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El Misterio de la Masonería

Descorriendo el Velo

Cardenal José María Caro Rodríguez

El Misterio de la Masonería. Descorriendo el Velo - Cardenal José María Caro Rodríguez

296 páginas
medidas: 14,5 x 20 cm.
Ediciones Sieghels
2017
, Argentina
tapa: blanda, color, plastificado,
 Precio para Argentina: 280 pesos
 Precio internacional: 19 euros

 

 

 

 

 

 

 

 

Publicado por primera vez en 1925, "El misterio de la masonería" continúa siendo un clásico de referencia obligada sobre la verdadera cara que se esconde detrás de la fachada de orden benéfica que pretende ser la masonería.
El libro revela los profundos enigmas que envuelven a la organización de la escuadra y el compás; explica porque los masones se ocultan detrás del velo y saca a la luz sus prácticas, colocando al alcance del gran público los conceptos necesarios para comprender el simbolismo masónico y desmitificar las leyendas oscuras sobre el tema.
Dadas las precaucione que la masonería toma para mantenerse en el secreto y no develar sus misterios, la obra pretende llegar incluso a los propios masones de buenas intenciones que no llegan a ver lo que esta esconde.
¿Cómo puede saberse lo que se encierra en el recinto de las logias y en el círculo juramentado de los masones? En primer lugar el Cardenal chileno se basa en la gran cantidad de testimonios de aquellos masones que dándose cuenta de dónde estaban metidos deciden abjurar de la Orden y develar sus secretos. En segundo lugar, dado lo endeble que resulta un testimonio, Caro se basa asimismo en una gran cantidad de documentación oficial secuestrada de la que han logrado hacerse diversos gobiernos a lo largo de las eras. Finalmente, el autor hace acopio de diversidad de información propiamente masónica que le permite analizar sus rituales e ideas generales.
De esta forma se logra reunir un cuadro general y poner a disposición las pruebas que permitan al lector formarse una idea sobre la masonería en base a la documentación disponible, exponiendo sus diversos aspectos, su faz satánica, su instrumentalización por parte del judaísmo y su encarnada lucha contra el cristianismo y la Iglesia Católica.
Despojada de su fachada de benefactora de la humanidad el autor cree poder revelar la esencia y meta de la masonería.para demostrar que la misma es, en realidad, es una organización política que busca influir en el acontencer mundial, colaborando secretamente en un plan que busca controlar y someter a los pueblos, tanto física como espiritualmente.

 

ÍNDICE

Sobre el autor13
Enfermedad en Roma13
Vicario apostólico de Tarapacá y obispo de Iquique14
Obispo de La Serena14
Arzobispo de Santiago15
Un capelo para monseñor15
Sus restos descansan en la Catedral de Santiago15
Prólogo a la 2ª edición17
Obras y autores de referencia21
Abreviaturas21
Introducción23
El misterio de la masonería: descorriendo el velo23
1. – Mi propósito23
2. – ¿Pero los profanos pueden saber algo acerca de la Masonería?24
3. – Un verdadero Proteo26
Parte Primera: Naturaleza de la Masonería
I.- Organización de la masonería27
4. – Gobierno y Administración27
5. – Consejo Directivo28
6. – Los ritos masónicos28
7. – Los grados29
8. – Influjo de los grados y logias superiores30
9. – La Masonería, Asociación Universal. – Su unidad espiritual32
10. – La Federación Masónica Internacional35
II.- Secretos y juramentos masónicos37
11. – El Secreto Masónico37
12. – Empeño de la Masonería por ocultarlo a propios y extraños39
13. – Parangón con la Iglesia Católica43
14.- Los juramentos masónicos43
15. – El secreto masónico ante la conciencia44
16. – El secreto masónico ante el sentido común45
17. – Los juramentos masónicos ante la moral46
III.- El fin de la masonería47
18. – Fin indicado por ella47
19. – Construcción del templo de la Naturaleza48
20. ¿Cuáles son los obstáculos que tiene que destruir
a los enemigos que tiene que combatir?50
21. – ¿Cuál es el Dios de la Masonería?50
22. – El fin supremo de la Masonería50
IV.- Formación y funcionamiento de Logias53
23. – Formación de Logias53
24. – Esfuerzos de proselitismo54
25. Artes para reclutar adeptos55
26. – Las conquistas preferidas56
27. – Los Hermanos decorativos57
28. – Los Papas masones58
29-La Iniciación59
30. – Apostasía radical del iniciado62
31. – Consecuencias prácticas de esa apostasía63
32. – La selección64
33. – La caja66
34. – Las tenidas67
35. – Lo grotesco en lo solemne68
36. – El famoso Hiram69
V.- La instrucción Masónica73
37. – Los símbolos73
38. – Simbolismo de la Biblia75
39. – Simbolismo de la Cruz76
40. – Las leyendas y alegorías77
41. – ¿Contra quiénes se dirige la venganza masónica?78
42. – Las Conferencias78
43. – La autoridad docente en la Masonería. – Fe que exige80
Parte Segunda: La Sociedad esencialmente Mendaz
I.- La Masonería y el Catolicismo83
44. – Sinceridad personal de muchos masones83
45. – ¿La Masonería no se ocupa de religión?84
46. – El Gran Arquitecto renegado85
47. – Odio furioso a Cristo87
48. – La distinción entre clericalismo y catolicismo88
49. – La Masonería en acción contra la Iglesia Católica.89
50. – En España y Portugal92
51. – En Italia95
52. – En Bélgica, en Alemania y Austria96
53. – En Rusia99
54. – En Inglaterra101
55. – En Estados Unidos102
56. – En Méjico y Centro América103
57. – En Sud América106
58. – La Masonería chilena es anticatólica y anticristiana108
59. – Obediencia a la influencia extranjera secreta112
60. – Intolerancia y Antifanatismo masónicos113
61-62. Furor anticatólico115
II.- La Religión Masónica117
63. – La Masonería tiene su propia religión117
64. – Objeto del culto masónico: El Gran Arquitecto. La Naturaleza118
65. – El Sol y la Carne119
66. – Satanás y Lucifer120
67. – Sociedades Satánicas123
III.- La Masonería y la Política125
68. – Su acción política en Francia en el siglo XVIII125
69. – Su acción en Francia durante el siglo XIX127
70. – Su acción en Alemania y Austria131
71. – Su acción en Rusia133
72. – Su acción en Italia135
73. En España y Portugal138
74. – En Inglaterra141
75-76. – Su acción en América143
77- ¿La Masonería no sabe de política entre nosotros? ¿o se sirve de la política como de su instrumento?145
78. – Sus máscaras políticas147
79 – Dominio político sobre los afiliados150
IV.- La Masonería y sus ideales de Libertad, Igualdad Y Fraternidad. Nueva falsedad153
80. – La libertad masónica153
81. – Libertad política y libertades civiles154
82. – La igualdad masónica156
83. – La Fraternidad masónica157
84. – Fraternidad dañosa a la justicia y al ejército158
85. – Las mejores muestras de la libertad, igualdad y fraternidad masónicas160
86. – Lo que la Masonería anhela entre nosotros161
87. – El humanitarismo masónico162
V.- La Masonería y su Ideal de Moralidad163
88. Lo que dice de sí misma163
90. – Fundamentos de moral fuera de nuestro alcance164
91. – El fin justifica los medios164
92. – Pruebas al canto. La doctrina.165
93. – La prueba de los hechos. Mentiras corrientes; calumnias167
94. – La violencia y el veneno170
95. – Castigo o prevención de traiciones172
96. – Asesinatos de profanos175
97. – Intentos de asesinato frustrados178
98. – Matanzas, ejecuciones sumarias y saqueos179
99. Sediciones masónicas182
100. – Guerras y revoluciones183
101. – Pureza y honestidad masónicas185
102. – Honradez masónica187
VI.- La Masonería y su ideal de Beneficencia191
103. Generosidad tan oculta que poco se ve191
104. – Generosidad espiritual bien mezquina también192
VII.- La Masonería y su ideal de Ciencia y Progreso193
105. – Lo que es la ciencia masónica193
106. – Credulidad masónica195
107. – Progreso al revés195
Parte Tercera: Doctrinas de la Masonería
I.- Doctrinas Filosóficas y Sociales197
108.- Materialismo y Ateísmo197
109. – Negación del alma espiritual e inmortal199
110. – Doctrinas Comunistas, Antianarquistas, Bolchevistas200
111.- Doctrinas disolventes de la Familia203
112. – Ataque hipócrita a la confesión204
113. – Doctrina antipatriótica y hechos que la confirman205
II.- Congreso Antimasónico Internacional de Trento. Resumen209
114. – Doctrinas religiosas y filosóficas209
115. – Masonería y Satanismo210
116. – Relación de los dogmas masónicos entre sí211
117. – Objeto de la Masonería211
118. Acción masónica212
119. – ¿Qué es, pues, la Masonería?214
Parte Cuarta: Origen de la Masonería y su relación con otras sectas
I.- Origen de la Masonería215
120. – Diversidad de opiniones215
121. Origen de su organización216
122.- Origen de sus doctrinas217
123. – Afinidades con el Protestantismo. ¿Por qué simpatizan?218
124. – Relación con otras sectas; con los Templarios219
125. – Con los Albigenses220
126. – Con algunas sectas árabes221
127. Con los Paulicianos y Maniqueos222
128. Con los Gnósticos223
II.- Parentesco de la Masonería con el Judaísmo225
129. – La Cábala y su división en ortodoxa y farisaica.225
130. – Relación de la Masonería con la Cábala227
131. – Epilogo sobre el origen. Alguna vez la verdad.228
III.- ¿La Masonería es instrumento del Judaísmo?231
132 – Cuestión moderna importantísima231
133. – Consideración masónica por los judíos233
134. – Preponderancia judaica en las logias233
135. – La acción judía y masónica frente al Catolicismo236
136. – Los Protocolos de los Sabios (o Ancianos) de Sión237
Parte quinta: Medios de acción de la Masonería
I.- Medios generales241
137. – Hay que reconocer su acción241
138. – La sugestión para formar opinión242
139. – La acción jerárquica242
140. – La prensa243
141. – Sociedades masónicas menos perfectas244
142. – Sociedades auxiliares245
143. – Sociedades públicas sin fines sectarios245
144. – Los Boys Scouts247
145. – Fiestas249
146. – Tenidas Blancas250
147. – Sociedades Teosóficas250
148 – Supercherías y Ciencias ocultas252
149. – Penetración en sociedades Católicas en el Clero254
II.- Tretas masónicas255
150. – Mentira e hipocresía255
151. – Exponer principios ocultando las consecuencias257
152. – Ir tras un fin aparentando buscar otro258
153. – Combatir a los enemigos sin nombrarlos258
154. – Perseguir con el pretexto de defenderse258
155. – Hacer profesión de ciencia259
156. – Fomentar la corrupción260
157. – Resultados a la vista262
III.- La Masonería de adopción y los Lobetones263
158. – Logias femeninas andróginas y Co-Masonería263
159. – Sus grados264
160. Licencia extrema265
161. – Los Lobetones (Lobeznos).265
162. – Sacramentos masónicos que reciben.266
Parte Sexta: Condenación de la Masonería
I.- ¿Por que la Iglesia condena universalmente la Masonería?267
163. – Condenación evidentemente justificada267
164. – Consideración y consulta.268
165. – La Gran Logia Madre: su acción internacional268
166. – Juicio que se formó un alto jefe inglés270
167. – Odio de la Masonería norteamericana al Catolicismo270
168. – Unidad fundamental de la Masonería271
II.- Resumen de las Condenaciones de la Iglesia273
169. – Términos del Derecho Canónico vigente273
170. – Constitución “ln Eminenti”, de Clemente XII274
171. – Constitución ‘Providas”, de Benedicto XIV274
172. – Letras Apostólicas “EccIesiam a Jesu Christo”, de Pío VII275
173. – Constitución “Quo Graviora” de León XlI275
174. – Encíclica “Traditi”, de Pío VIII276
175. Encíclica “Mirari vos”, de Gregorio XVI276
176. – Encíclica “Qui pluribus” y otras Alocuciones, etc., de Pío IX276
177, – Encíclica “Humanum Genus”, de León XIII277
178. – Disposiciones Eclesiásticas acerca de la conducta que debe observarse con los masones280
III.- Condenaciones de parte de la Autoridad Civil283
179. – Prohibiciones de la Masonería por el Estado en los siglos pasados283
180. – Prohibiciones en el presente siglo284
181. – ¿Comienza el total cumplimiento de una profecía?285
Epilogo287
182. – Una palabra a la mujer católica.287
183- A los masones.288
184. – La Masonería y el carácter chileno.290
185 – Los desengañados291
186. – ¡MISTERIO!293

Sobre el autor

 

Nació en Pichilemu, el 23 de junio de 1866, en la hacienda colchagüina donde trabajaba su padre, José María Caro Martínez; su madre fue Rita Rodríguez. José María era el hijo menor de un total de cuatro y el único hombre. Vivió sus primeros años con sus padres y hermanas, pero a la edad de 5 años, sus abuelos se lo llevaron a vivir con ellos para poder asegurarle una mejor educación. Aprendió las primeras letras con su abuela, Cayetana, y posteriormente asistió a la escuelita de Ciruelos, hasta la cual debía caminar, cada día, cinco kilómetros. En la misma época en que era un muchacho, el canónigo de la Catedral de Santiago, Ramón Saavedra Jiménez, adquirió una propiedad agrícola cerca de Cahuil, y en los meses de verano el sacerdote viajaba a su propiedad y decía misas diarias. En febrero de 1881, le solicitó al párroco de Ciruelos que le recomendara un muchacho para que le colaborara en la misa. Ese fue José María Caro. Al poco tiempo, el canónigo le propuso al joven ser sacerdote, y Caro aceptó inmediatamente. En marzo de ese mismo año viajó a Santiago con su padre a rendir examen al Seminario de Santiago. Fue admitido en la sección San Pedro Damiano, con cupos para estudiantes de zonas rurales, y allí realizó sus estudios de Humanidades. En 1887 inició sus estudios de Teología y Griego; hizo clases de este idioma en el Seminario.
Enfermedad en Roma
El recién nombrado arzobispo de Santiago, monseñor Mariano Casanova, lo designó junto a otros alumnos para continuar sus estudios superiores en Roma, en el Colegio Pío Latino y en la Universidad Gregoriana. Al poco tiempo de haber llegado a Italia, se enfermó gravemente del pulmón, debiendo dedicar —por su estado de salud— pocas horas al estudio. No obstante esta dificultad, el 30 de diciembre fue ordenado sacerdote. También se graduó de doctor en Teología de la Universidad Gregoriana. José María Caro regresó a Chile en 1891 y sus problemas de salud continuaron. Eran momentos de gran convulsión política. A su arribo, casi no podía usar la voz, quedando limitado a hacer clases como profesor en el Seminario. Por razones de salud también, fue trasladado posteriormente (1910) a Mamiña, al interior de Iquique.
Vicario apostólico de Tarapacá y obispo de Iquique
En 1911 el padre Caro recibió con sorpresa su nombramiento como vicario apostólico de la región de Tarapacá y obispo de Iquique. Al año siguiente, el 28 de abril de 1912, en la Catedral de Santiago, el internuncio, monseñor Sibilia, lo consagró como obispo de Iquique. Regresó de inmediato a su zona y se propuso luchar contra la indiferencia religiosa.
En la Pascua de Resurrección de 1913 el obispo Caro se planteó realizar una procesión por Iquique, idea que encontró oposición de parte de elementos radicales. A poco andar, la procesión fue atacada por grupos fanáticos y los participantes debieron protegerse para evitar ser golpeados.
Sin embargo, el sacerdote se fue ganando poco a poco el apoyo de la ciudadanía, ya que su labor fue cercana al pueblo y a las necesidades reales de este. Durante la crisis de 1914, se preocupó de crear cooperativas de ayuda, abrir albergues y dar alimentación a los más necesitados.
Obispo de La Serena
El 14 de diciembre de 1925 la Santa Sede lo nombró obispo de La Serena; había estado 13 años en Iquique. En su despedida fue evidente cómo se había ganado el afecto de la gente y cómo había logrado un acercamiento del pueblo a la Iglesia. Estando en La Serena, Caro publicó numerosas obras de carácter doctrinario como Fundamentos de la Fe, Porque Creo, El Matrimonio Cristiano, La Iglesia y los Obreros, y El Misterio de la Masonería, este ultimo inspirado en las experiencias compartidas por una gran cantidad de venerables hermanos (.:) que convirtió al catolicismo y de cuyos relatos se valio para escribir esta magistral obra que junto a SIMBOLISMO DE LA Masonería de Mons. Leon Meurin S.J. y El Misterio de la Masonería de Leo Taxil han pasado a engrosar el INDEX de libros raptados porlos hijos de la viuda.
Arzobispo de Santiago
Años después, el 14 de octubre de 1939 monseñor Caro se trasladó a Santiago con el fin de tomar posesión de la Arquidiócesis, siendo el séptimo arzobispo de Santiago. Ese mismo día realizó una visita oficial al Presidente de la República, Pedro Aguirre Cerda. Una de las ceremonias más importantes que le correspondió presidir fue, en 1941, el Octavo Congreso Eucarístico Nacional. Ese mismo año falleció el Presidente Aguirre Cerda, cuyas exequias se realizaron en la Iglesia Catedral con la venia del Partido Radical. Monseñor Caro fue el principal eje para la construcción del templo en Maipú, en homenaje a la Virgen del Carmen. Obtuvo la donación de los terrenos y convocó a la Iglesia y al gobierno argentino, junto al chileno, para unir esfuerzos. El 16 de julio de 1944, el Presidente Juan Antonio Ríos concurrió a la bendición de la primera piedra. Se caracterizo principalmente por su combate contra la masonería, y se cuenta como gran anécdota un letrero que hizo colocar en todas las iglesias de su diócesis: Se prohíbe la entrada a los perros y a los masones.
Un capelo para monseñor
El 23 de diciembre de 1945 se conoció la noticia de que el Sumo Pontífice había designado al arzobispo de Santiago para ser elegido cardenal en el Consistorio de febrero del año siguiente. El arzobispo viajó en pleno invierno europeo. Su salud no lo acompañó, y el frío y las inadecuadas condiciones del Colegio Pío para un hombre mayor, le causaron una bronconeumonía que se fue complicando cada vez más. Sin embargo, su salud inició luego una lenta mejoría, que le permitió recibir del Santo Padre el capelo cardenalicio el 19 de mayo de 1946, convirtiéndolo de este modo en el primer cardenal chileno.
Sus restos descansan en la Catedral de Santiago
El 4 de diciembre de 1958 el padre Caro cayó gravemente enfermo; el Cabildo Metropolitano en pleno le dio la Extremaunción y al día siguiente falleció. Las campanas doblaron en señal de duelo, se decretó duelo nacional. Una larga fila de llorosos fieles fue a despedirlo. Sus restos descansan en una capilla bajo la nave central de la Catedral de Santiago.

Prólogo a la 2ª edición

 

El rápido agotamiento de la primera edición de esta obra, por más que fue numerosa, ha probado claramente que su publicación fue oportuna y que correspondía a una verdadera necesidad, como muchísimas personas me lo han manifestado.
No ha faltado quien, después de leerla, haya cambiado la resolución que tenía de hacerse masón. Muchos son los que me han agradecido el haberles abierto los ojos sobre una institución que se les había recomendado, y muchos más los que me han felicitado por haber descorrido ante el público el velo de una asociación temida por sus secretos y sus manejos. Entre ellos ha habido personalidades de las más encumbradas del país.
Me han confirmado en la esperanza que tuve de hacer algún bien con esta publicación, las cartas recibidas de gran parte de los Rdmos. Sres. Arzobispos y Obispos de la América Latina y aun de Filipinas, en las cuales, no sólo con frases de cumplimiento, sino con expresiones francas y efusivas, me han felicitado y muchos me han pedido ejemplares del librito, a pesar de su modesta presentación. Entre estas felicitaciones dejo constancia, con reconocimiento, de las enviadas por los dos únicos Emmos. Cardenales a quienes se envió el opúsculo, SS. EE, el Cardenal Benlloch y el Cardenal Billot.
He introducido en esta segunda edición algunas mejoras y agregados. He arreglado en el índice la división, modificando en parte los títulos de los párrafos, ajustándolos mejor al orden del librito, y he hecho una o dos correcciones indispensables.
El estudio que he procurado seguir haciendo de la Masonería, me ha ido confirmando más y más en lo expuesto en la primera edición. Igual efecto han tenido algunas conversaciones que he tenido con masones.
Muchas personas, al felicitarme por la obrita, han querido confirmar también algunos juicios ahí escritos, con hechos concretos, que no daré al público por vivir aún los hermanos masones que en ellos han intervenido y no pertenecer propiamente a la historia, si bien se podrían exponer por ser hechos públicos o notorios, al menos con notoriedad de derecho. Es preferible que cada lector haga por sí mismo la comprobación, observando los hechos y las personas que tenga a su vista, sin olvidar jamás lo que tantas veces repito, a saber: que en la Masonería hay personas serias y sinceras que no conocen ni sus fines ni sus obras y que no obran bajo la influencia del espíritu o de las doctrinas masónicas.
La Masonería ha juzgado también mi librito y los hermanos.., repiten ese juicio, que se ha publicado en su Revista. Según los hermanos, yo “he colectado todo el cieno de la cloaca antimasónica, y con citas truncas o apócrifas, con repetición de conceptos de cuatro despechados o ruines asalariados que el clericalismo ha tenido para su uso y sabor, pretendo desvirtuar la santa obra del amor al prójimo que la Masonería siembra por doquier”, Rey, Masónica de Chile. Marzo, 1924, pág. 130.
En seguida, agrega la citada Revista que, valiéndome de la liberación de franqueo de que gozan las dignidades eclesiásticas, el folleto se ha distribuido libre de porte, profusamente por todo el país.
Mi respuesta será breve: En primer lugar, el librito fue editado en Santiago y distribuido desde allí por la Sociedad de la Buena Prensa, que no es dignidad eclesiástica ni tiene liberación de franqueo. Los ejemplares que se me enviaron a Iquique, venían con sus respectivas estampillas de franqueo.
En segundo lugar, si no he citado íntegramente todos los testimonios que he tenido a la vista, ha sido por no engrosar extraordinariamente el opúsculo y por no hacerlo salir de mi propósito, y a pesar mío; pero siempre he señalado la fuente de mis citas con toda precisión, al revés de las publicaciones masónicas, que casi nunca lo hacen.
Y en tercer lugar, las citas o son tomadas de autores masones de reconocida autoridad en la Orden, o se refieren a hechos históricos en que han intervenido los hermanos o la influencia masónica; si hay algo de repugnante en todo eso, no es mío ni de los enemigos de la Masonería, sino de sus propios hechos o doctrinas.
Alguien ha dicho que yo no probaba lo que decía de la Masonería. Los lectores dirán si al menos no queda suficientemente probada la afirmación general que se desenvuelve en el librito sobre el engaño universal con que la Masonería conquista y conserva sus adeptos, hasta penetrarlos profunda, y a veces furiosamente, de sus verdaderos ideales de demolición del orden cristiano y del destierro del mismo nombre de Cristo, o aún del de Dios, que disimulada o descaradamente, según las circunstancias, se propone. Los lectores dirán también si lo que ellos ven y conocen de la Masonería y de sus hechos, corrobora o no mis afirmaciones.
Y por lo que toca a la intervención política de la Masonería a su espíritu anticristiano lo acontecimientos que en Chile precedieron y rodearon las elecciones de 1924, el emplea del Ejército para burlar la voluntad popular, los pactos de honor violados, la presión irritante ejercida sobre el Primer Mandatario para descarrilarlo y arrastrarlo a crearse la pesadísima atmósfera que estalló en la tormenta y el movimiento de depuración iniciado por el Ejército y la Armada en defensa de los intereses nacionales, con simpatía casi universal; los proyectos antirreligiosos, sobre divorcio, confiscación de bienes eclesiásticos, separación de la Iglesia y del Estado, etc.; todo eso ha sido una confirmación ante el país de la falsedad de las afirmaciones de la Masonería.
También han dicho los masones que les es muy fácil destruir lo que este libro establece. Sin embargo, aún no lo han hecho, a pesar de haber tenido sobrado tiempo para ello. Lo que si han hecho es proseguir su campaña contra la iglesia Católica, con el folleto anónimo de «La Tribuna”, de citas vagas, imposibles de comprobar, y con las afirmaciones usuales, fundadas más que en la lógica o en la verdad de los hechos, en el prejuicio contra el Cristianismo.
Se me ha preguntado si la Masonería se ha vengado de mi, y por cierto, que habrá lectores que tendrán curiosidad de saberlo. La Masonería es bastante discreta para hacerlo por sí misma y, silo hiciera, perdería en vez de ganar; pero tiene la máscara de un partido político mediante el cual ejerce toda la acción que le permite la influencia de ese partido. Los que han vivido en Iquique, y quizás aun los habitantes de todo el país, han llegado a saber algo de lo que se ha hecho, v. g., con ocasión de la venida de S. Em. el Cardenal Benlloch o de una Asamblea Eucarística que íbamos a celebrar en el Teatro Municipal, etc. Pero, por lo que en ello haya de ofensa personal perdono y olvido de corazón; y. por lo que ha habido de ofensa a la Religión, ruego a Dios que perdone también, porque “no saben lo que hacen”.
Finalmente, como este libro no tiene otra pretensión que la de informar a los lectores acerca de la Masonería, he creído preferible hacerlo con las palabras de autores más autorizados que yo, aun a trueque de multiplicar las citas.

Obras y autores de referencia

 

Las obras que he tenido a la vista y de las cuales he tornado los testimonios de los diversos autores, son los siguientes:

Enciclopedia Universal Ilustrad, etc., de Esposa. Abrev.: Espasa.
The Catholic Encyclopedia. Abrev.: Cath. Encycl.
Copin-Albancelli. Le Drame Maçonnique; Le Pouvoir Occulte contre la France. La Conspiration Joive contre le Monde Chrétien. Abrev.: Copin P. O. Copin. C. J.
Dom Paul Benoit. La Citè Antichretienne. 2e. Partie. La Franc-Maçonnerie. 2 vol. Abrev.: Benoit.
Ed. Em. Eckert. La Franc- Maçonnerie dans sa veritable signification. 2 vol. Trad. del alemán. Abrev.: Eckert.
Arthur Preuss. A Study in American Freesmasonry. 1. vol. Abrev.: Preuss A. M.
Domenico Margiotta. Adriano Lemmi Chef Supreme des FrancMaçons. Abrev.: Margiotta, A. L.
Nicolás Serra y Caussa. Masonería al derecho al revés. 2 vol. Abrev.: Serra.
Francis C. Kelly. The Bock of Red and Yellows, 1 vol. Abrev.: Kellv.
I. Bertrand. La Franc-Maçonnerie, Secte juive nee du Talmud. Opúsculo. Abrv.: La F. M. Secte Juive.
Michael Kenny. American Masonry and Catholic Education. Folleto. Abrev. Kenny.
Veritas. La francmasonería y sus obras en Chile. Opúsculo.
Gabriel de la Paz ‘seudónimo’. La Masonería, etc. Opúsculo.
La Masonería ante el Congreso. Opúsculo.
Mons. Amado José Fava. Obispo de Grenoble. Discurso sobre el secreto de la Francmasonería. Opúsculo traducido del francés.
Mons. de Segur. Los Francmasones. Opúsculo traducido del francés.
Constitución de la Orden Masónica en Chile (Años 1862 y 1912).
Encíclicas de León XIII.
Mons. Rosset. La Franc-Maçonnerie. Abrev.: Rosset, La F.M.
The Cause of the World Unrest. 1920. Abrev.: The Cause.
Secret Societies and Subversive Movernents. Nesta Webster. Abrev. Webster.
La Dictature de la Franc-Maçonnerie sur la France. A. G. Michel. Abrv.: La Dictature.
La Frac-Maçonnerie Belge. Abrev.: F. B.
Revue international des Sociétés Secrètes.
La Iglesia y la Masonería.
Pastoral del Rvmo. señor Arzobispo de Caracas, etc.
Weltfreimaurerei (Masonería Mundial) etc. Witchl.
Cadena de Unión. B. Aires.

Introducción

 

1. Mi propósito. 2. ¿Pero los profanos pueden saber algo acerca de la masonería?. 3. Un verdadero proteo…
1. – Mi propósito
Con verdadero temor entro a tratar la materia de este librito, presintiendo que voy a disgustar a más de uno con el intento de vulgarizarla como, con el favor de Dios, me propongo. Hay entre los masones personas serias y sinceras, que, tal vez, han llegado a formarse la convicción de que la asociación a la cual ha dado su nombre no sólo es inofensiva, sino honorable y digna de recomendación. Entre esas personas hay algunas que me manifiestan benevolencia y me honran con sus atenciones; a otras les debo servicios y les estoy agradecido. Pero si esas personas, cuya sinceridad reconozco, piensan rectamente, comprenderán que yo también voy a tratar esta materia con toda la sinceridad de mi alma, y que no es ni intención ocasionar a nadie la menor molestia, sino cumplir con una obligación que me impone la conciencia. Más aún, descubrirán en este trabajo un esfuerzo por ‘sacar del error a los que, a mi ver y según las reglas generales del común sentir, han caído en él sin darse cuenta o por una excesiva condescendencia.
Hay muchas obras escritas sobre la Masonería, como puede verse en la Bibliografía que ponen los Diccionarios Enciclopédicos, especialmente el de Espasa, al tratar de ella. Aquí mismo, en Chile, se han publicado algunos opúsculos o se han difundido otros venidos de otras partes, algunos traducidos del francés, como los de Mons. Segur y de Mons. Fava. ¿Para qué, entonces, un nuevo opúsculo?, dirá el lector. Cierto que no es por el prurito de escribir, lo que, por varias razones, harto me cuesta. Las obras grandes, o están escritas en idiomas extranjeros, o son demasiado extensas y no están al alcance sino de muy pocos. Los opúsculos dichos, o por no llevar nombre de autor o por dejar a un lado aspectos importantes de la materia que se trata, dejan, a mi parecer, algo que desear. Esa es la razón por que he emprendido este trabajo, para poner al alcance del mayor número de personas, sean o no masones, cosas que no pueden menos de interesarles; pues creo que a todos los padres de familia católicos, a todos los jóvenes y señoritas, a toda persona que tome a pecho su Religión, su patria y el bienestar de la humanidad entera, les conviene saber algo de lo mucho que ignoran sobre una institución y sobre doctrinas que tienen íntima relación con asuntos de tan vital importancia como ésos.
Deseo desvanecer ciertas dudas y disipar ciertos engaños, a favor de los cuales se hace, mal a muchos incautos o imprudentes y, por medio de ellos, a todo lo que más puede estimar un corazón bien puesto, comenzando por el propio bienestar moral, por la educación de la propia conciencia.
Estoy seguro de que muchos masones me agradecerán este servicio de darles a conocer lo que a ellos se les está ocultando: he oído ya a varios el desengaño sobre la Masonería, y eso sin que hayan penetrado el fondo de sus secretos, precisamente, éste ha sido uno de los estímulos que he tenido para emprender este estudio sobre ella. Espero dar a muchos la luz que por ahora no tienen y que me la agradecerán.
2. – ¿Pero los profanos pueden saber algo acerca de la Masonería?
He aquí una pregunta que necesariamente ha de ocurrir a todo el que sepa las interminables precauciones que torna la Masonería para que no se conozcan sus secretos. Esta pregunta se la van a hacer aún los mismos masones, sobre todo los que poco o nada se preocupan de conocer su institución, sino que aceptan ciegamente lo que en ella se les dice. Hay entre nosotros muchísimos masones que, estoy seguro, saben de Masonería mucho menos que yo; mucho menos de lo que YO sabía antes de dedicar un poco de tiempo a este estudio, como lo he hecho últimamente, y saben menos, porque en esta materia se atienen con toda buena fe a lo que oyen en las logias y no tienen tampoco tiempo para preocuparse más de ello.
Ahora bien, ¿cómo ha podido saberse lo que se encierra en el recinto de las logias y en el círculo juramentado de los masones? He aquí cómo: En primer lugar, no han faltado muchos que, al darse cuenta del fin y de los manejos de la Masonería, y sintiendo los reproches de la razón y de su conciencia, han vuelto atrás, se han separado de las logias y han manifestado lo que su conciencia les decía que no debían ocultar más tiempo. Citaré como ejemplos al conde de Haugwitz, quien, después de haber ejercido mucha influencia y de haber ocupado altos grados en las logias, presentó en 1822 una memoria al Congreso de Verona sobre los manejos de las Sociedades Secretas, “cuyo veneno, decía, amenaza a la humanidad hoy más que nunca”, Citaré a Copin-Albancelli, que, después de haber llegado a Caballero Rosa-Cruz y en vísperas de ascender a otro grado más alto, se retiró también y se dedico a manifestar el peligro que encierra la Masonería para su patria, Francia, y para la civilización cristiana, ha fundado un periódico y ha escrito la obra antes citada. Citar a Domenico Margiotta, ex 33 y ex Gran Maestre de muchas logias de varios ritos, en Italia, autor de “Adriano Lemmi”, et’.
Otro medio de saber los secretos de la Masonería son los documentos oficiales de las logias, de los cuales han logrado apoderarse los gobiernos. Así, por ejemplo, el Gobierno de Baviera, en 1786, sorprendió todos los papeles y archivos de la secta de los Iluminados, fundada por Weishaupt, y los hizo publicar con el nombre de “Escritos originales de la Orden y de la Secta de los Iluminados”.
Otros documentos de esta especie fueron descubiertos en el castillo del Barón Bassus, en Sandersdorf. Se publicaron con el título de “Suplemento”, etc. Eckert, II, 94.
Eckert también tuvo en su mano, para escribir su obra, esos y otros documentos suministrados por los gobiernos.
Otro medio de saber los secretos de la Masonería son los rituales de la misma, rituales diversos entre sí, según los ritos, pero concordantes en las ideas generales. Del mismo modo, las obras y revistas masónicas destinadas a circular dentro de la orden, en las cuales se suelen Publicar las conferencias o discursos de los masones, especialmente en sus grandes asambleas. Son conocidas las revistas “El Mundo Masónico”, “La Revista Massonica”, “La Revue Maçonnique”, las obras de Ragón , de Findel, de Pike, Mackey, de Mac-Clenachan, estos tres últimos de Estados Unidos, y otras muchas que pueden verse citadas en los autores que tratan de la Masonería. Entre nosotros se edita “La Verdad”. Con paciencia y perseverancia, se ha llegado a formar una Biblioteca Masónica suficiente para tener sobre la Masonería el juicio cabal que conviene tener.
3. – Un verdadero Proteo
Lo que las fábulas cuentan del personaje mitológico llamado Proteo, a quien no se le podía atrapar por la variedad de formas con que se presentaba, se realiza con exactitud en la Masonería: ella, como el personaje aludido, cambia de formas según le conviene: unas veces se muestra cristiana, otras se muestra atea; unas veces es monárquica, otras republicana y otras veces, comunista; unas veces enciende la revolución; otras veces defiende el orden; unas veces patrocina las doctrinas y reconoce como suyos los hechos de sus miembros; otras veces, sobre todo cuando son tales que despiertan la execración pública, se lava las manos y atribuye esos hechos a la exageración o apasionamiento personal del que los llevó a cabo.
Por otra parte, lo que se hace o enseña en unas logias lo ignoran otras logias inferiores. No todos los ritos son los mismos. Queda, pues, un ancho campo para que un masón pueda decir: “Yo soy masón y aun he ocupado altos puestos en las logias, y no sé nada de eso que se atribuye a la Masonería: son calumnias que le levantan sus enemigos”. La mayor parte de ellos lo dirá con verdad, porque así es: los masones ignoran muchas cosas de la Masonería, pero otros lo dirán mintiendo, porque así les conviene decirlo.
Como se comprende fácilmente, una sociedad que se oculta en las tinieblas de la noche o en el secreto para hacer sus trabajos, tiene una ventaja inmensa sobre sus adversarios para despistarlos y engañarlos, y dará ímprobo trabajo al curioso que pretenda descubrir una parte de ellos siquiera. Con esa condición a la vista, allegaré pruebas a lo que vaya diciendo, de tal manera que el lector se forme de esa asociación una idea fundada en los datos más auténticos e innegables que hay, sin olvidar lo que dice un ex masón: “El masón está descalificado para hablar de la Masonería” (Copin, P. 0. 106-107).