un ex-secretario de Luz y Fuerza y por reconocidos dirigentes gremiales. Sobre lodo los vinculados a la CLAT.
Vemos pues, que el riesgo es grande, porque la desviación es mucha. Y así, para responder a los ejemplos, para que se aprecie bien la diferencia, sostenemos, que en la visión tradicional del peronismo, la lectura internacional, debe llevarse a cabo sobre el eje Liberación o Dependencia.
El proyecto educativo responderá a la vocación del educando, más bien que a los ideales laborales del Estado. La relación capital-trabajo se debe estructurar sobre la participación en la propiedad y finalmente, la vinculación de la sociedad civil, con el Estado, debe realizarse sobre la noción de factores concurrentes.

PRÓLOGO

Este último trabajo del profesor Buela, fruto de su docencia-militante, nos introduce profundamente en los fundamentos ideológicos de la socialdemocracia y del justicialismo lo que nos permite, a su vez, establecer la sustancial diferencia entre una y otra concepción política.
Este libro viene a completar, desde el pensamiento nacional, el publicado por Fermín Chavez sobre la socialdemocracia. Así, este último la analiza desde el punto de vista histórico, en tanto que Buela lo hace desde la perspectiva filosófico-política, en contraposición con el peronismo.
Demás está decir que nosotros, en tanto dirigentes sindicales, nos sentimos reconfortados al leer los capítulos sobre la cogestión y la autogestión -caballos de Troya de la socialdemocracia y de su variante socialcristiana dentro del gremialismo nacional y peronista-. La sencillez y claridad expositiva nos los hacen recomendables a todos los compañeros sindicalistas que quieren darse cuenta, más en detalle, de esta maniobra que se teje sobre nosotros para usamos y usar nuestras organizaciones bajo la apariencia de servir a un proyecto progresista y liberador, cuando en realidad nos ponen al servicio de un proyecto dependiente, como lo es el socialdemócrata y su variante socialcristiana para Hispanoamérica.
El trabajo cambia de tono cuando el autor nos introduce en los temas de nación y constitución, comunidad y sociedad y, sobre todo, cuando se ocupa de la esencia del Estado. Acá, Buela, muestra toda su enjundia filosófica y su penetración intelectual, poniéndose a la altura de los grandes pensadores. Pero esto ya escapa a nuestro dominio.
Para finalizar, queremos simplemente recomendar a los compañeros de las otras organizaciones hermanas, la lectura continuada, no sólo de este libro, sino también la de todos aquellos pensadores nacionales como Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, Er­nesto Palacios, Ramón Dolí, Leonardo Castellani, Arturo Sam-pay, J. L. Torres y tantos otros, que han contribuido al rescate de nuestra identidad cultural y a la afirmación de una Argentina grande, justa, libre y soberana.

Oscar Roberto Silva
Secretario General del Sindicato de Vendedores Ambulantes (SIVARA)