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Vida y Muerte de la Luftwaffe

Werner Baumbach

 

 

Vida y Muerte de la Luftwaffe (Zu Spät?) - Werner Baumbach

 

edición de lujo
ilustrado con fotos,
37 fotografías, 12 vistas + anexos
tapa dura, sobrecubierta a color
Editorial Niseos
290 páginas
23x16 cm
2006
 Precio para Argentina: 90 pesos
 Precio internacional: 26 euros

 

 

 

La Vida y Muerte de la Luftwaffe es la historia de las fuerzas de bombardeo alemanas en la Segunda Guerra Mundial.
La contraparte a la historia de las fuerzas de Caza narrada por Adolf  Galland en “Los Primeros y los últimos”.
Designado General de los Bombarderos, el puesto más alto en el comando de bombarderos de la Luftwaffe. Werner Baumbach combatió como piloto de bombardeo en picado en Narvik y Dunquerque. Más tarde comandó las fuerzas de la Luftwaffe en Noruega, atacando convoyes aliados en la ruta a Murmansk, y lideró las flotas de bombardeo alemán en el frente Ruso y en el Mediterráneo.
Un crítico abierto de los errores de conducción de la Lutftwaffe cometidos por Göring y Hitler. Baumbach se salvó de ser retirado solo por su extraordinario record de liderazgo y coraje.
En "La Vida y Muerte de la Luftwaffe", él presenta una rara visión interna de las decisiones y estrategias Alemanas,  basada en las experiencias personales de combate v los archivos oficiales de la Luftwaffe, desde la Blitzkrieg (guerra relámpago) en Polonia y la caída de Francia hasta la Batalla de Inglaterra, el asedio de Stalingrado, y el colapso del poder aéreo Alemán bajo el torrente de bombardeo Americano en el final de la Segunda Guerra Mundial.

 

DESCRIPCIÓN

Werner Baumbach, una de las más destacadas figuras de la Fuerza Aérea Alemana de la Segunda Guerra Mundial, tenía 34 años cuando escribió este libro. Al final de la guerra había alcanzado el rango de Coronel y tenía el cargo de General de los Bombarderos en la Luftwaffe.
Después de un largo período de servicio en el Este, fue empleado como Comandante de la Flota de Bombardeo en el Norte de Noruega, en el Mar Negro y en el Mediterráneo. A través de su amistad con Hans Jeschonnek, el Jefe de Estado Mayor, y Ernst Udet, el Cuartelmaestre General del Aire, él con otros oficiales jóvenes del frente, fue capaz de llevar a cabo una reorganización del arma de Bombardeo. Por sus servicios en acción, fue el primero que obtuvo el honor de ser condecorado con las Hojas de Roble con Espadas a la Cruz de Caballero (de la Cruz de Hierro), la más alta distinción a ser dada a un piloto de Bombarderos en la Segunda Guerra Mundial.
En Agosto de 1945 fue llevado a Inglaterra. Pasó casi 6 meses en un campo de interrogación inglés. Se le dijo que se lo acusaría de '"criminal de guerra" en base a que había disparado sobre náufragos y había sido el Comandante del Grupo de Bombardeo KG 200. Luego de interminables interrogatorios e investigaciones. Baumbach pudo demostrar concluyentemente que durante la guerra ni él ni ninguna unidad bajo su mando habían violado la convención de La Haya. En Febrero de 1946, después de ulteriores investigaciones por el Cuartel General Americano, fue puesto en libertad.
El Profesor Bruce C. Hopper, historiador de la Universidad de Harvard, le pidió que lo ayudara con su trabajo. Durante un año trabajaron juntos en estudios sobre el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Entonces Hopper le sugirió a Baumbach que escribiera este libro. Así fue que este aviador, que desde sus días escolares había tenido pasión por la historia y la escritura, se transformó en un autor.
En 1948, con permiso de los Aliados, emigró con su mujer e hijo a la Argentina y se convirtió en asesor técnico de empresas industriales y trabajó en el desarrollo de los problemas del vuelo a control remoto. Durante un experimento con un avión se estrelló y se ahogó en el Río de la Plata en 1953. El Gobierno Argentino mandó sus restos a su pueblo natal de Cloppenburg en Oldenburg, Alemania. Al momento de su muerte Baumbach tenía 36 años.

Nota de la edición Argentina


Los editores acercan al lector hispano las memorias del más famoso de los pilotos de bombardero alemán de la Segunda Guerra Mundial, cuyo título original es ZU SPÄT? (¿Demasiado Tarde?) y que en sus escritos deja trascender, más de una vez, los errores cometidos por el Estado Mayor de la Luftwaffe y la miopía de Hitler con respecto a la planificación estratégica y la consecuente doctrina de combate con la cual combatió la fuerza de bombarderos de la Luftwaffe.
Este hombre valiente fue galardonado con una de las más altas condecoraciones alemanas ganada en el frente aéreo (El 16 de agosto de 1942 recibe la Cruz de Caballero para la Cruz de Hierro con Hojas de Roble y Espadas), como comandante de bombardero al principio de la guerra y que sigue ascendiendo todo el escalafón por méritos propios demostrados en combate, y además por sus dones de mando e inteligencia, también trascendió entre sus camaradas por su entereza moral, la cual le exigía decir todo y no callarse nada.
Fue un espectador y a la vez partícipe privilegiado que nos hace saber todos los pormenores que acontecían en el Estado Mayor de la Luftwaffe y de las catastróficas decisiones tomadas por Göring y su camarilla acomodada. Son muy interesante los relatos de los últimos tiempos antes de la derrota, por un lado la planificación, desarrollo, producción y la puesta en el frente de nuevas armas, y por otro lado intentando salvar de la destrucción lo poco que quedaba en pie en Alemania por la orden de Hitler de "destrucción total".
Las memorias de Werner Baumbach finalizan con la derrota de Alemania y luego de ser dejado en libertad como prisionero de guerra y ser declarado "no nazi" por los comités de desnazificación creados por los Aliados, trata de reinsertarse en el mundo civil. Al mismo tiempo ayuda, como testigo, a su amigo Albert Speer en el juicio de Nüremberg.
En la inmediata posguerra, entre los años 1946/1947, Argentina envía misiones a Europa con la consigna de interesar a técnicos y militares altamente profesionalizados para trabajar y desarrollar un polo de alta tecnología y es así como el Coronel Werner Baumbach llega a Argentina junto con otras personalidades como el General Adolf Galland, el Coronel Hans Ulrrich Rudel, el Ing. Kurt Tank, los Ingenieros Reimar y Walter Horten y otros mas.
En el mes de julio de 1948 es nombrado "Asesor técnico" de la Di­rección General de Fabricaciones Militares, pasando a trabajar en el "Departamento de Armas y Municiones Especiales". Aquí asesoró sobre su experiencia (misil alemán Henschel Hs-293) con respecto a la doctrina de uso y puesta a punto de un misil aire-superficie radio guiado, desarrollándose el misil PAT-1 (Proyectil Argentino Teledirigido 1) de una longitud de 3.54 metros y una carga explosiva de 500 Kg. y que estaba propulsado por un motor cohete tipo Walter y el tanque de combustible estaba alojado en un tanque externo, alcanzando una velocidad de 1.000 Km./h.
El 20 de octubre de 1953 se programó un vuelo más de prueba de este misil en un bombardero Avro Lancaster (B-036) con 5 tripulantes, entre ellos Baumbach, y a raíz de un desperfecto en los motores cuando estaban sobrevolando el Río de la Plata deciden acuatizar cerca de las costas de la ciudad de Quilmes, en la provincia de Buenos Aires y, a raíz del choque contra el agua, el avión se destroza y rápidamente se hunde, muriendo de esta forma él y dos tripulantes más.
Sus restos fueron velados en el edificio de la empresa Fabricaciones Militares y el responso se realizó en el Cementerio Alemán de la Ciudad de Buenos Aires, estando presentes su esposa y los tres hijos del matrimonio. Las palabras de despedida estuvieron a cargo del General Adolf Galland, como así también se leyó una misiva del Coronel Hans Ulrich Rudel que por razones de trabajo no pudo concurrir a la despedida del camarada. También estuvieron presentes el Embajador de Alemania Federal y altas autoridades del Estado Argentino. Es de destacar la gran cantidad de personas que se acercó al cementerio para brindar el último adiós. El cuerpo fue repatriado a Alemania para ser sepultado definitivamente allí.
Octubre, 2006

Nota de los editores Alemanes
Los editores están plenamente conscientes de su responsabilidad en la producción de este libro. La guerra aérea, y todo lo asociado con ella que se describe en este libro, puede ser un tema provocativo para las mentes militantes. Se debe correr el riesgo si hemos de conocer el verdadero curso de los eventos que llevaron a nuestra nación a la catástrofe militar, política, moral y económica de 1945. El lector no puede evitar asomarse al abismo. Nadie, con un real sentido de la responsabilidad, que se inteRna profundamente en todo este acontecer, puede escapar a la conclusión de que no se pueden olvidar algunas de las cosas que ocurrieron entre los años 1939 a 1945. El nombre de Hitler, el NSDAP (Partido Nazi), la Gestapo, la SS, y desgraciadamente mucho de lo que la Wehrmacht alemana hizo, por siempre van a cubrirnos de vergüenza. Pero eso no puede evitar que se narre la verdad o que el honor y la verdad sean separadas de las mentiras y fraudes. Países extranjeros han hecho justicia al carácter de Baumbach como se lo merece.
Este libro es el producto de una riqueza casi única de eventos y experiencias que le acontecieron al autor a una edad que ordinariamente es considerada demasiado joven para la evaluación moral de tales impresiones. Aún así, hay una sorprendente madurez en su obra y su personalidad. Por eso el carácter subjetivo del libro, particularmente en los extractos de su diario, que impresiona a los lectores muy fuertemente.
Pero sus reflexiones son más que meras memorias. Su valor documental es tan grande como la insistencia del autor en la verdad y la objetividad. El libro no solo es el trabajo especialista más exhaustivo sobre la Luftwaffe alemana a la fecha, sino una refutación convincente de todas las leyendas sobre sabotaje o "la puñalada en la espalda".
Baumbach es un camino intermedio a siguientes investigaciones y juzgamientos históricos, y su libro sirve, como dijo una vez Friedrich Meinecke, como un paso previo a futuros intentos de entender nuestro destino. En el armado de la rica fuente de material histórico, el autor ha tenido la ayuda del bien conocido historiador Profesor Bruce C. Hopper, por cuya sugerencia este libro fue escrito.
No provee ningún tipo de incentivo a tendencias militantes o nacionalistas. La historia completa de la tragedia de una fuerza armada, y los extractos de diarios, informes y cartas, van a curar aún a la más aventurera de las mentes jóvenes de la idea de guerras "alegres y gozosas". Las sombras del pasado que hicieron que el autor le dijera a un periodista de la revista QUICK que él odiaba la guerra y nunca más dejaría caer una bomba, hablan un lenguaje demasiado elocuente. El libro es también una más efectiva exposición de la dictadura que cien discursos bienintencionados de demócratas modernos.
Cada era es un enigma que solo el futuro puede resolver. El Nacional Socialismo fue la "Danza de San Vito del Siglo Veinte" (Rauschning). Negó la libertad de conciencia individual. Pero el Hombre es su representante, no su producto. El posee la libertad de decisión, ese es su derecho eterno mientras viva. Pero también se encuentra con la necesidad de tomar decisiones, y ese es el precio que tiene que pagar por su libertad. En unas pocas páginas Baumbach saca sus conclusiones para un futuro incierto. El suplica y advierte que en la era del técnico "¿demasiado tarde?" no debe convertirse en un "demasiado tarde" real.

El Autor
Werner Baumbach, una de las más destacadas figuras de la Fuerza Aérea Alemana de la Segunda Guerra Mundial, tenía 34 años cuando escribió este libro. Al final de la guerra había alcanzado el rango de Coronel y tenía el puesto de General de los Bombarderos en la Luftwaffe.
Nació el 27 de diciembre de 1916 en la pequeña villa de cloppenburg en Oldenburg. Llegó a la Luftwaffe por medio de los planeadores. Scapa Flow, Fiordo de Forth, Dunkerque, son los primeros pasos en su sin precedente carrera como piloto de bombardeo en picado. Después de un largo pe­ríodo de servicio en el Este, fue empleado como Comandante de la Flota de Bombardeo en el norte de Noruega, escenario de los ataques a los convoyes Árticos, y subsecuentemente en el Mar Negro y en el Mediterráneo.
A través de su amistad con Hans Jeschonnek, el Jefe de Estado Ma­yor, y Ernst Udet, el Cuartelmaestre General (Aire), él, con otros oficiales jóvenes del frente, fue capaz de llevar a cabo una reorganización del arma de bombardeo. Por sus servicios en acción, fue el primero que obtuvo el honor de ser condecorado con las Hojas de Roble con Espadas a la Cruz de Caballero (de la Cruz de Hierro), la más alta distinción a ser dada a un piloto de bombarderos en la Segunda Guerra Mundial. Subsiguientemente, fue comisionado para ensayar nuevas armas, tales como las bombas guiadas. Esta tarea le permitió estar en contacto casi diario con las altas jerarquías. Se hizo amigo personal muy cercano de Albert Speer, el Ministro de Producción de Guerra (armamentos).
En la última fase de la guerra, junto con Speer, fue capaz de evitar destrucciones terribles en Alemania debido a la fuerza de sus argumentos, su integridad personal y su coraje en conferencias con Himmler, Göring y Goebbels. En los juicios de Nüremberg, Speer dijo cuando estaba testimoniando, "Baumbach, el Coronel Knemeyer (Coronel Siegfried Knemeyer, jefe de la Oficina Técnica de Desarrollo de Armamentos) y yo fuimos capaces de asegurar que los últimos desarrollos técnicos en la guerra aérea fueran lleva­dos a Occidente y se previno su explotación por parte de los Soviéticos".
La capitulación encontró a Baumbach en Flensburg Mürwik. En agosto de 1945 fue llevado a Inglaterra. Pasó casi 6 meses en un campo de interrogación Inglés. Se le dijo que se lo acusaría de "criminal de guerra" en base a que había disparado sobre náufragos y había sido el comandante del Grupo de Bombardeo N° 200 (KG200). Luego de interminables interrogatorios e investigaciones, Baumbach pudo demostrar concluyentemente que durante la guerra ni él ni ninguna unidad bajo su mando había viola­do la convención de La Haya.
En febrero de 1946, después de ulteriores investigaciones por el Cuartel General Americano, fue puesto en libertad. El Profesor Bruce C. Hopper, historiador de la Universidad de Harvard, le pidió que lo ayudara con su trabajo. Durante un año trabajaron juntos en estudios sobre el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Entonces Hopper le sugirió a Baumbach que escribiera este libro.
Así fue que este aviador, que desde sus días escolares había tenido pasión por la historia y la escritura, se transformó en un autor. Fue ayudado por el hecho de que había protagonizado los episodios de los cuales escribe tan gráficamente a una edad a la cual "un joven oficial de la com­pañía difícilmente se atreva a hablan durante la comida de los oficiales", como una vez dijo Bernard Shaw.
En la primavera de 1948, con permiso de los Aliados, emigró con su mujer e hijo a la Argentina y se convirtió en asesor técnico de empresas industriales.
Sus múltiples actividades durante la guerra han dado lugar a muchas leyendas, rumores y conjeturas acerca de su persona, particularmente después que terminó la guerra. La Prensa inglesa lo llamó "el Lawrence alemán de la Segunda Guerra Mundial". El único elemento verdadero en todas ellas, es que en todo su trabajo y acciones Baumbach consideraba el lado humano como el único que importaba, y tanto durante como después de la guerra dijo lo que pensaba sin importarle las consecuencias que ello le provocara.
Cuando un periodista alemán le habló después de la guerra le dijo "Soy todavía un piloto entusiasta, pero solo por placer. Aborrezco la guerra y nunca voy a volver a tirar una bomba. Mis ambiciones militares son cosa del pasado."
Sus ideas sobre el desarrollo futuro de armamentos y la guerra en el aire lo convirtieron en uno de los expertos en estrategia aérea reconocido internacionalmente.
En la Argentina, Baumbach trabajó en el desarrollo de los proble­mas del vuelo a control remoto. Durante un experimento con un avión se estrelló y se ahogó en el Río de la Plata. El Gobierno Argentino mandó sus restos a su pueblo natal de cloppenburg en Oldenburg, Alemania. Al momento de su muerte Baumbach tenía 36 años.

PREFACIO


Una vez más estoy hojeando mi libro de vuelo para encontrar un pensamiento que sirva como una introducción a este libro.
He escrito sobre la guerra. Los hechos se destacan, desnudos, sin remordimiento. El lado técnico a menudo parece relegar el aspecto humano de la gran catástrofe, hacia un costado. De modo sobrio y apropiado prefiero dejar al experto y al aviador las correctas conclusiones a ser deducidas de las preguntas y problemas que surgen en nuestro exclusivo dominio. Aún así, este libro no ha sido escrito solo para los expertos, sino para un círculo más grande, cuyo interés en la naturaleza y el desarrollo de la aviación necesita un tratamiento popular de una cuestión altamente compleja. Esto me induce a hacer conocido mi propio punto de vista como ser humano.
En esta ardua tarea no debería desear cansar al lector con mi propia, si bien llena de eventos, corta carrera. Algunas anotaciones en las últimas páginas de mi diario de guerra deberían permitirle comprender mi visión mental:
"Por cierto la tierra es un Todo solo para alguien que es él mismo; un Todo, se rompe y se desmiembra solo para aquellos que son ellos mismos rotos y desmembrados."
"Las modernas botas de siete leguas de mi adorado pájaro me llevaron sobre sangre y barro, infamia y mezquindad, de insondables profundidades a maravillosas alturas. Dentro de puntillosos bancos de nubes, las fieras tormentas del Mar del Norte, los sueños perfumados de las noches Sicilianas, la sabia sonrisa de la luna, las esferas estrelladas, comencé a saber lo que es Dios."
"En esta Danza de la Muerte del siglo veinte, la puerta a la perdición, el colapso de la cultura Occidental, ha sido abierta ampliamente. La vida queda solo en la vida interior, el tímido latir y el doloroso pinchazo de los anhelos del corazón. Y aún así la Madre Tierra no va a ser arrancada de sus anclajes y su marco no será destruido; porque Dios todavía vive y sus fuegos todavía arden."
"En estos años de decisión, el joven aviador que fui, ha cambiado grandemente, y madurado más allá de sus años. Un preliminar necesario fue su completa juventud, su inquietud, sus andanzas, su ambición por los laureles del heroísmo, su amor que todo lo consume, su lucha con su mis­ma alma, su trabajo y desesperación, su deseo de armonía y salvación."
En este libro estoy tratando de ofrecer un comentario crítico sobre la guerra en el aire, vista dentro del marco de la guerra como un todo, con el objetivo de asistir en un posterior examen histórico de la catástrofe de mi nación por una verdadera relación de los hechos. Con el título del último capítulo "¿Demasiado Tarde?" no intento traer una glorificación POST HOC o un tardío canto fúnebre por el pasado, mucho menos un anhelo por el regreso de una época desaparecida. Desde que terminó la guerra, estas dos pequeñas palabras se han convertido en frase de efecto en Alemania y en todo el mundo Occidental. Muchos "si" y "pero" y los más improbables rumores y conjeturas, maliciosos y de los otros, están involucrados. Hasta ahora pocas respuestas satisfactorias pueden darse en cuanto al desarrollo del futuro.
Como aviador he intentado ver cosas, y escribir acerca de ellas, des­de una vista de vuelo de pájaro, no de la plataforma pública. Debo correr el riesgo de ser malentendido por muchos. Es la suerte del aviador.
El poco tiempo transcurrido desde los eventos en los cuales participé, directamente hace que una descripción puramente objetiva sea escasa­mente posible y por eso no reclamo que mis conclusiones sean completas o de aplicación universal. He escrito acerca de la guerra en el aire como la conocí y la experimenté, esperando por ende que en una de las fases más críticas de nuestra historia estoy haciendo una contribución personal al problema del poder aéreo que puede muy bien decidir el futuro.
La Guerra Mundial de 1939 a 1945 puede muy bien haber sido la última guerra clásica. Por todos sus participantes fue peleada de acuerdo a las reglas bien conocidas de guerra de masas y decidida por la regla de superioridad numérica, ciertamente no por una mera demostración de lo que la bomba atómica puede hacer. Contra la debilidad, inherente en el sistema totalitario, del liderazgo de guerra alemán se pueden apreciar muchas carencias y fallas del lado aliado, que no puedo hacer más que mencionar en este libro. Que ellas no fueron fatales se debe atribuir me­nos a las calificaciones personales de los líderes aliados victoriosos que a las más grandes posibilidades abiertas a ellos.
El soldado alemán en todos los frentes, líderes militares individuales, la nación alemana como un todo, han hecho proezas en esta guerra a las cuales ninguna historia realista va a dejar de reconocer. La derrota alemana es solo una fase en el colapso de una época moribunda y no debe llevar al alemán individual a desesperar del futuro de la nación.
Como una novedad técnica específica, el poder aéreo ha roto el cuadro político existente, como asimismo las ideas estratégicas, tanto para la tierra y el mar, asociadas con él. El poder aéreo va a ganar el lugar que le corresponde; en el orden mundial político y sociológico va a desbordar sus ataduras y va a traer un caos general. Como el poder aéreo ya implicó un cambio de dirección en la conducta de la guerra como un todo (Alemania nunca tuvo la posibilidad de alcanzar el potencial cuantitativo de sus enemigos, solo la posibilidad de conseguir una ventaja cualitativa que podría haber decidido la guerra) de ese modo va a traer necesariamente una descentralización de consecuencias en nuestro modo de vida y por ende la "re-individualización" del hombre mismo.
La técnica moderna, con la ayuda de la cual el hombre puede ser esclavizado por el hombre aún hoy, ha llegado obviamente a un punto de decisión. Mientras que una parte de las potencias está tratando de frenar la rueda de la historia la otra está tratando de acelerarla, ambas están ignorando las leyes naturales del crecimiento orgánico dentro del orden cósmico. Ambos esfuerzos, tontos como son, han llevado al círculo vicioso de sucesivas guerras y crisis económicas que distinguen este siglo. La decadencia moral es su fruto más amargo.
De ese modo parece no tener sentido medir y juzgar la responsabilidad del individuo o aún de cualquier nación en particular por el modo en el cual el mundo se ha desarrollado como un todo. Sería mucho mejor encontrar una salida a este dilema que todos los hombres y naciones puedan tomar. Una nueva guerra entre los dos bloques antagonistas no solo va a destrozar la indefensa tierra de nadie, Alemania, sino va a significar sufrimiento y desolación sin precedentes a todo el resto del mundo. No sería una época heroica sino una tortura inimaginable para toda la humanidad.
Si el mundo se dirigiera a mejores destinos en la última hora y sus problemas estuvieran centrados en un pacífico Nuevo Orden, debería tener que revisar su actitud hacia Alemania. La nación alemana, probada en muchos fuegos y purgada de sus impurezas, con su sustancia esencial sin dañar, no se negaría a hacer su parte en el mundo del mañana. El viaje por aire podría proveer un enlace.
Es desde este ángulo, que esta pequeña contribución a la historia de la guerra ha sido escrita. Es sobre la guerra, pero no por sí misma, sino con vista a dirigir la atención de la gente a los peligros existentes y futu­ros. Me he deliberadamente abstenido de agregar al número de publica­ciones así llamadas "reveladoras". Todas las citas de lo dicho o escrito por las principales personalidades alemanas, militares y otras, así como las ideas principales corrientes en el curso de esta historia dramática, están disponibles para el público. Mis propios comentarios se guardan para no perturbar el razonamiento crítico del lector.

ÍNDICE


Nota de la edición Argentina                                                             15
Nota de los Editores Alemanes                                                          17

El Autor

19

Prefacio

 

21

I

Sobre el vuelo

25

II

Origen y Desarrollo de la Luftwaffe

29

III

Fuerzas de las Potencias Aéreas previa a la guerra

45

IV

La decisión irrevocable de Hitler

53

V

Armamento Aéreo Alemán

61

VI

Aviadores Alemanes y sus Armas

81

VII

La"Blitz"

95

VIII

La Batalla por Inglaterra

105

IX

La Batalla del Atlántico

115

X

Desvío a Creta

135

XI

Tragedia del Bombardero de Largo Alcance

141

XII

Antes de la Tormenta

153

XIII

Guerra sin Piedad

161

XIV

La Lucha por el Mediterráneo

175

XV

Fortaleza Europa

191

XVI

Las Bombas Caen

205

XVII

¿Dónde Estaban Nuestros Cazas?

213

XVIII

Retribución

229

XIX

En Berlín

239

XX

Antes y Después del Final

255

XXI

¿Demasiado Tarde?

271

XXII

Apéndice

277


Notas.............................................................................................. 285

 

Fotografías

  1. Werner Baumbach
  2. Werner Baumbach
  3. El Capitán Werner Baumbach, a los controles de un Ju-88 del KG.51 sobrevolando el Mar Negro, dirigiendo el ataque a los puertos de Novorossiysk, Tuapse y Sushoni.
  4. Werner Baumbach
  5. El Capitán Werner Baumbach y su Ju-88.
  6. Werner Baumbach y su ingeniero Braun en la carlinga del Ju-88.
  7. Werner Baumbach en la cabina de su Ju-888.
  8. Werner Baumbach
  9. Un Ju-88 del KG.51 sobrevolando el puerto de Novorossiysk. La defensa antiaérea rusa ataca.
  1. Un par de Ju-88 A-4 del KG.51 sobrevolando la península de Crimea.
  2. Ataque de un Ju-88 del KG.51 a la estación ferroviaria      de Bataysk (1943)
  3. Baumbach en un Ju-88 bombardeando en picado el puerto de Tuapse en el Caucaso.
  4. Formación de He-111 del KG.51 sobre Francia en mayo de 1940.
  5. Bombardero Do-217K perteneciente al JJJ./KG.2
  6. Formación de Do-17z de la KG.2
  7. He-177 del III./KG.40 en misión antibuque.
  8. Bombardero Ar-234B del JJJ./KG.76 durante un ataque a tierra.
  9. Baumbach logra un impacto directo en un buque tanque ruso en el puerto de Sebastopol.
  10. Ataque al convoy PQ-18 por aviones Ju-88 del KG.30 y He-Ul del KG.26
  11. Reunión de Kommodores en Berlín. Se encuentran Gunther Lützow, Hermann Graf, Werner Baumbach, Gordon Gollob, Walter Oesau y Adolf Galland.
  12. El Coronel General Hans Jeschonnek conversando con Baumbach.
  13. El Mariscal de Campo Erhard Milch con Werner Baumbach en la jefatura de la fuerza aérea.
  14. Tres pilotos de bombardero Ju-88 con las máximas condecoraciones, Joachim Helbig, Dietrich Peltz y Werner Baumbach.
  15. El Mayor general Peltz, Hermann Göring y Werner Baumbach en el coto de caza Rominten.
  16. Werner Baumbach y Helmut Weinreich en el KG.30.
  17. Operador del Radio Control de la bomba Henschel Hs-293, en un bombardero Do-217 del KG.100.
  18. Bomba radio guiada Henschel He-293.
  19. Bomba Radio Guiada "Fritz-X".

29/30/31.   Secuencia del lanzamiento de la bomba guiada "Fritz-X" desde un Do-217 del KG.100 al acorazado "Roma" el 9/9/1943.

  1. Impacto de la bomba "Fritz-X" en el Acorazado "Roma", produciendo su hundimiento.
  2. Sistemas de Armas "Mistel 1" de avión Nodriza Me-109 y avión con explosivo radio guiado Ju-88.
  3. Sistema de armas "Mistel 2" de avión nodriza Fw-109 y avión con explosivo radio guiado Ju-88, utilizado

el 12/5/1945 contra Kustrin (Rio Oder).

    • Werner Baumbach con un grupo de sus oficiales pertenecientes al KG.30 en Comiso (Italia)
    • Werner Baumbach condecora con la Cruz de Hierro Helmut Weinreich, comandante del III./KG.30 (20-1-1943)
    • Werner Baumbach, Adolf Galland y Hans Ulrich-Rudel en Argentina.
    • Werner Baumbach con Juan D. Perón en la Argentina.
    • Cementerio Alemán de Buenos Aires. Sobre el cojín se observa las condecoraciones de Werner Baumbach.
    • Cementerio Alemán de Buenos Aires. Ultimo adiós a Baumbach de su amigo Adolf Galland.