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ISLAM

Un proceso inacabado, un futuro sin resolver

Gelu Marín

ISLAM - Un proceso inacabado, un futuro sin resolver - Gelu Marín

88 páginas.
imágenes b/n
Tamaño: 13,5 x 20,5 cm.
Ediciones Camzo
España, 2012
Colección: Helénica

Encuadernación rústica cosida c/solapas
 Precio para Argentina: 70 pesos
 Precio internacional: 11 euros

Si se analizan pasado y presente, podemos observar que, sin guerras, la población musulmana, la Umma, la comunidad de los creyentes, está creciendo en Europa a un ritmo desenfrenado, tanto por migración como por natalidad, en paralelo a la mayor crisis de natalidad de su historia a la que, a su vez, se enfrenta el pueblo europeo. Ha dado comienzo una inversión de la pirámide demográfica, de manera que en muchas regiones europeas es mayor el número de ancianos que de nacimientos.
Europa va rumbo hacia la desaparición, está escribiendo su propio final sin ni siquiera tomar medidas para solucionarlo.
La necesidad del autor de concienciar a la población occidental frente a la amenaza que se cierne sobre nosotros es lo que ha dado lugar a esta obra, a estas preguntas y respuestas del Sr. Marín, cuyo objetivo es mostrar una realidad cada día más ocultada por quienes detentan el poder en Europa. El mito de la sociedad multicultural se ha derrumbado ya hace tiempo. Culturas humanas radicalmente diferentes no pueden compartir un mismo espacio geográfico y político. El enfrentamiento frío, antes o después devendrá enfrentamiento armado.

Manuel Quesada

 

ÍNDICE

Nota del Editor   13
Prefacio   19
Acerca del autor 23
Reflexiones en voz alta            25
La declaración de Amberes          81

NOTA DEL EDITOR

 

Desde el comienzo de los tiempos algo más que las meras fronteras geográficas han separado a los seres humanos. El concepto de suelo es precedido por el de clan, un clan que simboliza algo más que fa­milia y unidad, pues también es y simboliza la san­gre: el lugar en donde se haya intrínseco el conoci­miento innato de cada pueblo, etnia, raza. Es en la sangre donde residen los conocimientos y las fa­cultades que de manera innata tenemos y desarrolla­mos a lo largo de nuestra mundana vida. C. G. Jung teorizó sobre el Inconsciente Colectivo en una época en la que la ciencia genética -el cromo y el soma- to­davía se encontraba en sus albores, sobre la memoria de la sangre, a lo que cada uno de nosotros somos por naturaleza y por ende es lo que nos une a nuestro clan. La cultura, en definitiva, es la expresión terrenal de lo que somos, de quienes somos, residiendo en ella la semilla de la cual estamos hechos: nuestra san­gre. La conclusión evidente de lo que exponemos es que nuestra cultura es la plasmación de nuestra san­gre y nuestra tierra, más allá de las naciones y/o estados.
Tras la finalización de los movimientos migra­torios prehistóricos, el establecimiento de los clanes en lo que serán sus sedes históricas conducirá a con­formación, siguiendo una serie de pautas étnico-raciales en lo referente a la tierra, de poblados, regiones, provincias, naciones, estados y continentes. Desde una perspectiva macro-racial, las poblaciones pertene­cientes a la tipología négrida quedó recluida en el África subsahariana, América fue el teatro de proce­sos de racialización de grupos xantocroicos proceden­tes de Asia, mientras que el nervio de esta tipología racial (la macro-raza mongólida se extendía por la parte oriental del continente asiático. Por último, la raza európida se mantiene desde las profundidades de la Prehistoria en Europa. Es de esta manera como cada una de las diferentes razas desarrolló de manera propia una cultura, unos valores, una espiritualidad... que los hacía y los hace característicos de si mismos y heterogéneos entre ellos, siendo esta heterogenia la mayor belleza de los pueblos del mundo, sus diferen­cias.
Un repaso por nuestra Historia
No es necesario hablar de los logros de cada una de las etnias y/o razas que viven bajo el azul del firmamento, pero sí de sus respectivas aptitudes, que a lo largo de la Historia se han reflejado en construc­ciones culturales muy diversas. Es necesario remarcar el motivo principal que ha dado nacimiento a este li­bro en estos difíciles tiempos, y que ha movido a nuestra editorial a hacer la serie de preguntas que el Sr. Marín ha contestado desde sus vivencias y su vasta erudición.
El Islam no es una religión en un sentido más completo de lo que este término denota en el Occi­dente profano. El Islam en tanto que religión consti­tuye una filosofía de vida y una forma de actuar, ser y pensar. En una palabra, se trata de una Cosmovisión.
Demostrado está que es un sistema imperante en una cantidad importante de países de todo el mundo y que a día de hoy es la religión con mayor número de adeptos en el planeta, algo que se ha logrado más pol­la natalidad creciente de los países musulmanes, (ára­bes o no), frente a la decreciente en los países occidentalizados, que por proselitismo y captación de adeptos. Y precisamente uno de los pilares sobre los que se basa el Islam es la obligatoriedad de que todo musulmán trabaje para la conversión de todos los «in­fieles» a la única fe verdadera y la transformación del planeta, manu militari si fuere necesario, en un orbe islámico.
Siguiendo esta lógica, desde antaño el Islam ha tenido como objetivo la conquista de Europa. En forma de tenaza, los ejércitos del Único avanzarán por Occidente y por Oriente. Al oeste, Covadonga en el año 722 supuso un hito en la historia de este enfrentamiento, el inicio de una resistencia y un proceso reconquistador que durará siglos, victoria que pudo fructificar merced a que, poco después, en las landas de Poitiers (732 d.C.), los francos de Carlos Martel lograron frenar el avance musulmán hacia Europa. Al este, la batalla de Lepanto en 1.571, donde la Liga Santa se enfrentó en inferioridad numérica en alta mar al Imperio Otomano. Fue el punto de inflexión en un enfrentamiento en el cine el progresivo avance islámico se leía en Occidente como algo inexorable. Miguel de Cervantes, apodado tras la batalla como El Manco de Lepanto, escribirá: «la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros». Una inflexión, pero no la muerte de la voluntad de sumisión de Europa a la voluntad del Misericordioso. En 1683 la ciudad de Viena l'ue el escenario de la batalla de Kahlenberg. Viena será el rompeolas sobre el que morirá la última ofensiva mi­litar islámica hacia la tierra de nuestros padres. Tras varios meses de asedio del mayor ejército musulmán desde los tiempos de Saladino, el Imperio Otomano llegó a sitiar la ciudad hasta en dos ocasiones. Incluso el Papado se vio obligado a llamar a la cruzada a toda la Cristiandad para defender la ciudad. Y una vez más, en inferioridad numérica los ejércitos europeos derrotaron al invasor.
Ser pragmáticos
Finalizada la era de la agresión abierta, la es­trategia y la táctica de expansión han cambiado. Si se analizan pasado y presente, podemos observar que, sin guerras, la población musulmana, la Umma, la co­munidad de los creyentes, está creciendo en Europa a un ritmo desenfrenado, tanto por migración como por natalidad, en paralelo a la mayor crisis de natali­dad de su historia a la que, a su vez, se enfrenta el pueblo europeo. Ha dado comienzo una inversión de la pirámide demográfica, de manera que en muchas regiones europeas es mayor el número ancianos que de nacimientos.
Europa va rumbo hacia la desaparición, está escribiendo su propio final sin ni siquiera tomar me­didas para solucionarlo y sin asumir la gravedad del hecho de que la población musulmana en el conti­nente europeo ascendía en 2011 a 44 millones de re­sidentes. Se calcula que para el 2030 serán 58 millo­nes los musulmanes en una tierra que lleva derraman­do su sangre desde hace casi milenio y medio para e- vitar que entren, para evitar la desaparición. En defi­nitiva, somos parte lo que realmente fuimos y sere­mos lo cine a partir de hoy forjemos.
La Obra
La necesidad del autor de concienciar a la po­blación occidental frente a la amenaza que se cierne sobre nosotros es lo que ha dado lugar a esta obra, a estas preguntas y respuestas del Sr. Marín, cuyo ob­jetivo es mostrar una realidad cada día más ocultada por quienes detentan el poder en Europa. El mito de la sociedad multicultural se ha derrumbado ya hace tiempo. Culturas humanas radicalmente diferentes no pueden compartir un mismo espacio geográfico y po­lítico. El enfrentamiento frío, antes o después deven­drá enfrentamiento armado. Y no hay que olvidarlo jamás: somos diferentes, es un hecho y a su vez es una virtud, puesto que si todos fuéramos iguales... que aburrimiento.
Manuel Quesada
Manchester, 10 de Mayo de 2012

PREFACIO

 

Hace algún tiempo que conozco a Gelu Ma­rín y es una de esas personas que va directo al grano, y eso se nota enseguida, pues al poco de empezar es­te trabajo, y a propósito de las sociedades multirraciales, el autor nos avisa: "La única solución pasa urgen­temente por la deportación continuada y decidida de los nuevos inmigrantes ilegales colonizadores que han llegado y llegan a Europa para desnaturalizarla con el beneplácito de nuestros políticos irresponsables y vendidos a la gran finanza internacional capital-comunista.
Yo, al igual que un creciente número de per­sonas, comparto gran parte de las tesis vertidas por el pensamiento de Gelu. Con todo, creo que es más ur­gente centrarse en los aspectos más penetrantes y rea­listas, sin entrar de lleno en las causas del problema, pues el verdadero responsable de este estado de co­sas no es otro que el Sistema Político que ha permi­tido que este caos adquiera la gravedad casi irrever­sible cine está teniendo la imposición totalitaria de la sociedad, no ya multirracial, sino también la permisi­va para más añadidura.
Si no existiera este sistema político no se da­rían, por ejemplo, estas situaciones impuestas de ava­sallamiento de un islamismo crecido y subido en re­clamaciones y exigencias, imposiciones y abusos, pues en el actual marco jurídico español no hay ga­rantías efectivas de que. la voluntad democrática del pueblo europeo sea respetada.
La farsa de la oligarquía, que no permite que el pueblo se pueda expresar libremente, impone a to­do el Occidente sus normas y valores, sus pautas y su abyecto arte político. Una realidad última que hace que las naciones tengan cada vez una soberanía nacio­nal más restringida, aplicándoseles de esta manera la Doctrina Brezniev de Soberanía Limitada, en donde sólo es posible obedecer a un único y exclusivo amo.
Lo más triste es que el Sistema se sostiene gracias a la ignorancia de las masas, de las cuales se burlan todos los días la mafia institucionalizada lla­mándola eufemísticamente "Pueblo Libre y Sobera­no". Un sistema perverso que da a elegir entre parti­dos políticos consentidos por el mismo Sistema, y que lógicamente luego el pueblo se encarga de refren­dar en absurdas y manipuladas elecciones.
Eso por no hablar de las Constituciones de los países "democráticos", que 110 son sino meros panfletos que sólo sirven para justificar un estado de cosas que desembocan en autoatentados, inculpacio­nes falsas, impunidad para robar, desposeer, desnatu­ralizar, encarcelar, torturar, etc. Todo ello no es sino una más de las características más propias y relevan­tes de ese sistema corrompido y corruptor.
Igualmente nos encontramos con que los pre­ceptos constitucionales también son conculcados, in­flingiéndose de esta manea la Constitución y las nor­mas fundamentales del derecho, como lo es la jerar­quía normativa, haciendo así que sea papel mojado la libertad de expresión "garantizada" por la propia Constitución o la ley jerárquica; que luego resulta que no lo es, al mediatizarse por una o más leyes orgáni­cas o por el Código Penal: todos ellos de menor ran­go jerárquico.
Estamos viviendo pues los momentos más crí­ticos y decisivos de la civilización Occidental. O so­brevivimos todos o perecemos todos sumidos en un inmenso caos, todo ello bajo las más grandes calami­dades sociales, morales y espirituales que podamos imaginar. La corrupción de nuestra sociedad no pre­senta el caso de las anteriores que le han precedido, y esto es lo que verdaderamente es más trágico, pues ahora la degradación llega en forma de colonización, consentimiento, miedo, autoculpa y confusión.
Roma fue corrompiéndose lenta e inexorable­mente en una marcha que le llevó siglos, y aunque no había un motor intencional en todo esto, ello fue el resultado de numerosos factores convergentes... En el caso actual, el islamismo emergente y posicionado es la pieza clave de la balanza que todo hará que se in­cline hacia un lado o hacia el otro. Sin embargo, ahora, si que existe, desde le poder gubernamental, una intencionalidad manifiesta y visible, o si lo prefe­rimos: una voluntad de querer hacer daño a nuestras realidades.
Y aunque se actúan con el pretexto de la liber­tad, los medios para degradarnos vienen con el con­sentimiento del poder, ya que es a través del cine, la televisión, las escuelas, etc. como el pueblo se baña en enseñanza amoral y degradada. Todo convenien­temente aliñado por el gobierno títere de turno que es capaz de hacer cualquier cosa a fin de mantenerse en el poder cueste lo que cueste.
Hay pues un grupo de odio que mueve todo esto: los mismos que han impedido que el pueblo sea verdaderamente libre y soberano, impidiéndole esco­ger el sistema o régimen que prefiera de entre todos los que puedan darse.
Nos encontramos pues ante la secta de los Hijos de la Luz Tenebrosa, y que son apoyados por los que los financian, su Alter ego: Los Innombra­bles. El objetivo siempre es el mismo: la desaparición de la sociedad europea.
Es en este contexto en el cual hay que ver el trabajo de Gelu Marín, pues él nos presenta mejor que nadie la faceta de la sociedad "multicultural" en su vertiente islámica. El islam más intransigente cree tener buenas posibilidades de imponernos su forma de vida pero, quizás no sean más que una herra­mienta en una gran jugada. Los dados están echados.

Jaime Narbona

 

EL AUTOR

 

Gelu Marín es una de las plumas más brillan­tes e inclasificables de la "cultura de la otra Europa". Aventurero y deportista, viajero incansable y apasio­nado por la vida y por sus esencias más genuinas, también es un militante nacionalista, editor de libros, pintor, masajista, terapeuta energético del color y montañero.
Gelu en sus trabajos analiza las derivas que está viviendo actualmente la sociedad europea que es presa del chantaje musulmán, y sobre todo, de su problemática más visible: el velo. Un claro símbolo de sometimiento y degradación de la mujer en las comunidades islámicas.
Personaje multidisciplinar donde los haya, es autor de más de un centenar de artículos de temática variada, así como de un centenar de libros. Su obra está centrada, principalmente, en el estudio y en el descubrimiento de las antiguas y modernas poblacio­nes europeas, en la sociología cultural, política y re­ligiosa, en la historia de las ideas; así como en la de­fensa de la lengua cántabra y las relaciones interna­cionales.
Igualmente ha realizado proyectos y trabajos relacionados con el pluralismo cultural y los dere­chos humanos; al tiempo que publicado libros de poesía y crecimiento personal. Con todo, sus escritos son siempre una apuesta por el aquí y el ahora, y és­te va más allá de la simple cotidianidad, pues con su trabajo pretende remover las conciencias, exploran­do las relaciones humanas, así como las diferencias que existen entre unas personas y otras.
En la actualidad Gelu Marín alterna la pasión por la fotografía y la artesanía, con la navegación y el buceo, el volado de cometas y la horticultura, el cine y la música, los caballos y la buena sidra... y re­corre el mundo y sus misterios, dando charlas y con­ferencias, aprendiendo y descubriendo, viviendo y sonriendo...