Libreria Argentina Libreria Argentina Libreria Argentina

 

Juana de Arco

 

Michel Valsan

Juana de Arco - Michel Vâlsan

67 páginas
12,5 x 20 cm
Ediciones Heracles
Argentina, 1998

 Precio para Argentina: 40 pesos
 Precio internacional: 8 euros

 

 

 

 

 

 

La epopeya de la cual fue protagonista Juana de Arco se configura como un episodio que podríamos definir como crucial: la Doncella, de acuerdo a la hipótesis formulada por Rene Guénon, habría recibido una investidura de tipo caballeresco, de modo tal que su epopeya habría constituido el efecto de una influencia espiritual que actuó a través de ella y habría representado el último combate de la caballería occidental. Es digna de mención, en relación con ello el testimonio recogido por el célebre historiador Georges de Bordonove: "A propósito de Juana de Arco, me ha sido referido por una tradición familiar sólida e inédita (...) En la coronación de Carlos VII en Reims, entre las banderas que flameaban sobre el altar, apareció improvisamente el Baussant del Templo. Un tal Juan de Foucauld la llevaba y, a fin de que ello fuera aun más explícito, se encontraba al lado de Juana. A continuación de ello, la santa fue tomada a traición, abandonada por Carlos VII y condenada por el obispo de Rouen. Así se la quería castigar por haber recibido la ayuda clandestina de los templarios".
Debe ser tenido presente además que la iniciación caballeresca de Juana tuvo que basarse en un exoterismo que había integrado, dentro del cuadro del cristianismo una considerable herencia tradicional de origen céltico: de aquí la inevitable impresión de que alrededor de la Doncella se agruparan, de modo de producir un extremo intento, o para agotar la última posibilidad concedida por las condiciones cíclicas ya muy avanzadas, todas las fuerzas tradicionales de las cuales aun podía disponer Francia.
Michel Valsan fue un diplomático rumano quien conociera a Rene Guénon en su estancia en París, convirtiéndose con el tiempo en uno de sus principales discípulos. Habiendo colaborado junto con éste en la revista Etudes Traditionelles, se convertirá en su director a partir de 1960 hasta su muerte, acontecida en 1974.
Valsan nos convida aquí con este excelente estudio sobre Juana de Arco, ofreciéndonos fundadas y novedosas argumentaciones acerca de su proceso, condena y beatificación.

 

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN, por Marcos Ghio 7
LA TRADICIÓN Y LA GÉNESIS DEL TRADICIONALISMO ACTUAL                               13
SENTIDO DE ROMA                                   31
TRADICIÓN Y REVELACIÓN                                 37
UNA TRADICIÓN AUTÉNTICA PARA LOS TIEMPOS ÚLTIMOS 47
SOCIEDAD CRISTIANA Y UNIDAD DE LA IGLESIA         53
ACCIÓN ARISTOCRÁTICA   61
EL ARCO EN EL CIELO                                                       67
AT1LIO MORDINI: DATOS BIBLIOGRÁFICOS     77
APÉNDICES:
GÜELFISMO Y GIBELINISMO                     81
FEDERICO II, EMPERADOR GIBELINO    87
AUTORIDAD ESPIRITUAL Y PODER TEMPORAL            91

NOTA INTRODUCTORIA

La epopeya de la cual fue protagonista Juana de Arco se configura como un episodio que podríamos definir como crucial: la Doncella, de acuerdo a la hipótesis formulada por Rene Guénon, habría recibido una investidura de tipo caballeresco (1), de modo tal que su epopeya habría constituido el efecto de una influencia espiritual que actuó a través de ella y habría representado el último combate de la caballería occidental. Es digna de mención, en relación con ello el testimonio recogido por el célebre historiador Georges de Bordonove: "A propósito de Juana de Arco, me ha sido referido por una tradición familiar sólida e inédita (...) En la coronación de Carlos VII en Reims, entre las banderas que flameaban sobre el altar, apareció improvisamente el Baussant del Templo. Un tal Juan de Foucauld la llevaba y, a fin de que ello fuera aun más explícito, se encontraba al lado de Juana. A continuación de ello, la santa fue tomada a traición, abandonada por Carlos VII y condenada por el obispo de Rouen. Así se la quería castigar por haber recibido la ayuda clandestina de los templarios" (2).
Debe ser tenido presente además que la iniciación caballeresca de Juana tuvo que basarse en un exoterismo que había integrado, dentro del cuadro del cristianismo una considerable herencia tradicional de origen céltico (3): de aquí la inevitable impresión de que alrededor de la Doncella se agruparan, de modo de producir un extremo intento, o para agotar la última posibilidad concedida por las condiciones cíclicas ya muy avanzadas, todas las fuerzas tradicionales de las cuales aun podía disponer Francia.
A continuación, tales fuerzas parecerán au­sentarse completamente de la escena occidental y Francia podrá volver a empezar a desarrollar su función de foco antitradicional. La Francia de Felipe el Hermoso había provisto el primer gran ejemplo de rebelión del poder temporal en contra de la autoridad espiritual en la Europa cristiana y había preparado aquel proceso de "regresión de las castas" que en una fase posterior, quinientos años más tarde, eliminará a la misma nobleza francesa; enseguida después del paréntesis de Juana de Arco y de Carlos VII, el rey Luis XI retomará con nuevo vigor la obra de destrucción del edificio feudal y sus sucesores conducirán por toda la edad moderna una acción dirigida a frustrar todo intento del Sacro Romano Imperio de convertirse en el organismo supranacional de al cristiandad de Occidente (4).
Por lo que concierne a Inglaterra, finalizando su ensayo, Valsan nos recuerda oportunamente cómo fue que comenzó ya con Juan Wyclif aquel proceso de subversión antitradicional que habría luego desembocado en la Reforma. En efecto, el autor de De Officio regis, portavoz de las corrientes antipapales y antifeudales más virulentas, había proclamado que "la dignidad del rey es superior a la del sacerdote, en cuanto que el rey refleja la bondad de Cristo y el sacerdote sólo su humanidad", dando vuelta de tal modo la normal relación jerárquica entre autoridad espiritual y poder temporal y proporcionando a este último la excusa doctrinaria para su prevaricación. Tales fermentos tenían justamente como trasfondo la inquietante esfera psíquica emergida con la rebelión de 1381, en la cual tuvieron un papel decisivo las expectativas mesiánicas alimentadas por apóstatas, por pseudoprofetas y por un bajo clero manifiestamente desviado. Además no es necesario subvaluar, ente los elementos característicos del clima inglés, el fermento revolucionario y de la mentalidad laica y racionalista, deletérea respecto de cualquier super­vivencia de tradicionalidad" (Julius Evola, Rebelión contra el mundo moderno, Ed. Heracles, Buenos Aires, 1994, pgs. 376-377 ) "mito del origen" anglo-israelita, con el cual desde la alta Edad Media los Ingleses se habían atribuido una ascendencia que los vinculaba a los Hebreos (5): esta falsificación que parodia la genealogía bíblica imprimía sobre la entidad inglesa una marca para nada tranquilizadora y preanunciaba oscuramente aquel papel de fulcro de la acción antitradicional que Inglaterra habría de desarrollar en los siglos sucesivos hasta llegar al nuestro.
El tribunal que condenó a Juana de Arco estaba presidido por un obispo, doctor en teología y consejero del rey de Inglaterra, rodea­o por el vicario del inquisidor de Francia en Rouen; los otros jueces, unos sesenta, eran monjes y clérigos, casi todos doctores en teología, de derecho canónico y de derecho civil. Si tal cosa puede ser indicativa acerca del poder que los agentes de la contrainiciación habían conquistado en el seno de la otra fuerza en juego, la Iglesia católica, ello se nos presenta también como un interrogante que concierne a las causas que hicieron posible tal infiltración.
La primera explicación que nos viene a la mente es que la cristiandad había salido, en 1417, de un gran cisma que por un cuarentenio había contrapuesto a dos y tal vez a tres papas rivales; el mismo año del proceso de Rouen vio reunirse en Basilea un concilio que entrará bien pronto en conflicto con Eugenio IV y le opondrá un antipapa. Ahora bien, el cisma habrá indudablemente favorecido las infiltraciones contrainiciáticas, pero debe ser visto el mismo como el resultado de fermentos de disgregación operantes desde hace tiempo; en efecto nos parece que gran parte de las posibilidades negativas que el cristianismo llevaba consigo se hayan manifestado con efectos letales para el mismo y para la humanidad sometida a su jurisdicción, en el fatídico 1307, cuando la tradición cristiana fue privada de su propia elite iniciática y se encontró prácticamente decapitada.
Las fuerzas contrainiciáticas tenían que haberse ya sólidamente anidado en los tribunales de la Inquisición medieval, si los portavoces del esoterismo cristiano abominaron en el personaje de Malabocca a la figura del inquisidor; pero tuvo que ser decisiva, a los fines de una masiva penetración en las altas esferas eclesiásticas, la destrucción de la Orden del Templo, que fue llevada a cabo con la colaboración de los tribunales diocesanos aliados de Felipe el Hermoso.
***
Michel Valsan fue un diplomático rumano quien conociera a Rene Guénon en su estancia en París, convirtiéndose con el tiempo en uno de sus principales discípulos. Habiendo colaborado junto con éste en la revista Etudes Traditionelles, se convertirá en su director a partir de 1960 hasta su muerte, acontecida en 1974. Del mismo modo que su maestro Guénon, Valsan se convertiría al islamismo y curiosamente, de la misma manera que aquel, casi como una despedida de su religión cristiana originaria, elaboraría un interesante estudio -el que aquí presentamos- sobre una significativa figura del cristianismo francés. De René Guénon debemos recordar especialmente su San Bernardo, uno de los principales textos que se han escrito sobre tal místico francés, lamentablemente aun no traducido a nuestra lengua y Valsan en cambio nos convidará con este excelente estudio sobre Juana de Arco, ofreciéndonos fundadas y novedosas argumentaciones acerca de  su proceso, condena y beatificación.
El trabajo de Valsan que es aquí publicado apareció originariamente en el N"412-413 de "Etudes Traditionelles " (marzo-abril y mayo- junio de 1969) con el título Remarques occasionelles sur Jeanne d'Are et Charles VII.

NOTAS:

1 Considerando a la luz de esta hipótesis las indicaciones provistas por Paul Lesourd y Claude Paillat, según las cuales Juana de Arco habría sido "l' agent d' exécution de la chevalerie frangaise", también Denys Román reputa poder concluir que la Doncella fuese "suscitada" por una organiza-ción caballeresca todavía en posesión de ciertos conocimientos tradicionales ("Etudes Traditionelles", n° 410-411, septiembre-octubre y noviembre-diciembre pgs. 221-222).
1 Además de los datos citados en el ensayo de Valsan (el Árbol de las Hadas, el epíteto Fille-Dé), habría que recordar otro indicio relativo a la intervención de una herencia céltica: la predicción de MERLÍN de acuerda al cual el reino de los lirios, perdido por una mujer, habría sido salvado por una virgen. Además, la espada de la Iglesia de Fierbois evoca el recuerdo de Excalibur, la espada del ciclo del Grial.
2 Georges Bordonove, II rogo dei Templan, Milán 1973, pgs. 236-237.
3          Breve relato sobre el Anticristo, Buenos Aires, Fidelidad, 1984.
4 No consideramos superfluo formular aquí algunos fragmentos de la síntesis evoliana relativos a la acción francesa: "Felipe el Hermoso.... es aquel que más enérgicamente ha iniciado la labor de emancipación laica del Estado respecto de la misma Iglesia, proseguido casi ininterrumpidamente por sus sucesores, como de la misma manera fue proseguida -sobre todo por Luis XI y Luis XIV- la lucha en contra de la nobleza feudal sin desdeñar el apoyo de la burguesía (...) Si no se encuentra privado de significado que un sacerdote -el cardenal Richelieu- haya desarrollado en contra de la nobleza el principio de la centralización preparando, en lugar de las estructuras feudales, el binomio nivelador moderno: gobierno y nación. Luís XIV es indudablemente aquel que (...) ha por decirlo así preparado el cuerpo para la encarnación de un nuevo principio, que es justamente el pueblo, la nación como mera colectividad burguesa o plebeya. Así pues la obra antiaristocrática emprendida por los reyes de Francia, de la cual se ha ya revelado la constante oposición en contra del Sacro Imperio, en Mirabeau tenía lógicamente que retorcerse en contra de aquellos reyes, expulsarlos finalmente del trono contraminado. Puede afirmarse que, justamente por haber iniciado en primer término una tal revolución y haber pues dado un carácter cada vez más centralizador y nacionalista a la idea del Estado, Francia tuvo en primer tér-mino la caída del régimen monárquico y vio el advenimiento del republicano en el sentido de un decidido y declarado pasaje del poder al Tercer Estado, de modo tal de convertirse en el conjunto de las naciones europeas el principal foco de
5 Véase sobre este tema la rica documentación citada por LEÓN POLIAKOV, II mito ariano, Milán 1976, primera parte, cap. III.
6  En cierta ocasión he leído de parle de algún autor católico integrisla que el gran error de la Iglesia con respecto al protestantismo fue el de no haber hecho en su contra una Cruzada como la que efectuara tan contundentemente en contra de los Cataros. La verdad es que tendría que haberse preguntado primero por que no lo hizo. Posiblemente porque para el güelfismo el protestantismo no era tan adversario como el catarismo, en tanto exponente del Grial.