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Hinduismo y budismo

 

Ananda K. Coomaraswamy


Hinduismo y budismo - Ananda K. Coomaraswamy

128 págs.
Editorial Paidós
Colección Orientalia
1997
15,5 x 22 cm
Encuadernación rústica
Precio para Argentina.: 106 pesos
Precio internacional: 21 euros

 

El hinduismo es la más antigua de las religiones o, más bien, de las disciplinas metafísicas de que tenemos un conocimiento completo y preciso por fuentes escritas y, en lo que atañe a los dos últimos milenios, por documentos iconográficos. Es también una disciplina que sobrevive en una tradición intacta, vivida y comprendida hoy por millones de seres humanos. El budismo, en cambio, empieza con el mito, la vida misma del fundador, pero la personalidad de este último aparece totalmente oculta por la sustancia eterna con que se identifica. ¿Son suficientes estas características básicas para distinguir y definir ambas religiones? ¿Resulta válida la descontextualización para un análisis global? A estas preguntas, entre otras muchas, intenta responder Coomaraswamy en este libro imprescindible, un estudio del hinduismo y del budismo particularmente interesante porque, como era de prever, no se contenta con explicar el significado de estas dos grandes religiones, sino que las compara sistemáticamente con las grandes corrientes del pensamiento occidental tanto para analizarlas con mayor nitidez como para situarlas en su justo lugar.

 

ÍNDICE

Nota de los traductores
Advertencia del autor
Abreviaturas de las referencias utilizadas en las notas
Primera parte
EL HINDUISMO
Introducción
I   El mito
II  Teología y autología
III La vía de las obras
IV  El orden social
Segunda parte
EL BUDISMO
Introducción
I  El mito
II La doctrina

INTRODUCCIÓN

El brahmanismo o hinduismo (1) no es sólo la más antigua de las religiones de misterios, o más bien de las disciplinas metafísicas, de las que tenemos un conocimiento pleno y preciso proveniente de fuentes literarias, y, en lo que concierne a los últimos dos mil años, también de documentos iconográficos, sino, quizás, también la única de éstas que ha sobrevivido con una tradición íntegra, y que es vivida y comprendida en el presente día por muchos millones de hombres, de quienes, algunos son campesinos, y otros hombres instruidos bien capaces de explicar su fe, tanto en lenguas europeas como en sus propias lenguas. Sin embargo, y aunque las escrituras y prácticas antiguas y recientes del hinduismo han sido examinadas por eruditos europeos durante más de un siglo, apenas sería una exageración decir que podría darse una estimación fiel del hinduismo en la forma de una negación categórica de la mayor parte de las afirmaciones que se han hecho a su respecto, tanto por los eruditos europeos como por los eruditos indios educados en nuestros modos modernos de pensamiento escéptico y evolucionista (2).

Por ejemplo, se podría comenzar observando que la doctrina védica no es ni panteísta (3) ni politeísta, ni un culto de los poderes de la Naturaleza, excepto en el sentido en que Natura naturans est Deus y todos sus poderes son sólo los nombres de los actos de Dios; que karma no es «fatum», excepto en el sentido ortodoxo del carácter y el destino que es inherente a las cosas creadas mismas, y que, comprendido rectamente, determina su vocación (4); que mŒyŒ no es «ilusión», sino más bien la medida y los medios maternales esenciales a la manifestación de un mundo de apariencias cuantitativo (5), y en este sentido «material», por el que nosotros podemos ser iluminados o engañados según el grado de nuestra propia madurez; que la noción de una «reencarnación», en el sentido popular del retorno de los individuos fallecidos a un renacimiento en esta tierra, sólo representa una incomprensión de las doctrinas de la herencia, la transmigración y la regeneración; y que los seis dar§anas de la «filosofía» sánscrita posterior no son otros tantos «sistemas» mutuamente exclusivos sino, como su nombre mismo implica, otros tantos «puntos de vista» que no son más mutuamente contradictorios que, digamos, la botánica y las matemáticas. También negaremos la existencia en el hinduismo de algo único y peculiar a él mismo, aparte del color local y de las adaptaciones sociales que deben esperarse bajo el sol, donde nada puede conocerse excepto en el modo del conocedor. La tradición india es una de las formas de la Philosophia Perennis, y como tal, encarna esas verdades universales de las que ningún pueblo o edad puede pretender la exclusiva. Por consiguiente, el hindú acepta de buena gana que otros hagan uso de sus propias escrituras, como «pruebas extrínsecas y probables» de la verdad como ellos también la conocen. Además, el hindú argumentaría que un verdadero acuerdo entre culturas diferentes sólo puede efectuarse sobre estas alturas.

Intentaremos exponer ahora los fundamentos positivamente: sin embargo, no como esto se hace usualmente, de acuerdo con el «método histórico» (6), que obscurece la realidad más que la ilumina, sino desde un punto de vista estrictamente ortodoxo, tanto en lo que concierne a los principios como a su aplicación; procuraremos hablar con precisión matemática, pero sin emplear nunca nuestras propias palabras (7), y sin hacer nunca afirmaciones para las que no pueda citarse una autoridad por capítulo y versículo; al trabajar de esta manera haremos nuestra técnica característicamente india.

No podemos intentar un examen de la literatura religiosa, puesto que esto equivaldría a una historia literaria de la India, historia literaria en la que no podemos decir donde acaba lo que es sagrado y donde comienza lo que es secular, y en la que incluso los cantos de los bardos y de los hombres de escena son los himnos de los Fieles de Amor. Nuestras fuentes literarias comienzan en el Rigveda (1.200 o más a. C.), y acaban sólo con los más recientes tratados teológicos Vai·öavas, êaivas y Tántricos. Sin embargo, debemos mencionar especialmente la Bhagavad G´t (8), probablemente como la obra más importante producida nunca en la India; este libro de dieciocho capítulos no es, como a veces se ha llamado, una obra «sectaria», sino una obra que se estudia universalmente y que a menudo se repite de memoria a diario por millones de indios de todas las persuasiones; puede describirse como un compendio de toda la doctrina védica que se encuentra en los antiguos Vedas, BrŒhmaöas y Upani·ads; y debido a que es la base de todos los desarrollos posteriores, puede considerarse como el foco de toda la religión india. A esto debemos agregar que los seudo-históricos Krishna y Arjuna han de identificarse con los míticos Agni e Indra.

 

NOTAS:
1. [El término brahmanismo, para designar la religión de los hindúes, fue aplicado erróneamente por primera vez por los orientalistas en Europa. No se apoya en ninguno de los textos sagrados de los hindúes. El término «hinduismo» ha sido aceptado por el uso para significar el Santana Dharma, particularmente en sus aplicaciones al vie•a dharma de los hindúes.— EDITOR]
2. En todo el RV. no hay ni una sola referencia a ninguna persona histórica o evento histórico, sino que, como dice Sayana, todo en él es eterno (nityam) el «past tense» inglés, presente, pasado y futuro
3. «La acusación de Panteísmo que se ha colgado en su puerta, se refuta por la extravagancia misma de los términos en los cuales afirma la Trascendencia de la Divinidad», —se aplicará igualmente a Eckhart y al brahmanismo. C. G. Roll, sobre Dionysius (1920, p. 34).
4. Karma es la ley de la acción y la reacción concordante, y Dharma es la naturaleza inherente. Uno lleva a cabo acciones o actos de acuerdo con su propia naturaleza inherente. Dharma es también Lex aeterna, Justicia o Rectitud ideal o absoluta, la dikaiosyngriega, como en Platón y Lucas 12.31; la parte proporcionada de esta Justicia que pertenece a un individuo, es su «propia-justicia» (sva-dharma), la vocación, la función social, o el deber, en tanto que determinado para él por su propia naturaleza
5. Ver nota 257 sobre My en la Sección sobre «Budismo».
6. Ver René Guénon, Introduction to the Study of the Hindu Doctrines, Londres, 1945, p. 58. Cf. Walking on the Water, p. 17, nota 24, donde la fecha de un texto «no necesita considerarse como de importancia para nuestros propósitos aquí». No tenemos intención de ignorar el valor del «método histórico» para algunos propósitos; pero no pensamos que sea necesario en la exposición de doctrinas, que es el único propósito del presente volumen.
7. «Nosotros no sacaremos nada de nuestro propio almacén». —Filón, Op.5 (De Opificio Mundi). «Ningún pronunciamiento de un profeta es nunca suyo propio». —Filón, Spec. 4-49 (De Specialibus Legibus).
8. «...Puede decirse que entre las escrituras sagradas de la humanidad no hay probablemente ninguna otra que sea a la vez tan grande, tan completa, y tan breve» —Sister Nivedita, The Web of Indian Life, ed. 1967 Complete Works of Sister Nivedita, Vol. II, p.189

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