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Las campañas militares del General San Martín

 

Diego Alejandro Soria

Las campañas militares del General San Martín - Diego Alejandro Soria

144 páginas
Ediciones Theoria
2004

Encuadernación rústica
 Precio para Argentina: 40 pesos
 Precio internacional: 12 euros

El General de Brigada Diego Alejandro Soria, egresó del Colegio Militar de la Nación como Subteniente de Infantería en diciembre de 1957.
Fue Jefe del Regimiento de Infantería 4 que comandó en Malvinas, Comandante de Brigada, Director del Colegio Militar de la Nación y Comandante de Cuerpo de Ejército. Solicitó el pase a retiro voluntario en diciembre de 1991.
Se diplomó en las Escuelas Superiores de Guerra de la Argentina y de Francia. Recibió el DEA (Diplome d'Etudes Approfondies) en Política de Defensa en la Universidad de París I (Panthéon - Sorbone). Desde marzo de 1992 se desempeña como Presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano.
Es Presidente de la Academia Sanmartiniana y de la Comisión Argentina de Historia Militar (afiliada a la Comisión Internacional de Historia Militar).
Es miembro de número del Instituto de Historia Militar Argentina, del Instituto Nacional de la Reconquista, del Grupo de Historia Militar de la Academia Nacional de la Historia y de la Asamblea Amistosa Literaria de España.
Es miembro de honor de los Institutos Nacionales Belgraniano, Browniano y Newberiano y de la Sociedad Bolivariana de la República Argentina.
Es miembro correspondiente de la Academia Paraguaya de la Historia, de la Academia de Historia Militar del Paraguay, de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, del Instituto de Historia y Geografía Militar del Brasil y del Centro de Estudios Históricos-Militares del Perú. Es miembro del Tribunal Superior de Honor del Ejército y del Comité Académico de la Maestría de Historia de la Guerra de la Escuela Superior de Guerra.
Ha publicado numerosos trabajos en libros, revistas y diarios y dado conferencias en nuestro país y el extranjero.

 

ÍNDICE


Prólogo                   7
Introducción                       9
Capítulo I
Formación militar en España                       11
Capítulo II
Buenos Aires
El Ejército del Norte
El plan estratégico continental                     23
Capítulo III
El Ejército de los Andes                  35
Capítulo IV
Campaña de los Andes                   45
Capítulo V
Chacabuco             53
Capítulo VI
Campaña al sur de Chile                 59
Capítulo VII
Campaña de Maipú            65
Capítulo VIII
Maipú                     75
Capítulo IX
Preparación de la expedición libertadora al Perú                 83
Capítulo X
Expedición libertadora al Perú                    93
Capítulo XI
Fundación de la independencia del Perú              123
Capítulo XII
Epílogo                   151
Bibliografía              157

                

PRÓLOGO

Don Juan de San Martín pasó de labrador a soldado y en su carrera militar llegó a capitán, con actuación en América mucho más administrativa que castrense propiamente dicha. Casado con Gregoria Matorras, aquí, en las tierras rioplatenses, fueron padres de cinco hijos: María Elena —la primogénita-, Manuel Tadeo, Juan Fermín, Justo Rufino y José Francisco, el benjamín.
Ida a fines de 1783 la familia a España v radicada en Málaga, los varones se incorporaron al ejército real, habiéndolo hecho José en momentos en que transitaba entre la niñez y la adolescencia, cuando mediaba los once años de edad. Con relación a los cuatro hermanos ¿cabe hablar de vocación en el sentido profundo, o sea como inclinación nacida de lo más íntimo de la naturaleza del ser? ¿0 de seguir por un camino, para el que estaban habilitados por la condición de clon Juan, que brindaría pronta solución a la precaria economía de una familia sostenida por el menguado haber de un retirado del servicio del Rey?
Quizá ninguno de los cuatro muchachos sintió el llamado nacido del corazón y del espíritu, pero quizá, también, todos poseían las aptitudes —lo cual también es una forma de vocación- para hacer carrera en la profesión elegida. Tres llegaron a merecer ascensos que les permitieron ir más allá de la capitanía paterna. Uno, sólo uno, obtendría para sí la condición de excepcional hombre de armas, dotado de las cualidades propias de los grandes guerreros de la Historia Universal. Dicho de otra manera, los cuatro mostraron estar dotados para servir en la milicia, pero únicamente José sobresalió en tal magnitud como para que su capacidad de estratego sea motivo hasta hoy de estudio y ejemplo.
En la Grecia Clásica, él seguramente hubiera sido brillante polemarca y en Roma, par de Escipión, vencedor de Aníbal.
En España adquirió experiencia, tras el inicial conocimiento académico, en diversos campos de lucha —desde África al mar, pasando por la montaña y el llano- y en la lectura de los grandes conductores militares antiguos y modernos, desde Epaminondas, el creador de la falange oblicua, hasta Federico de Prusia, quien echó las bases de una nueva organización castrense. Aprendió también de Napoleón y de algunos de sus mariscales, a la vez que conoció la capacidad de unos pocos jefes hispanos en el arte marcial, unos pocos cuyos nombres permanecieron largamente en su memoria, y la ineficiencia de otros muchos, más llamados al despacho burocrático que a concebir operaciones y hacerlas realidad victoriosas.
Aunque sabemos que la pregunta no tiene ni puede tener respuesta certera, no es ocioso inquirir cuál hubiera sido el futuro militar de San Martín de permanecer al servicio del Rey —de ese Fernandito como él lo llamaba, orondo en Valencay- y de no responder al llamado de la tierra de su nacimiento. Concluida la lucha por la independencia de España, no lo concebimos subordinado a un monarca que ora era cabeza del absolutismo reimplantado y ora, falaz adepto al constitucionalismo liberal. Lo seguro, eso sí, es que, vuelto a América, regresado al Río de la Plata, aquí tuvo la ocasión de mostrarse en plenitud de su capacidad militar, de ser uno de los grandes capitanes en la gesta por la independencia continental, de ser reconocido como el más grande de los estrategas del Nuevo Mundo. Tal es lo que nos dicen sus biógrafos, los historiadores civiles o militares, el saber popular que lo ha proclamado Padre de la Patria de los argentinos y el reconocimiento de las naciones a las que contribuyó decisivamente a liberar.
Tal es, asimismo, lo que, analíticamente, con buena pluma y con conocimiento profundo, exhibe el general Diego Alejandro Soria, a la sazón presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano, en este libro que reúne en densas páginas tocia la información relativa al militar v gran estratego que fue José de San Martín. Toda la información, decimos, porque aquí están los años de cadete y de oficial del ejército real en España, investigados monográficamente por historiadores militares hispanos —como Juan Manuel Zapatero, quizá el precursor- y por argentinos como Adolfo Espíndola y Alfredo Villegas. Y también están los años americanos, desde 1812 hasta la ida del Perú tras la abdicación del poder político, con estudios debidos primordialmente a compatriotas militares cuyos nombres constituyen una larga nómina, encabezada, incuestionablemente, por Mitre. Injusto sería no recordar aquí al escocés Guillermo Miller, cuyas Memorias constituyen en parte las propias del Libertador.
No nos cabe duda de que "Las campañas militares del general San Martín" hará largo camino y se agregará, como obra de consulta necesaria, a la bibliografía sobre el Padre de la Patria, una bibliografía que, según lo demuestra Diego Alejandro Soria con este libro, está todavía abierta.
Enrique; Mario Mayochi
Miembro de número de la academia sanmartiniana