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El gran espectáculo

 

Pierre Clostermann

El gran espectáculo - Pierre Clostermann

328 páginas
medidas; 14,5 x 21 cm.
Ediciones Sieghels
2011
, Argentina
tapa: blanda, color, plastificado,
 Precio para Argentina: 90 pesos
 Precio internacional: 24 euros

 

 

 

 

 

Entre los libros que componen la crónica de la segunda guerra mundial, “El gran espectáculo” ocupa un lugar de primer rango. La que para algunos es la mejor memoria de guerra de la contienda, constituye sin duda una lectura obligada para los amantes de los relatos de acción. No es solo lo apasionante de su relato, las poéticas narraciones épicas, o la capacidad de transportarnos con él a la carlinga de su avión, lo único rescatable. Su realismo, su minuciosa descripción técnica de los combates en primera persona y sus maduras observaciones sobre la guerra en general, lo han transformado en un clásico de la literatura bélica.
Su autor, con más de cuatrocientas misiones de combate, treinta y tres aviones enemigos derribados y otros doce probables; con las mas altas condecoraciones colgando de su pecho y el reconocimiento que la misma RAF le ha dado nombrándolo Comandante de Ala a pesar de ser un extranjero, es por sí sólo un motivo de atracción. Pero “El gran espectáculo” añade a su celebridad de héroe la de escritor.
Clostermann no se jacta. Habla de sus acciones heroicas con la espontaneidad y el vigor que sólo puede infundir el deseo de reivindicar la memoria y los méritos de muchos de sus compañeros que, caídos o no, han sido ignorados por la gratitud y la justicia. Aquí, como en Fuego del cielo, da testimonio de hazañas propias y ajenas, y canta las miserias y grandezas de una lucha que le parece horrible y maravillosa a la vez, porque al tiempo que exalta las virtudes que llevan al heroísmo, deja tras de sí una desconsoladora estela de datos técnicos, de estadísticas, diseños y adelantos, que en modo alguno compensan los inmensos sacrificios humanos que constituyen, a la postre, su precio. En este libro, Clostermann exhibe nuevamente elementos de juicio extraídos de las publicaciones y archivos oficiales. Y su preocupación por mostrar el anverso y el reverso de estas guerras catastróficas prueban que en él, junto al héroe impetuoso y temerario, convive el hombre que, rechazado cien veces por la muerte, siente en lo profundo la vanidad irritante de esas tremendas aventuras que comprometen la suerte de toda una civilización.

 

ÍNDICE

PREFACIO11
PRIMERA PARTE:
PILOTO EN EL GRUPO “ALSACIA”15
ESCUELA DE CAZA EN EL PAÍS DE GALES17
EL ALSACIA23
MI PRIMERA GRAN DEMOSTRACIÓN SOBRE FRANCIA27
PRIMERAS VICTORIAS41
El COMANDANTE MOUCHOTTE SE VA47
RADAR AL AMANECER55

SEGUNDA PARTE :
DESTACADO A LA REAL FUERZA AÉREA59
EL GRUPO “CIUDAD DE GLASGOW”61
EL ASUNTO DE MUNSTERLAND65
COJINETES DE BOLILLAS Y FORTALEZAS VOLANTES71
DESCUBRIMIENTO DE LA V-177
ESCOLTAS85
PARTIDA HACIA LAS ÓRCADAS91
COMBATE EN LA ESTRATÓSFERA95
ATERRIZAJES ACCIDENTADOS101
BOMBARDEO EN PICADA107
EL DESEMBARCO EN NORMANDÍA111
AMETRALLAMOS SAN ANDRÉS119
PRIMERA NOCHE EN FRANCIA125
PAGAMOS CARO...133
COMBATE EN LA NEBLINA137
TRES VICTORIAS Y EL FIN143

TERCERA PARTE
COMANDOS EN LA R.A.F.151
EL TYPHOON153
UNA NUEVA FASE DE LA GUERRA AÉREA159
LA ÚLTIMA GRAN VICTORIA DE LA LUFTWAFFE169
DECEPCIONANTE REGRESO173
EN VOLKEL177
TEMPEST CONTRA FOCKE WULF183
ATERRIZAJE TRÁGICO187
TEMPEST CONTRA MESSERSCHMITT193
LA CAZA DEL “RATÓN”199
INTERDICCIÓN DE LÍNEAS FERROVIARIAS205
NUBES, NIEVE Y FOCKE WULF207
WALTER NOWOTNY215
EL RHIN219
UN PÁJARO RARO227
LLAMAS EN EL CREPÚSCULO231
EN EL INFIERNO DE LA FLAK239
COMANDO EL “ALA”249
LA ÚLTIMA PRUEBA253
LA PUERTA SE CIERRA265

APÉNDICES
NOTAS SOBRE LA ORGANIZACIÓN DE LA REAL FUERZA AÉREA269
TRADUCCIÓN DE UN PARTE DE OPERACIONES275
ATAQUE DE OBJETIVOS EN TIERRA POR LOS CAZAS DE LA R.A.F. EN PAÍSES OCUPADOS280
FICHAS DE VUELO283
Lista de las Victorias del Capitán Pierre Clostermann287
PARTES DE COMBATE 288
NOTAS SOBRE LA LUFTWAFFE 292
ALGUNAS OPINIONES SOBRE LA AVIACIÓN DE CAZA ALEMANA302
ALGUNAS MENCIONES REFERENTES AL AUTOR304
AVIONES DE CLOSTERMANN EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL312
ANEXO FOTOGRÁFICO315

PREFACIO

Hijo único, diez mil kilómetros me separaron de mis padres, franceses libres como yo, durante cuatro años.
Entre Londres y Brazzaville la correspondencia era difícil, las cartas eran severamente censuradas sobre todo en lo que se relaciona­ba con las actividades militares.
El restringido espacio de la tarjeta postal aérea mensual autoriza­da, no se prestaba a la descripción de mi vida en Inglaterra con la RAF y las Fuerzas Aéreas Libres.
Y sin embargo yo quería evocarla para mi padre y mi madre, esa nueva vida, tan llena de emociones, de imprevistos -ingrata pero her­mosa-. Quería que ellos pudiesen revivirla, minuto a minuto, aun si yo no volvía para contarla...
Fue así que, en un enorme cuaderno de órdenes del Air Minis­try, adornado con las iniciales del rey de Inglaterra, G. R., todas las tardes les describía mi jornada.
Un viejo papel oculto en la cubierta contenía mi testamento, un poco ridículo, pues los "mercenarios" del general De Gaulle no po­dían asentar en el papel, a guisa de bienes temporales, más que su fe en Francia y sus precarias esperanzas en el porvenir.
En la carátula había escrito:
"En caso de que me sucediera algo (si muriera o fuera tomado prisionero) quiero que este cuaderno sea enviado a mi padre, el capi­tán Clostermannn, French Headquarters, Brazzaville"    
10-3-1942.
Con la esperanza de que en el caso de que me mataran o desapa­reciera, ese cuaderno llegaría hasta ellos. Y quería que mis padres, al recibirlo, al leerlo, encontraran mi presencia y mi voz, como una for­ma de consuelo.
A cualquier hora del día ese cuaderno me acompañaba, arrugado por el peso de mi paracaídas en mi estante de piloto, manchado de te en la cantina, o apretado a mi costado sobre la hierba del dispersal (1), durante las largas y monótonas horas de alerta.
Desde las Islas Orcadas a Cornualles, del Condado de Kent a Es­cocia, desde Normandía hasta Dinamarca pasando por Bélgica, Alema­nia y Holanda, esos cuadernos —pues al Final de la guerra eran tres— me siguieron a todas partes.
El destino, que fue tan cruel con tantos de mis compañeros, ha querido que yo sobreviviera a cuatrocientas misiones de guerra.
Un hermoso día, ya terminada la tragedia, he podido contar de viva voz a mi padre la historia de estos cuatro años.
Han pasado dos años.
Tuve, con los escasos sobrevivientes de las FAFL, la ingrata mi­sión de visitar a las familias de aquellos amigos que no regresaron, de tratar de otorgarles el amargo consuelo del relato de la vida de sus hi­jos.
Pero no hemos podido llegar a todos.
Hemos encontrado también muchos franceses que no tenían la menor noticia de lo que había ocurrido del otro lado del canal de la Mancha, o que preferían seguir ignorándolo...
Pero también sentíamos que otros franceses buscaban saberlo, para poder quizás encontrar con qué sostener su esperanza y su fe.
Es para todos ellos que se han publicado estas páginas.
Con melancolía, las hemos vuelto a leer mi amigo Jacques Remlinger y yo.
Cambiad las fechas, algunas circunstancias accesorias, y es la existencia cotidiana de quinientos aviadores franceses lo que vosotros reviviréis. Cualquiera de mis compañeros de las Fuerzas Aéreas Francesas Libres encontrará los mismos episodios al hojear su cuader­no de vuelo.
Pido al lector que no busque aquí una obra literaria. He consig­nado simplemente día por día las impresiones, las instantáneas foto­gráficas, las imágenes grabadas al pasar en mi memoria.
¡Se hubiera necesitado un talento muy grande para hacer revi­vir de una manera a la vez literaria y verídica la carrera de un piloto de caza de esta guerra! Y justamente porque era verídico, porque ocurría al calor de la acción, es que no he podido retocar esos cuader­nos.
He conservado las expresiones inglesas, algunas palabras que ro­zan el barbarismo, no podía renegar de ellas, ya que las tuvimos en la boca durante cuatro años!
El inglés era de rigor en la radio, con toda su floración tan pinto­resca de palabras de código y de argot de la RAF. ¿Cómo traducir de otra manera que por medio de notas al pie de página esas conversacio­nes radiotelefónicas sin hacerles perder su vigor y su concisión?
Por su origen y su concepción, estas páginas son una especie de reportaje.
Pero me encontré con otra dificultad.
La vida de un piloto de caza es monótona en la acción: los sweeps, (2), las largas horas de alerta, las misiones de bombardeos en picada, de caza libre, de escolta o de metralla se suceden, todas pare­cidas. ¡Nada se parece más a un combate aéreo que otro combate aéreo, salvo algunos detalles geográficos o tácticos secundarios!
También ha sido necesario elegir entre las acciones típicas de ca­da época de esta guerra. Me he contentado simplemente con ligarlas entre ellas de modo inteligible, resumir rápidamente los hechos y los períodos intermedios.
Algunas reflexiones o descripciones chocarán tai vez por su fran­queza o su crueldad. Pero no hay que olvidar que estas páginas han sido escritas para mi padre y mi madre que eran los amigos y los confi­dentes a los que yo podía contar con absoluta confianza mis debilidades, mis amarguras, mis alegrías o mis travesuras. Evidentemente, he vacilado largamente frente a algunas páginas, por una especie de ínti­ma vergüenza, pero la verdad ha sufrido algunas supresiones.
Y después de todo, todos nosotros éramos muchachos, con las mismas reacciones frente al peligro, las victorias y las injusticias... Lo que yo expreso, todos nosotros, las FAFL, lo hemos vivido, sentido o pensado.
Al final de este libro, he añadido notas que permitirán seguir más fácilmente —en un nivel puramente técnico- las narraciones. Las estadísticas, los datos numéricos, los documentos en general provie­nen todos de fuentes oficiales y en su mayor parte son inéditos.
Ojalá ayuden estas páginas y estas fotos al que emprenda la tarea de contar en detalle la historia atroz pero maravillosa de esta larga guerra.
Tal vez sirvan también para que algunos mantengan mayor dis­creción o pudor en sus juicios al recordar que aunque los aviadores franceses libres no tienen monumentos, plazas, calles o estaciones de metro, no por ello están menos inscriptos en el ciclo con una gloria más pura y han acrecentado mucho más el prestigio de Francia.
Finalmente, ayudarán a quitarse a otros ese complejo de inferio­ridad que los lleva a honrar las victorias de nuestros aliados y a ignorar completamente las nuestras.
Es mi único deseo, y será mi orgullo.

Pierre Clostermannn N° Matrícula 30.973 de las Fuerzas Aéreas Francesas Libres.

 

Notas

(1) Chozas en las que los pilotos se protegían entre los vuelos.
(2) Sweep: operación ofensiva de caza lejana en territorio enemigo.

 

"Oficiales franceses, soldados franceses, marineros franceses, aviadores franceses, ingenieros franceses, dondequiera que vayáis es­forzáos por reunir a los que también quieren luchar. Un día, os lo prometo, nuestras fuerzas reunidas, el Ejército Francés Elegido, las fuerzas mecánicas, terrestres, navales y aéreas, junto con nuestros aliados, devolverán la libertad al mundo y su grandeza a la patria".

General De Gaulle
B. B. C. de Londres, 24 de junio de 1940

 

 

El Ministerio Británico del Aire tiene el placer de comunicar al Comando de las Fuerzas Aéreas Francesas en Gran Bretaña que el ofi­cial citado aquí arriba. Comandante del Escuadrón N° 3 de la RAF, ha recibido sobre el campo una barra para su D. F. C, luego de la aprobación de Su Majestad el Rey de la cita siguiente:
"Luego de haber recibido la Distinguished Flying Cross, este oficial ha participado en otras 70 misiones de guerra en el curso de las cuales ha logrado 12 nuevas victorias homologadas en aviones enemi­gos. El teniente Clostermannn ha demostrado siempre un coraje y una habilidad impares, y ha sabido ser una verdadera fuente de inspiración para todos aquellos que han estado a su lado".

Firmado: Jorge VI, rey de Inglaterra
Comunicado por el Director de Cooperación Aérea Inter Aliada.