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Datos de la historia del NSDAP

 

Dr. Hans Volz
(SA-Sturmführer)

Datos de la historia del NSDAP - Dr. Hans Volz (SA-Sturmführer)

488 páginas
medidas: 14,5 x 20 cm.
Ediciones Sieghels
2016
, Argentina
tapa: blanda, color, plastificado,
 Precio para Argentina: 400 pesos
 Precio internacional: 34 euros

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Datos de la Historia del NSDAP” constituye un valioso e insustituible documento para conocer la historia y la ideología del III Reich. Tanto libros favorables como contrarios suelen olvidar aspectos esencias del Nacionalsocialismo, soslayando un determinado período histórico, o pasando por alto algunas innovaciones en la legislación o la actividad gubernamental. Muy pocos trabajos consiguen ofrecer una visión completa del III Reich y hay todavía menos cuyo objetivo abarque la historia del nacionalsocialismo desde su fundación.
El peso de la propaganda ha sabido buscar unos centros de gravedad concretos y ha soslayado todo lo demás, e incluso los más prestigiosos historiadores, incluidos también los de ideología nacionalsocialista o cercana, caen en la trampa de centrarse de manera primordial en esos pocos temas e incluso denominarlos con el nombre que les asignó en su día la “propaganda” –como si no hubiese ocurrida nada más destacable en toda la historia del NSDAP.
Ateniéndose al período comprendido entre 1919 y 1936 logra centrarse precisamente en el más interesante pues fue cuando se llevó a término la progresiva implantación del nacionalsocialismo en Alemania, con nuevas leyes y reorganización política y administrativa, justamente lo más destacado del presente trabajo.
El traductor Santos Bernardo ha realizado un esfuerzo inmenso en documentar cada caso, cada ley, cada hecho histórico relevante, por lo que en muchos casos resultan incluso más interesantes las notas que el texto propiamente dicho. Pero el hecho de tratarse de una guía de consulta de la época tiene la ventaja de mostrar fidedignamente qué es lo que en aquella época se consideraba destacable y qué cosas ni tan siquiera eran mencionadas (por ejemplo, las escasísimas alusiones a la cuestión judía). De esta forma nos obliga a alejarnos de los temas que no sólo son los tratados por la historia oficial de postguerra sino incluso por los defensores del nacionalsocialismo, quienes suelen caer en la trampa de dar demasiado relieve a los temas favoritos de sus enemigos, para ubicar en su lugar el arte, la cultura y los adelantos sociales o incluso a los personajes verdaderamente importantes de la época. De esta forma, la obra que aquí presentamos logra representar y analizar en detalle lo que el NS consideraba realmente importante.
Debemos mencionar también el mérito de hacer hincapié en la faceta de Hitler como politico, la de aquel que se opuso a todos los poderes y censuras y en una larga lucha de 14 años logra superar todos los obstáculos, reverir las fuerzas decadentes y ser la fiel voz del pueblo alemán, que termina amándolo en proporciones nunca alcanzadas por otro político.
Por todo ello, “Datos de la Historia del NSDAP” resulta un libro de imprescindible lectura para cualquier persona que desee conocer realmente el nacionalsocialismo.

 

ÍNDICE

 

Presentación de la obra9
Introducción a cargo del traductor13
Prologo a la primera edición29
Prólogo a la sexta edición31

Datos de la Historia del NSDAP33
Los padres de Hitler y el periodo de su juventud (1889-1908)33
Hitler en Viena y en Munich (1908-1914)35
Periodo de guerra de Hitler y primera acción política (1914-1919)37
El Partido Obrero Alemán (1919)41
Los inicios del Partido (1920/23)44
1921.-49
1922.-52
1923.-55
El alzamiento del 8/9 de Noviembre de 192365
1924.-69
El proceso contra Hitler (1924)69
La época de la prohibición (1924)71
1925.-76
La refundación del NSDAP (1925)76
1926.-79
1927.-82
1928.-85
1929.-88
La lucha contra el Plan Young91
1930.-93
Gobierno nacional socialista en Turingia (1930/31)93
1931.-103
1932.-117
Las elecciones presidenciales (1932)118
La caída del gabinete de Brüning (mayo de 1932)126
Hitler lucha por el poder (agosto/diciembre 1932)136
1933.-145
Hitler es llamado (enero de 1933)145
La revolución NS y la construcción del Tercer Reich (1933/36)150
1934.-213
1935.-238
1936251

ANEXOS262
Graduaciones263
Elecciones parlamentarias y cifra de los diputados NS (1924/33)266
Cifra de diputados de cada partido en el Reichstag267
Número de ministros y composición partidaria de los gobiernos 268
Gobiernos de los Estados alemanes según su composición política270
La participación electoral del pueblo alemán (1919/36)270
La cifra de los caídos del Movimiento durante los años 1923/36272
La situación del paro en Alemania en los años 1933-1936273
Notas:274
Apéndice biográfico276
Amann, Max 277
Baur, Hans 277
Best, Werner Dr. 278
Blomberg, Werner von 279
Bormann, Martin 281
Bouhler, Philipp 282
Brückner, Helmuth 283
Brückner, Wilhelm 284
Buch, Walter286
Bürckel, Josef 286
Chamberlain, Houston Stewart 287
Daluege, Kurt 288
Darré, Richard Walther 289
Dinter, Artur Dr. 290
Dollfuss, Engelbert Dr. 291
Drexler, Anton 292
Duesterberg, Theodor 293
Eckart, Dietrich 294
Eltz-Rübenach, Paul Freiherr von 295
Epp, Franz Freiherr Ritter von 295
Esser, Hermann 296
Feder, Gottfried 298
Fiehler, Karl 299
Forster, Albert 299
Frank, Hans Dr. 301
Frick, Wilhelm Dr. 302
Funk, Walther 303
Gemeinder, Peter 304
Goebbels, Joseph Paul Dr. 304
Goerdeler, Karl Friedrich Dr. 306
Göring, Wilhelm Hermann 307
Greiser, Arthur Karl 311
Günther, Hans Friedrich Karl 313
Gürtner, Franz von 314
Gustloff, Wilhelm314
Haake, Heinrich317
Habicht, Theo 319
Hess, Rudolf 319
Hierl, Konstantin 321
Hildebrandt, Friedrich 323
Hilgenfeldt, Erich 324
Himmler, Heinrich 325
Hindenburg, Paul von Beneckendorff und von 326
Hinkler, Paul Georg Otto 328
Hohnfeldt, Hans-Albert 329
Hühnlein, Adolf 330
Jung, Rudolf 331
Kaufmann, Karl 332
Kerrl, Hans 334
Killinger, Manfred Freiherr Von 334
Klant, Josef335
Klagges, Dietrich 337
Kube, Wilhelm 338
Ley, Robert Dr. 339
Lippert, Julius Dr. 342
Lohse, Hinrich343
Loeper, Wilhelm Friedrich 343
Lubbe, Marinus Van der 345
Ludendorff, Erich 346
Ludin, Hanns Elard 347
Lutze, Viktor 348
Maurice, Emil 349
Meissner, Otto Dr. 351
Mergenthaler, Christian 351
Meyer, Alfred Dr. 352
Muchow, Reinhold 353
Murr, Wilhelm 354
Neurath, Konstantin Alexander Freiherr von Dr. 357
Norkus, Herbert 358
Oberlindober, Hans 359
Rauschning, Hermann Dr. 359
Reinhardt, Fritz 360
Renteln, Theodor Adrian von 361
Ribbentrop, Joachim von 362
Röhm, Ernst 364
Rosenberg, Alfred 365
Röver, Carl 367
Rust, Bernhard 368
Sauckel, Ernst Friedrich Christoph 369
Schachleitner, Albanus 370
Schacht, Horace Greely Hjalmar Dr. 371
Scheel, Gustav Adolf Dr.374
Schemm, Hans 375
Schirach, Baldur Benedikt von 377
Schlange, Ernst Dr. Jur. 379
Schröder, Kurt Freiherr von 380
Schuhmann, Walter 382
Schultze, Walter Prof. Dr.382
Schultze-Naumburg, Paul Prof. Dr. 383
Schwarz, Franz Xaver 390
Schwede, Franz 390
Schwerin von Krosigk, Johannes Ludwig Conde 391
Sebottendorff, Rudolf von 392
Seldte, Franz 419
Sprenger, Jakob 420
Stöhr, Franz 422
Streicher, Julius 423
Telschow, Otto 444
Tittmann, Fritz 445
Torgler, Ernst 446
Vahlen, Theodor Prof. Dr. 449
Wächtler, Fritz 451
Wagener, Otto William Heinrich Dr. 452
Wagner, Adolf 454
Wagner, Gerhard Dr. 456
Wagner, Joseph 457
Wagner, Robert 460
Wagner, Siegfried 461
Wagner, Winifred 464
Weiss, Wilhelm 465
Wessel, Horst 466

Presentación de la obra

 

La obra “Datos de la Historia del NSDAP” constituye un valioso e insustituible documento para conocer la historia y la ideología del III Reich. Las ediciones dedicadas a dicha época histórica son numerosas, tanto las favorables –entre las que la dinámica histórica ha hecho que se cuenten también las imparciales- como las contrarias, pero unas y otras adolecen de grandes lagunas, olvidándose determinado aspecto del pensamiento nacionalsocialista, soslayando un determinado período histórico, o pasando por alto algunas innovaciones en la legislación o la actividad gubernamental. Hay muy pocos trabajos que pretendan –y consigan- ofrecer una visión completa del III Reich y todavía hay menos cuyo objetivo abarque la historia del nacionalsocialismo desde su fundación.
El peso de la propaganda aliada durante y sobre todo con posterioridad a la II Guerra Mundial, ha logrado circunscribir toda la historia del nacionalsocialismo a media docena de casos que han sido convenientemente difundidos y a los que se les ha asignado incluso un nombre propio, siendo los más representativos los de la llamada “noche de los cuchillos largos” y la “noche de los cristales rotos”. La “noche sangrienta de Wöhrden” por ejemplo (ver apunte 7-III-1929) ha sido en cambio totalmente olvidada. El peso de la propaganda ha sabido buscar unos centros de gravedad concretos y ha soslayado todo lo demás, e incluso los más prestigiosos historiadores, incluidos también los de ideología nacionalsocialista o cercana, caen en la trampa de centrarse de manera primordial en esos pocos temas e incluso denominarlos con el nombre que les asignó en su día la “propaganda”, y que si en la época de paz se pueden reducir a los dos citados, al que podríamos añadir el “incendio del Reichstag” –como si no hubiese ocurrida nada más destacable en toda la historia del NSDAP hasta 1939-, también comprobamos que una vez iniciada la II Guerra Mundial hay otros pocos nombres que lo resumen todo: “La Batalla de Inglaterra”, “Stalingrado”, “El Día D”, “La Batalla de las Ardenas” y el “Bismarck”. Evidentemente cinco victorias aliadas. Si cogemos cualquier libro de historia de la II Guerra Mundial podremos ver que las victorias alemanas –que supusieron innovaciones tácticas, estratégicas, técnicas, químicas..., además de numerosos problemas políticos- ocupan como máximo un 15% del libro, quedando el resto dedicado a las derrotas del Eje.
Todo esto resulta lógico y natural toda vez que todavía hoy, cuando han pasado más de cincuenta años del fin de la II Guerra Mundial, se continua con la misma “Propaganda de guerra” y con los tópicos de siempre, pero lo que ya no resulta tan lógico y comprensible es el hecho de que historiadores objetivos, investigadores imparciales e incluso escritores claramente simpatizantes con el III Reich, caigan, como queda dicho antes, y como menciona muy acertadamente la introducción del traductor, en el error de dejarse arrastrar por el torbellino de la propaganda de guerra aliada.
La obra que tiene Vd. en sus manos busca precisamente librarse de esa dependencia muchas veces involuntaria y casi siempre inconsciente de seguir los pasos a la propaganda de guerra aliada, y para ello la mejor manera es ceñirse a un orden cronológico. Esto permite abarcarlo todo y no olvidarse de nada, y en consecuencia no dejarse arrastrar por la inercia mencionada antes. Aunque sería conveniente poder continuar la cronología hasta 1945 por lo menos o incluso hasta el año 2000, siguiendo la forma cronológica y así no pasar nada por alto, la verdad es que viéndose obligado a limitarse, por evidentes motivos de espacio, al período comprendido entre 1919 y 1936, contribuye a llenar un vacío importante, ya que si bien a partir de 1936 la propaganda alemana en español se intensificó de manera progresiva hasta 1943, fecha de la retirada de la División Azul, el período comprendido entre 1933 y 1936 – para no hablar de la época anterior sobre la que hay escasísima información en español- fue precisamente el más interesante, y en cambio la literatura disponible en español es escasísima. Durante ese período se llevó a término la progresiva implantación del nacionalsocialismo en Alemania, con nuevas leyes y reorganización política y administrativa, y precisamente todo esto es lo que encontramos en las páginas del presente trabajo.
Su lectura no es amena, es más bien farragosa, pesada, salpicada de fechas y datos con innumerables notas a pié de página. Una primera ojeada puede darnos la idea errónea de que se trata de un libro de consulta. Nada más falso. Es un libro de imprescindible lectura. Un libro que debe leerse con tranquilidad, deteniéndose en cada nota, volviendo atrás cuando se indican referencias de apuntes anteriores, para refrescar la memoria sobre determinados temas, meditándolo y casi diría estudiándolo. Es necesario tener un lápiz a mano para subrayarlo, destacar los temas que más nos interesan y señalar las fechas, leyes o personas más importantes. Es posible garantizar a cualquier lector la aparición de “datos sorpresa”, determinados acontecimientos históricos de los que nunca había oído hablar, aparte de otros de los que las referencias eran muy superficiales. El hecho de estar todo este período tan condensado en esta forma de exposición cronológica nos permite abarcar un amplio período de tiempo en poco espacio y así hacernos una idea de la situación muy completa, por ejemplo en el tema de la progresiva implantación del nacionalsocialismo en gobiernos regionales antes de 1933 –donde se aplicaron ya con éxito los principios ideológicos programáticos- y también en el “golpe de vista” sobre las diversas y dispersas campañas electorales por toda Alemania, así como también en Austria y Danzig.
El traductor ha realizado un esfuerzo inmenso en documentar cada caso, cada ley, cada hecho histórico relevante. Hay unas pocas lagunas en temas sobre los que ha sido imposible encontrar información veraz, pero en la mayoría de casos resultan más interesantes las notas que el texto propiamente dicho. Eso es perfectamente lógico y comprensible. Cuando se editó el libro sí se podía considerar un manual de consulta, una especie de enciclopedia de bolsillo, pero con el paso del tiempo el sentido de la obra, ahora y aquí, ha variado sustancialmente. De hecho el presente trabajo constituye un caso único en literatura del III Reich en español, de colaboración entre un autor alemán de aquella época y un autor español de la actual. Personas separadas en el tiempo y el espacio, sin haberse conocido – posiblemente sin ni siquiera haber tenido la posibilidad de conocerse- y sin embargo trabajando juntos en un proyecto común. Si Hans Volz pudiese conocer esta edición posiblemente quedaría muy satisfecho al comprobar que lo que en su momento fue un trabajo de recopilación se ha convertido con la adición de notas y comentarios en una obra singular y única que muestra toda la historia e ideología del III Reich desde una perspectiva actual, resaltando aquellos aspectos menos tratados, así como los más tergiversados o interesantes.
J. Mota

Introducción a cargo del traductor

 

¿Qué es “Datos de la historia del NSDAP” y que se pretende con su traducción?
“Datos de la historia del NSDAP” es una traducción de un texto de la época, al que se añaden notas explicativas a pie de página, pero que ni pretende ni puede suponer una especie de “Enciclopedia del III Reich”, sino una guía de consulta y la posibilidad de ampliar la información que los lectores tengan acerca de ese período de la historia, y por supuesto, saber qué es lo que en aquella época se consideraba destacable y qué cosas ni tan siquiera eran mencionadas (por ejemplo, las escasísimas alusiones a la cuestión judía).
Hoy por hoy, es normal que se sepa del Nacional Socialismo lo que los enemigos de esta ideología quieren que se sepa; lo que no es tan normal es que buena parte de las personas que se autocalifican de nacionalsocialistas (en adelante, NS) dirijan su atención hacia aquellos aspectos de la ideología y de la historia que son los favoritos de sus enemigos. No sólo se hace demasiado hincapié en la cuestión judía o en el revisionismo, olvidándose del arte, la cultura y la cuestión social, que eran los temas más importantes de la época, sino que lo mismo sucede con los personajes. En numerosas ocasiones he oído en boca de NS comentarios jocosos o despectivos hacia Göring (su obesa figura; su afición por los uniformes y medallas; su estilo de vida suntuoso; su adicción a la morfina; la derrota de la Luftwaffe), pero jamás he escuchado (alguna vez lo he leído, pero nunca se lo he escuchado a nadie) un elogio hacía las muchas cosas positivas que protagonizó (su condición de héroe de guerra y último comandante de la escuadrilla Richtoffen; los dos balazos que recibió en el Putsch de Munich; su fidelidad al Führer; su actuación como presidente del Reichstag y como ministro-presidente de Prusia; su ley contra la vivisección; su papel como montero mayor del Reich; el gran éxito de los planes cuatrienales; la creación de una Luftwaffe nacida de la nada; su inmensa popularidad; su coraje visitando las líneas más expuestas del frente o su actitud fiel y valiente en el juicio de Nüremberg). Lo mismo sucede con Röhm; si preguntamos a esos mismos NS quién era el jefe de la SA, casi todos responderán aquél a quien el sistema desea, Röhm, cuando lo cierto es que Victor Lutze lo fue durante más tiempo que él (y por no mencionar al sustituto de éste, Schepmann, a quien no conoce prácticamente nadie). Si hablamos del ministro de armamentos, todos señalarán a Speer, cuando lo cierto es que su antecesor, Todt, era mucho más interesante, sobre todo desde un punto de vista socialista; y sin embargo, sucede justo lo contrario con el jefe de las Juventudes Hitlerianas: todos mencionarán al penúltimo, Schirach, y muy pocos se acuerdan del último, Axman, que lo fue durante nada menos que cinco años y que perdió un brazo en el frente del Este, algo de lo que Schirach está lejos de poder presumir. En definitiva, hay un interés hacía aquellos temas, personajes o acontecimientos que el sistema señala como protagonistas, cuando lo necesario es recalcar aquello que el NS consideraba importante. Ese me gustaría que fuese también el sentido de este trabajo; el tiempo dirá si finalmente ha sido así.

¿Por qué “Datos de la historia del NSDAP” y no otro texto?
Puestos a acercarse a la figura de Adolf Hitler, soy de la opinión de que hay cuatro aspectos de él a conocer: Hitler artista; Hitler político; Hitler estadista, y por último, Hitler estratega. Estos cuatro aspectos coinciden con distintas etapas de su vida:
1ª) Hasta 1918: Hitler artista. Este período se inicia en su temprana adolescencia, abarcando hasta el final de la Gran Guerra. Está marcado por sus inquietudes artísticas: su deseo de llegar a ser arquitecto, su vida como pintor, su afición musical, dominada por la obra de Wagner. Hitler vive del arte y para el arte; en él están puestas sus metas mas íntimas. El derrumbe de Alemania pone fin a sus sueños de consagrar su vida a tan noble fin y le insta a iniciar un camino para el que carecía de posición y padrinos: la política.
2ª) 1918-1933: Hitler político. Ingresa como séptimo miembro de una formación desconocida y sin medios, y logra hacer de ella el partido más dinámico (y en ello coinciden hasta sus propios enemigos) que haya conocido la historia. Enfrentándose a los dos bloques que hasta aquel entonces dominaban la política alemana, a saber, el conservadurismo económico y el marxismo, Hitler da un vuelco a los conocimientos de la propaganda política: la oratoria, la prensa, los carteles, los uniformes, las insignias, las banderas y estandartes son puestos de forma revolucionaria al servicio de una idea, al igual que sucede con dos de los adelantos de la ciencia de la época: el cine y la aviación. Surgiendo de la nada y siendo atacado por todos, su formación se convierte en la más votada, y 14 años después se alza con el poder, convirtiéndose Hitler en un hombre de Estado.
3ª) 1933-1939: Hitler estadista. También aquí revoluciona el arte de gobernar. Acaba con el paro; crea las organizaciones estatales que llevan a la práctica el programa social del Partido (la Juventud Hitleriana, el Servicio del Trabajo, el Auxilio de Invierno, la Fuerza por la Alegría, la Belleza del Trabajo, la fundación Madre e Hijo); multiplica los campamentos juveniles y los centros deportivos; pone balnearios y cruceros a disposición de los trabajadores con rentas menores; unifica legislativamente los distintos Estados alemanes; pone fin al parlamentarismo y hace del Partido el medio de comunicación entre el pueblo y el Estado; el arte pasa a ser el medio de expresión de la riqueza de un pueblo; da a Alemania la igualdad de derechos frente al resto de las naciones y acaba con los últimos vestigios del Tratado de Versalles; recupera la plena soberanía sobre el territorio del Ruhr y reincorpora por vía pacífica los territorios desgajados del Sarre, los Sudetes y Memel; Austria se unifica con Alemania. Finalmente, la guerra le obliga a ponerse al frente del ejército alemán y dirigir su estrategia.
4ª) 1939-1945: Hitler estratega. Es el último campo en el que él imprime su personalidad revolucionaria. Inferior en número y material, y sometido desde el principio a un férreo bloqueo marítimo, hace frente a numerosas y poderosas naciones con un ejército que apenas ha tenido unos pocos años para renovarse, una armada prácticamente inexistente y una aviación nacida de la nada. Su estrategia de la guerra relámpago pone fin a las largas y cruentas batallas de trincheras que fueron características de la Primera Guerra Mundial. Con su imaginación y su intuición portentosa impulsa el arma acorazada, los submarinos, las operaciones aerotransportadas, los aviones a reacción, los cohetes balísticos... Hitler, coherente con sus ideas, desarrolla la aviación táctica, de apoyo a las tropas, y da su espalda a la aviación estratégica, que se adentra tras las líneas enemigas para destruir la industria, con el consiguiente daño para la población civil. Es la carencia de un arma aérea estratégica lo que le impide derrotar a Inglaterra. Por el contrario, sus enemigos anglo-americanos, menos escrupulosos, llevan años de ventaja en el desarrollo de una fuerza aérea estratégica que, combinada con el rodillo soviético, serán las causas determinantes de la derrota alemana.
Evidentemente, esta cronología personal de la vida del Führer no es estanca. El afán por el arte acompañó a Hitler durante toda su vida, y ello se refleja hasta el último día de su existencia, en el que da espacio, entre las breves líneas de su testamento privado, a uno de sus grandes sueños como impulsor del arte: la creación de una pinacoteca en Linz. Tampoco Hitler puso fin a sus días de político con la toma del poder, ya que él no se paró ahí, y lejos de permitir que el poder desgastara al NSDAP (hoy no es extraño en absoluto que los políticos gobernantes justifiquen sus pérdidas electorales como consecuencia del “desgaste político”), se preocupó de seguir manteniendo viva la llama del activismo político por medio de plebiscitos y renovaciones del Reichstag, haciendo de los congresos del Partido una gigantesca obra de arte abierta al público, creando un ministerio de Propaganda y animando a la población a formar parte de alguna de las muchas organizaciones del Partido (por poner un único ejemplo, al principio de la guerra el número de miembros de la organización de asistencia social del Partido [la Nationalsozialistische Volkswohlfahrt-NSV], era de 7 millones); pero las campañas políticas del NSDAP también continuaron fuera de las fronteras alemanas: el plebiscito del Sarre, las elecciones austríacas (hasta la prohibición del NSDAP en 1934) y las de Danzig, donde el NSDAP revalidaba una y otra vez su mayoría absoluta. Asimismo, Hitler no abandonó su labor de estadista al estallar la guerra, y en medio de sus numerosas preocupaciones militares debía ocuparse de las cuestiones civiles (e incluso de las cuestiones animales: iniciativa suya, también única en el mundo, fue la de las cartillas de racionamiento para animales domésticos [la Tiernährunglebensmittelkarte; ver al efecto Volkslexikon Drittes Reich, de Ludwig Peters; Grabert-Verlag, Tübingen -Alemania-, 2ª edición, 1994, pág. 464]), pero no menos cierto es que muchos de sus logros como estadista eran fruto de sus actividades políticas anteriores a la toma del poder, puesto que él hizo de la organización del NSDAP un campo de pruebas sobre el que plasmar sus ideas acerca del Estado. También sus conocimientos militares son anteriores a 1939, puesto que su vida estuvo impregnada desde siempre por el sentido de la milicia; sus estudios autodidactas y sus cuatro años como voluntario en la Gran Guerra fueron las fuentes sobre las que desarrolló la estrategia con la que asombraría al mundo. Pese a todo, considero que la cronología referida a las cuatro materias básicas acerca de la vida de Hitler es válida en su conjunto, sin olvidar que por encima de las cuatro hay una que se eleva magistralmente: la de Hitler como ser humano; su naturaleza noble y su predisposición en favor de los desposeídos y de los indefensos. Para hablarnos de su personalidad nadie mejor que aquél que posiblemente lo conoció más de cerca, su amigo de juventud August Kubizek: «Sabía bien lo que, por lo general, incitaba a los jóvenes de mi misma edad: amores, fáciles placeres, ociosas musiquitas y unido a todo ello un gran número de pensamientos intrascendentes y vacíos. Adolf era justamente lo contrario de ello. En él había una inaudita gravedad, una meticulosidad, un verdadero y apasionado interés por todo lo que le rodeaba y, lo que más me atraía de él y lo que le devolvía de nuevo el equilibrio, después de horas en las que se había extasiado por completo, era su entrega sin reservas a lo bello, lo elevado, lo grande en el arte» (August Kubizek: “Adolf Hitler, mi amigo de juventud”; Editorial AHR; pág 259). «Con todo su corazón, sin embargo, se alineó entonces en las filas de los desheredados por el destino. No sentía compasión, en el sentido corriente de la palabra, por estas masas huérfanas de todo derecho. Esto le hubiera parecido demasiado poco. No se limitaba a sufrir con ellos, sino que vivía también para ellos, y consagraba toda su capacidad y todos sus pensamientos a liberar a estos seres de su miseria y de su opresión. No cabe la menor duda de que esta ardiente voluntad y deseo por una total reorganización de la vida entera, considerado desde un punto de vista personal, era la respuesta dada por él al destino, que, golpe tras golpe, le había llevado también a él a la miseria» (Ibid; pág. 227-8). «Su pensamiento, su sentimiento y modo de obrar giraban en torno a los seres más desvalidos, los sencillos, honrados, pero carentes de todo derecho, y su deseo era ayudarles en su lucha. Este pueblo de pobres y desheredados estaba siempre presente en todas sus conversaciones y reflexiones» (Ibid; pág. 216).
Pues bien, de las cuatro materias de estudio mencionadas, la segunda, la de Hitler como político -y uso el término político según el significado que se le da hoy en día, es decir, el del hombre dedicado a captar votos-, es según mi entender la que menos referencias bibliográficas tiene, pese a constituir una etapa ciertamente fascinante. El motivo de este abandono viene dado seguramente por el hecho de que el poder actual se siente incómodo ante la imagen de un Hitler que en inferioridad de condiciones se gana una y otra vez el afecto y apoyo de los votantes, quedando reflejado dicho sentimiento popular en victorias electorales cada vez más abultadas. Sin duda, la gran mayoría de los ciudadanos de hoy se sorprenderían al saber que Hitler tardó 14 años en llegar al poder, que durante los 13 primeros años no pudo presentarse a las elecciones por carecer de la nacionalidad alemana, que durante todo ese tiempo su partido tenía vetado el uso de la radio (la televisión de la época) y que el primer discurso radiado de Hitler tuvo lugar una vez que fue nombrado canciller. Asimismo, sus éxitos electorales no abarcan únicamente campañas presidenciales o para la renovación de Reichstag, sino que se extienden también a los parlamentos de los diecisiete Estados alemanes, ayuntamientos, representaciones estudiantiles, sindicales, etc. Por otra parte, siempre que se habla del período de lucha electoral se hace referencia al apoyo de los grandes capitalistas al partido de Hitler, pero generalmente se omite hacer una serie de reflexiones, tales como que el dinero no es en absoluto garantía de éxito en las urnas (la historia está plagada de operaciones políticas que pese al derroche económico han supuesto un absoluto fracaso [en España tenemos los ejemplos de la extinta UCD, o el de la llamada “operación Roca” que se saldó sin la obtención de un solo diputado]), y lo que es más importante, que sí bien es cierto que destacados hombres de negocios hicieron importantes donaciones al NSDAP, no menos cierto es que la gran mayoría de la clase adinerada prefería apoyar a los partidos clásicos ya consolidados, tales como el derechista Deutsch National Partei, el centrista Zentrum, o el izquierdista Partido Social Demócrata (SPD) que durante buena parte de la República de Weimar gobernó Alemania y su Estado más importante, Prusia, y sin olvidar que el Partido Comunista, aún contando con la enorme contribución económica de millares de afiliados idealistas, gozaba del importante apoyo exterior de la Unión Soviética. La relación de Hitler con la alta finanza de esa época queda posiblemente muy bien reflejada en el excelente libro de Raymond Cartier “Adolf Hitler al asalto del poder”:
«La explicación marxista del fenómeno Hitler da por seguro que éste fue elevado al poder por los grandes industriales, detentadores reales y exclusivos del poder en un régimen capitalista. Las altas finanzas judías cooperaron también a esta elevación, para salvar las inversiones norteamericanas en Alemania. En consecuencia, el movimiento nacionalsocialista se habría beneficiado de subvenciones inmensas que costearon la propaganda y al aparato de intimidación que aseguraron el advenimiento del III Reich.
«Tales alegaciones no se corresponden con la realidad. A pesar de los prejuicios con que se iniciaron y prosiguieron, los procesos de la posguerra pusieron de manifiesto su falsedad. Dichos procesos permiten escribir la historia objetiva de las relaciones entre el nazismo y el capital.
«En sus comienzos políticos, Hitler tuvo benefactores, los Brückmann, los Bechstein, la baronesa Seydlitz, etc., cuyos nombres han sido mencionados en este relato, pero la ayuda financiera que aportaron al movimiento naciente no superó la medida de las donaciones que unos particulares ricos hacen al partido político de su elección. Los 100.000 marcos del viejo Kirdorf entran en la misma categoría. Thyssen es ya más importante. El reconoce que dio al partido socialista (sic) y a su jefe, de su fortuna personal, un millón de marcos. Añade que, aparte de él y de Kirdorf, no cree que muchos industriales concedieran fuertes subvenciones a Hitler.
«Los procesos de la posguerra confirman las afirmaciones de Thyssen. Gustav Krupp fue condenado, a través de la persona de su hijo Alfried, por el tratamiento dado a prisioneros y deportados en sus fábricas, pero los debates dejaron sentado que había combatido a Hitler hasta el momento en que éste puso el pie en el penúltimo escalón del poder. Schacht afirma que no tuvo conocimiento de relaciones estrechas entre Hitler y la gran industria, y Ludwig Kastel, que dirigió la confederación del empresariado alemán, testifica que, exceptuando a Thyssen y Kirdorf, ningún industrial importante subvencionó a Hitler antes de 1932. Friedrich Flick, cuyo proceso duró siete meses y emborronó diez mil páginas de actas, ayudó a Stresemann, luego a Brüning, más tarde a Papen y a Schleicher, y en noviembre de 1932 escribía aún a Hugenberg que le enviaba dinero para impedir la victoria del movimiento nacionalsocialista. El conjunto de industriales y financieros alemanes no podía más que detestar el programa nazi, confuso y demagógico, y hasta el último instante -ya se verá- ninguna confederación patronal abrió su caja al N.S.D.A.P.
«En 1930 y 1931, la mayor parte de los recursos del partido seguía procediendo de la masa de sus afiliados. Hitler velaba para que así fuera. ««El partido -decía- debe vivir por sí mismo; de lo contrario, no llegará a ningún sitio. El dinero de San Pedro tiene para la Iglesia romana una importancia material considerable, pero su significación principal descansa en el hecho de que cada católico se siente personalmente comprometido por el sacrificio que ofrece»». El palacio Barlow fue pagado esencialmente, y no sin serias dificultades, por una colecta extraordinaria y a través de una cotización especial de RM 2,50 percibida a los 250.000 miembros que el N.S.D.A.P. tenía por entonces» (Raymond Cartier: “Hitler al asalto del poder”; editorial Argos Vergara; Barcelona, 1978; pág. 247-9).
De todos los éxitos de Hitler, quizás el más prodigioso sea el obtenido en las urnas, habida cuenta que en aquella época era un apátrida nacido de la nada que tenía frente a sí a todo el resto de la clase política, dispuesta a olvidar sus diferencias con tal de detener el avance pardo. Qué duda cabe que sus logros posteriores en la lucha contra el paro, en la creación de una comunidad popular, en la reunificación de Alemania y en los campos de batalla de la segunda guerra mundial asombrarán aún a muchas generaciones venideras, pero no hay que olvidar que en esos momentos tenía tras de sí la maquinaria del Estado, al contrario que en los catorce años de lucha contra la república de Weimar, cuando no contaba sino con su capacidad de convicción avalada por el apoyo de cientos de millares de correligionarios. De ahí que tal vez esa primera victoria sea la más espectacular, y por desgracia, también la más olvidada. En contra de esta tendencia tenemos por fortuna en España algunos intentos realmente elogiosos dentro de la órbita de CEDADE, tales como la traducción y edición de “Con Hitler en la lucha”, de Otto Dietrich; “Adolf Hitler, el origen de un movimiento popular”, de Philip Bouhler, y con posterioridad, “La lucha de Hitler (del Kaiserhof a la Cancillería)” de Joseph Goebbels, y “La reconstrucción de un Reich”, de Hermann Göring. También en Argentina hay ejemplos encomiables dentro del entorno de Ediciones Milicia, tales como “La conquista de Berlín”, de Goebbels, o la recopilación “Alemania despierta”, pero en general, el período de 1919 a 1933, en relación al de 1933 a 1945, ocupa menos páginas de las que debiera.
Pues bien, “Datos de la historia del NSDAP” dedica un 64% de su espacio al período comprendido en la república de Weimar, frente a un 36% dedicado a los años de gobierno hasta 1936 inclusive. Este porcentaje me parece significativo y fue determinante a la hora de adquirirlo en una librería de viejo en la ciudad austríaca de Linz (hubo otro motivo de peso, incluso en el sentido literal de la expresión, y fue el de que dado su pequeño formato era lo máximo que mi economía de aquel entonces podía permitir). Ahí tenemos un ejemplo de que lo que era importante en la época no lo es tanto hoy en día, y lo cierto es que incluso años después de la toma del poder, en plena guerra, muchas de las decisiones más importantes de Hitler y de sus colaboradores estaban basadas en sus experiencias de los años de lucha.

¿Cómo es “Datos de la historia del NSDAP”?
El ejemplar que yo poseo corresponde a la sexta edición y es del año 1937, por lo que tal como apunté previamente, recoge los datos hasta 1936 inclusive. Tengo constancia de la existencia de una undécima edición en 1943, pues así aparece reflejado en la bibliografía de Georg Franz-Willing, “1933, die nationale Erhebung”, pág. 318; Druffel Verlag; Leoni am Starnberger See (Alemania), 1982.
Sus dimensiones son de 18 x 12 cm. y totaliza 72 páginas. Consta de índice de búsqueda alfabético tanto de materias como de nombres, y está dividido en cuatro apartados: Datos de la historia del NSDAP; Datos de la historia de la SA, SS y NSKK; Datos de la historia de la Hitlerjugend, y Anexos. La presente traducción sólo incluye los datos de la historia del NSDAP y la mayor parte de los anexos.

Algunas consideraciones finales
Tal vez el lector se sorprenda en un principio por las numerosas ocasiones en que organizaciones, instituciones, graduaciones, lugares y eventos son citados en su denominación original alemana, si bien añadiendo a continuación en la mayoría de los casos su traducción al español. Ello es debido al hecho de que lo que es natural en alemán, suena rimbombante y hasta a veces ridículo en español. Un ejemplo muy evidente lo tenemos en que es común citar a la SA como “Secciones de Asalto”, pero nadie se refiere a la SS como “Escuadrón de Protección”. Asimismo, nadie se atrevería a referirse a un Obersturmführer de la SS como “Jefe superior de asalto” (en realidad, un teniente). Himmler era Reichsführer y Bormann Reichsleiter, sin embargo, la traducción al español de ambos títulos es prácticamente idéntica. Un caso especial lo merece el de la denominación de las distintas elecciones, pues las hay comunales y de distrito; en lo referente a las elecciones para los distintos Estados, no hay que olvidar que tres de ellos (Bremen, Hamburgo, Lübeck) estaban constituidos por las llamadas “ciudades libres” (Freie Städte) y lo que se escogía era un “consejo ciudadano”(Bürgerrat), mientras que el resto de Estados contaban con un parlamento (Landtag); a su vez, los distintos Estados contaban con sus propios ministros, que no hay que confundir con los ministros del gobierno central (Reichsminister); como vemos, un tanto complejo, acorde con la situación del momento.
A la hora de juzgar la situación política de la Alemania de la República de Weimar, puede que el lector no sepa distinguir claramente las diferencias entre los distintos partidos que competían con el NSDAP. En algún caso, como en el del Partido Comunista de Alemania (KPD) o en el del Partido Social Demócrata de Alemania (SPD), es fácil que se esté familiarizado con la ideología e historia, pero en otros considero necesario hacer una breve referencia aclaratoria. Un pequeño ejemplo introductorio es el que cito a continuación:
«El principal grupo nacionalista de derechas era el Partido Nacionalista del Pueblo Alemán (DNVP [Deutschenationale Volkspartei]), ramificación autoritaria radicalizada del antiguo Partido Conservador del Segundo Reich. El DNVP surgió en los primeros años de la postguerra como principal partido conservador de Alemania, con una gran clientela electoral en las primeras elecciones de la postguerra. Pero a medida que se fue estabilizando la República de Weimar, el DNVP fue perdiendo apoyo y se hallaba en proceso de reducción a una fuerza tradicional conservadora, socialmente algo arcaica, de aristócratas y agricultores de la Alemania oriental. Al principio asumió una actitud conservadora bastante moderada bajo la República de Weimar, aunque nunca aceptó del todo el nuevo sistema democrático, pero a partir de 1928 se radicalizó bajo la jefatura de Alfred Hugenberg, el magnate de la prensa. A partir de aquel momento, el DNVP fue desplazándose decididamente hacia una actitud autoritaria de derecha radical, cuyo objetivo era sustituir a la República por un sistema autoritario permanente, preferiblemente monárquico. Durante la crisis política alemana, el DNVP fue un aliado intermitente de los nazis, y de hecho ayudó a Hitler a llegar al poder, aunque esto le resultó fatal incluso antes de 1933, pues el partido perdió muchos votos, que pasaron a los nazis.
«Cabía hallar unas tendencias más moderadas hacia el nacionalismo autoritario en otros partidos importantes. Había elementos del Centro Católico (Büning, Papen, etc.) que se proponían sustituir la República por un sistema monárquico más autoritario, aunque fuera de la forma más suave y legal posible. De hecho, el partido liberal moderado más importante, el Partido del Pueblo Alemán de Stressemann (DVP [Deutsche Volkspartei]) se deshizo prácticamente durante la Depresión. Una de sus primeras ramificaciones, el Partido de la Economía (Deutsche Wirtschaftpartei), formado en la década de 1920, adoptó una línea corporativista y autoritaria. Lo mismo ocurrió con gran parte del Partido Demócrata, principal grupo liberal progresista de Alemania. Se vio sustituido en gran parte por el nuevo Partido del Estado (Deutsche Staatspartei), que actuaba en pro de un estado autoritario moderado en cooperación con uno de los principales grupos nacionalistas juveniles (y por lo menos moderadamente autoritario), la Jungdeutscher Orden» (Stanley G. Payne: “El fascismo”; Alianza Editorial; Madrid, 1982; pág. 70-71).
Ahí donde lo he considerado oportuno -y he encontrado la posibilidad para ello- he ampliado el texto por medio de notas a pie de página. Ni que decir tiene que las mismas responden a un criterio personal, lo cual viene remarcado al final de cada una de ellas con la inclusión de la expresión “(Nota del traductor)”. El original alemán no incluye ninguna nota a pie de página salvo en el apartado de los Anexos.
A la hora de incluir citas de “Mi lucha” creí oportuno extraerlas de alguna edición en español (pese a no existir ninguna que esté completa) en lugar de hacerlo del original alemán o de alguna traducción en otro idioma, mucho más difíciles de conseguir para el lector español y únicamente comprensibles para quienes conozcan el idioma. En español se barajaron dos posibilidades, la editada en la época y reeditada posteriormente por CEDADE, que tiene la gran ventaja de estar avalada por el Partido, pero el inconveniente de ser una versión resumida del original, y la editada en Chile bajo los auspicios de D. Miguel Serrano y reeditada en España, que pese a ser igualmente una versión resumida, comprende bastantes párrafos inéditos en la edición de la época, pero que posee el inconveniente de no ser una traducción del original alemán, sino una traducción de una traducción, y por supuesto, de carecer del visto bueno del NSDAP. Por consiguiente, está sujeta a errores de traducción y de transcripción. Como quiera que buena parte de las citas incluidas en el presente trabajo no se hayan presentes en la edición en español de la época, se ha optado por hacer uso de la edición –por otra parte bastante difundida- del Sr. Serrano, habiendo sido todas ellas contrastadas con el original alemán, y en aquellos casos en que por un motivo u otro no ha sido posible o aconsejable su uso, se ha citado como fuente la edición alemana de la época.
Por último, no puedo dejar de recomendar la lectura del libro de Raymond Cartier, “Hitler al asalto del poder”, del que he extraído numerosas citas. Considero que es el mejor libro en lengua española sobre el período político de Adolf Hitler previo a la toma del poder. Es interesantísimo, no sólo por sus datos, sino por lo ameno de su lectura, y reúne magistralmente los hechos relativos a la vida de Hitler, los avatares del NSDAP, la realidad política de Alemania y su contexto con los acontecimientos internacionales de la época. Es un ejemplo -al menos en lo que respecta a libros sobre el período NS- de imparcialidad y objetividad. Buena parte de los comentarios negativos hacia la persona de Adolf Hitler están extraídos de las memorias de dos notorios enemigos: Otto Strasser y Ernst Hanfstaengl (la credibilidad de Otto Strasser ya resulta bastante vapuleada en el propio libro, y por lo que respecta a Hanfstaengl, la últimamente celebre historiadora austríaca Anna Maria Sigmund, nada proclive al NS, afirma: «Hanfstaengl, que ya en su tesis doctoral sobre la historia de Baviera en el siglo XVII llamó la atención por la parcialidad e injusticia de sus juicios, deja libre curso a la fantasía en sus memorias» [Anna Maria Sigmund, “Las mujeres de los nazis”; Plaza & Janés editores, SA; 1ª edición, Barcelona, Marzo del 2000; pág. 257]), pero también -por poner un ejemplo-, defiende eficazmente a August Kubizek y ataca con contundencia a sus detractores. En definitiva, afronta con valentía muchos de los tabúes que rodean a Hitler y derriba muchos de los obligados tópicos y clichés atribuidos al NS.

Santos Bernardo

Prologo a la primera edición

 

La gran abundancia de escritos históricos publicados sobre el Movimiento y su Führer permite a menudo echar de menos la necesaria exactitud de los datos reales. De ahí que fuera necesario reunir los datos más importantes de la historia del NSDAP (incluidos los de la SA, SS, HJ y NSKK) de forma regular, fiel e íntegra. A la hora de seleccionar los acontecimientos, resulta asimismo conveniente considerar al conjunto de la política interior alemana a partir de las elecciones de Septiembre de 1930 en forma análoga a la creciente influencia del cada vez más fuerte NSDAP. Como quiera que la fusión del Partido y del Estado tras la toma de poder de Hitler no permite ya la separación de la historia del Partido de la del conjunto de Alemania, a partir del 30 de Enero de 1933 la reunión de los datos se extiende al conjunto de la política interior y exterior alemana.
Este escrito constituye también a su vez una parte del suplemento a la 21ª edición de “Extractos de la historia”, de Karl Ploetz.
Febrero de 1934. Hans Volz
SA-Sturmführer

 

 

No existe por parte del NSDAP objeción alguna a la publicación de este escrito. Berlín, 25 de Enero de 1937.
El presidente de la Comisión Política para la Protección de los Escritos Nacional Socialistas.

Las organizaciones dependientes del NSDAP, “La Fuerza por la Alegría” y el resto de asociaciones afines recomiendan la adquisición y difusión de este escrito.
Berlín, 26 de Enero de 1937.
La Jefatura de la Asistencia Editorial delegada por el Führer para la completa educación espiritual e ideológica del NSDAP.

Prólogo a la sexta edición

 

La rápida venta de este escrito, sobre el que numerosas personalidades dirigentes del Movimiento se han pronunciado elogiosamente, y que ya ha sido introducido con fines instructivos por diversas corporaciones del Partido, hace necesaria una sexta edición (hasta Diciembre de 1936, ininterrumpida) de “Datos de la historia del NSDAP”.
Este escrito está autorizado por la Comisión Política para la Protección de los Escritos Nacional Socialistas. Fue incluido además en la lista de “Los cien primeros libros para las bibliotecas nacional socialistas; recopilación de la Oficina del Reich para el Fomento de la Literatura Alemana, integrada en el Organo de Inspección para el Reich del NSDAP”, así como en el “Catálogo para la dotación en las bibliotecas escolares de libros y publicaciones idóneas”, de carácter oficial (Hoja ministerial de “La Ciencia, la Educación y la Instrucción Pública Alemana”, 5 de Mayo de 1935).

Diciembre de 1936.
La editorial.