Libreria Argentina Libreria Argentina Libreria Argentina

 

El imperio vikingo de Tiahuanacu

América antes de Colón

Jacques Marie de Mahieu

El imperio vikingo de Tiahuanacu - América antes de Colón - Jacques Marie de Mahieu

200 páginas
medidas: 14,5 x 20 cm.
Ediciones Sieghels
2019
, Argentina
tapa: blanda, color, plastificado,
 Precio para Argentina: 420 pesos

Toda una larga serie de estudios y libros, con muchas horas de investigación antropológica de campo por toda América en los más de 30 años de duración de su trabajo, han hecho de Jacques de Mahieu una eminencia en cuanto al conocimiento de las civilizaciones precolombinas. Si no es mundialmente famoso por ello es porque los resultados de sus investigaciones van a contracorriente de la historia oficial y demuestran irrefutablemente que antes de España existió en nuestro continente una colonización vikinga, donde estos grandes hombres del norte llevaron a cabo el papel de civilizadores y dirigentes.
Jacques de Mahieu ha establecido sólidamente, con pruebas tangibles a las cuales nadie ha podido jamás oponer el menor argumento, la presencia de vikingos schleswigenses en Mesoamérica y Sudamérica mucho antes de Colón. En sus seis obras anteriores ha expuesto los hechos a medida de su descubrimiento.
Pero con "El imperio vikingo de Tiahuanacu" he creído llegado el momento para dar de ellos una visión global y de faire le point.
No encontrarán aquí un mero resumen de los resultados anteriormente alcanzados, sino una exposición sistemática de las conclusiones a las cuales ha llegado. Gracias a ello, hoy día, nos resulta posible, en efecto, presentar una historia del imperio vikingo de Tiahuanacu semejante, en cuanto a su elaboración, a la de cualquier otro país civilizado del Medioevo.

 

ÍNDICE

Nota preliminar7
I.- El gran viaje11
II.- El antiguo Imperio43
III.- Los caminos del Atlántico85
IV.- La evangelización119
V.- El nuevo Imperio139
VI.- Los sobrevivientes177

Nota preliminar

En el curso de una investigación que ha durado más de treinta años y está lejos de haber terminado, hemos establecido sólidamente, con pruebas tangibles a las cuales nadie ha podido jamás oponer el menor argumento, la presencia de vikingos schleswigenses en Mesoainérica y Sudamérica mucho antes de Colón. En nuestras seis obras anteriores, una de las cuales aún no ha sido publicada en castellano (Les Templiers en Amérique, (1) Editions Robert Laffont, París, 1981), expusimos los hechos a medida de su descubrimiento. Ha llegado el momento de dar de ellos una visión global y de faire le point.
Nuestros lectores, antiguos y nuevos, no encontrarán en las páginas que vienen a continuación un mero resumen de los resultados anteriormente alcanzados, sino una exposición sistemática de las conclusiones a las cuales hemos llegado. Hoy día, nos resulta posible, en efecto, presentar una historia del imperio vikingo de Tiahuanacu semejante, en cuanto a su elaboración, a la de cualquier otro país civilizado del Medioevo. Según las normas, hemos evitado, salvo en algunos pocos casos, las referencias bibliográficas a las fuentes, las que se encuentran en nuestros estudios precedentes: habrían entorpecido inútilmente nuestro desarrollo.
Toda investigación implica tanteos, luego rectificaciones. No hemos vacilado, aquí, en corregirnos cada vez que hemos notado algún error en nuestras exposiciones anteriores. Así es como damos del nombre de Viracocha, el héroe divinizado del Perú, una etimología más satisfactoria que la que figura en El Gran Viaje del Dios-Sol como modificamos nuestra estimación del número de los blancos del imperio de Tiahuanaco, objeto, en Drakkares en el Amazonas, de un mero —e imperdonable- error de cálculo; como precisamos, sobre la base de análisis más profundos, las fechas de la llegada de los vikingos al Perú, de su primer viaje de regreso a Europa, de la destrucción del Antiguo Imperio y de la fundación del Nuevo. No son éstos, por lo demás, sino pormenores que no afectan en nada nuestras conclusiones anteriormente expuestas y, por el contrario, las refuerzan.
En nuestras transcripciones de términos pertenecientes a las lenguas americanas, hemos seguido las normas hoy día en vigencia, para el náhuatl, en México; para el aymara, en Bolivia, y para el guaraní, con dos excepciones, en el Paraguay; mientras que, para el quichua, la inestabilidad de las que se le aplican en el Perú, donde es oficial, y la falta de acuerdo entre los países -el Perú, el Ecuador, Bolivia y la Argentina- en los cuales todavía se habla, nos ha llevado a utilizar el modo de transcripción establecido por los cronistas de la época de la Conquista española. Sin embargo, hemos mantenido, cuando se aparta de ellas, la ortografía común de los topónimos todavía en uso y, en especial, el acento prosódico que, de ser el caso, se les agrega. En cuanto a los nombres de razas, pueblos y tribus americanas, hemos respetado la marca del plural en s del castellano sólo cuando tienen proyección histórica o cuando nos han llegado con una forma europeizada que nos hace imposible reconstruir su grafía correcta.
Los análisis filológicos se deben al profesor Hermann Munk, jefe del Departamento de Filología Germánica del Instituto de Ciencias del Hombre, que dirigimos en Buenos Aires; las pocas, pero importantísimas, traducciones del guaraní arcaico, al profesor don Vicente Pistilli, director del Instituto Paraguayo de Ciencias del Hombre.

J. de M

Nota:

1. Ya existe edición castellana. “Los templarios en América: Colón llegó después”; Buenos Aires: Ediciones Sieghels; 2012.