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Memorias de un Fascista

(con prólogo de Skorzeny)

León Degrelle

 

 

Memorias de un Fascista - León Degrelle

 

MAC Ediciones
230 páginas
 Tapa: blanda
 Precio para Argentina: 35 pesos
 Precio internacional: 12 euros

 

 

 

 

 

 

General de las SS, condecorado con las más altas distinciones, León Degrelle, de quién Hitler dijo que si tuviera un hijo quisiera que sea como Degrelle, en uno de sus libros más famosos, cuenta la historia del nazismo desde sus inicios hasta el fin de la Guerra, contando sus propias experiencias con los máximos jerarcas nazis y en el frente del Este donde combatió
Libro histórico de gran valor documental debido a las importantes vivencias de su autor durante la Segunda Guerra Mundial.

En Bélgica, en 1936, un nombre surgiría poderosamente entre otros: León Degrelle, fundador del Rexismo. Político distante de lo que se entiende ordinariamente por tal (alejado de juegos parlamentarios, de politiqueros de salón, de  comisiones y chantajes) pronto se convertirá en caudillo popular. Sus mítines reunirán a decenas de miles de belgas (así nos lo  cuentan los testimonios gráficos que quedan) que lo saludan como a su caudillo, y su pensamiento — como ocurría en Italia, Alemania, en España— gana a las masas de la fácil demagogia marxista-leninista. Luchador, posteriormente, en el Frente del Este, recibirá personalmente de Hitler las más altas condecoraciones por su valor en combate, ganándose, además, cada grado militar por propio mérito en acciones de guerra. Con el fin de la guerra, y la derrota europea ante los aliados capitalistas y comunistas, sufrirá las más inhumanas y humillantes persecuciones, ya habituales en los tristemente célebres Tribunales de "Desnazificación". Sus padres morirán por "crimen de paternidad" en las muy "democráticas" cárceles de la Bélgica de posguerra. A pesar de la persecución de la que fue objeto, León Degrelle ha escrito varias obras, como "Almas Ardiendo"(traducción española y prólogo de Gregorio Marañón) y "La Campaña de Rusia"(obra que actualmente se halla en prensa, luego de muchos años de estar agotada). La obra que presentamos, Memorias de un Fascista, ha sido editada en casi todos los idiomas europeos bajo el título de "Hitler por mil años ".

 

ÍNDICE

Prólogo

3

-I- El amordazamiento de los vencidos

5

II- Cuando Europa era fascista

13

III- Hacia el poder a los veinticinco años

31

IV- Estalla Europa

49

V- Hitler, para mil años

81

VI- Al lado de los alemanes

95

VII- Los tranvías de Moscú

107

VIII- El infierno ruso

121

IX- ¿Quién era Hitler?

137

X- De Stalingrado a San Sebastian

164

XI- Los exilados

183

XII- ¿Y si Hitler hubiera ganado?

197

PROLOGO


El editor y el autor de este libro, me han pedido que escriba un prólogo para él, y con sumo gusto voy a redactarlo.
He aceptado esta tarea, ya que el autor, LEÓN DEGRELLE, es un viejo camarada de armas mío. Es una cosa muy especial esta camaradería del frente de la Segunda Guerra Mundial. Cuando me encuentro hoy, casi 30 años después, con un sargento o un coronel de los que conocen como yo lo que fue el combate de Rusia, inmediatamente comenzamos a cambiar impresiones y recuerdos, pese a que casi siempre están ligados a nuestros amigos muertos, al hambre, a las privaciones o al espantoso frío pasado.
Cada combatiente en Rusia, se siente muy allegado a otros camaradas. Nosotros sabemos, uno y otro, por qué hemos luchado.
Hoy día se ha olvidado casi por completo que a nuestro lado, con los soldados alemanes, han luchado, sufrido y muerte, voluntarios de casi todos los países europeos. Ya en el mes de septiembre de 1941, mi División DAS REICH encontró cerca de Smolensk a la División Azul española, que se hallaba en marcha hacia el frente. Unas semanas mas tarde, a la vista de Moscú, vimos unos voluntarios franceses heridos. Tampoco se debe olvidar que en estos últimos meses de 1941, en todas las Divisiones alemanas se podían encontrar también rusos, casi todos ellos prisioneros, que se habían unido a las unidades alemanas, y trabajaban como mecánicos o en los servicios de mantenimiento, pero que, si era necesario, tomaban las armas.
Fue especialmente en las Divisiones de las WAFFEN SS donde se encuadraron .en principio los batallones de voluntarios, que más tarde se fueron extendiendo a Regimientos, Brigadas y Divisiones. Nosotros teníamos miles de voluntarios de Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgica y Francia, y también voluntarios de países neutrales, como suizos, finlandeses, suecos y musulmanes de Servia, que lucharon en nuestras filas.
Creo que constituirá un símbolo de lo que puede ser la amistad entre las naciones que se sepa que en los últimos días de la guerra, una última compañía de franceses voluntarios luchaban en Berlín defendiendo la Cancillería del Reich. Ninguno de estos voluntarios fue un traidor a la patria. Todos aquellos hombres jóvenes arriesgaron su vida para conjurar un peligro que, según su opinión, estaba en marcha desde el Este hacia Europa. Ellos olvidaron todo lo que les podía separar de Alemania, y vieron solamente el peligro y, para más tarde, un futuro europeo en unión de Alemania. Estas solamente eran las razones e ideales que unieron a cientos de miles de voluntarios en nuestra comunidad del frente.
Hoy día, todos hablan de la necesidad de unificar* Europa, y los políticos de hoy, al menos en teoría, inscriben la misma idea sobre sus banderas.
Los voluntarios de aquellos tiempos, que lucharon con nosotros, fueron tratados después de perder la guerra, como traidores en sus respectivos países, fueron condenados a muerte o han pasado largos años en prisión. Ellos tuvieron solamente una culpa: creían, ya entonces, en una Europa unida, y tenían la esperanza de poder realizar, con la ayuda de Alemania y junto con Alemania, aquella visión de un futuro mejor. Su voluntad y aspiraciones, sus esperanzas estaban justificadas y eran válidas también para estos tiempos; únicamente su visión pecó de prematura.
Mi camarada LEÓN DEGRELLE, era ya en estos años un hombre de la política que tenía sus admiradores especialmente en la parte Sur de Bélgica, con los belgas de habla francesa. El estaba convencido de que, como voluntario con el uniforme alemán, cumplía con su deber y con su patria. Esta convicción nadie puede desmentirla en LEÓN DEGRELLE, o ponerla en duda. Estoy convencido de que LEÓN DEGRELLE, con su legión de Wallonia, quería luchar hasta alcanzar un derecho de autodeterminación para su patria en una Europa futura.
Había muy pocas unidades voluntarias en el Ejército alemán que hayan combatido o combatieron tan valientemente como los voluntarios belgas bajo el mando de LEÓN DEGRELLE. Este valiente soldado fue herido muchas veces a la cabeza de sus unidades, y recibió, con todo derecho, las más altas distinciones militares alemanas.
Entre febrero y marzo de 1945, cuando yo era comandante al mando de una División en Schwedt, al Este del río Oder, LEÓN DEGRELLE estuvo luchando con su División cerca de Stagart, a pocos kilómetros al norte de Schwedt. Nuestras dos Divisiones fueron entonces en este fren­te las unidades que lucharon en las más avanzadas posiciones al Este.
Yo, y conmigo todos los antiguos cantaradas del frente del Este, esperamos un pleno éxito para el nuevo libro de LEÓN DEGRELLE, pero especialmente deseamos que ahora, 25 años después del fin de la guerra, haya muy pronto una posibilidad para él, de poder volver como hombre libre y estimado a su patria. Un soldado valiente que ha luchado y arriesgado su vida según su convicción honrada, merece, según mi opinión, el respeto, al menos, del mundo de hoy.


Otto SKORZENY
Marzo de 1969