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Impresiones. Centinela junto al Ilmen

La División Azul en Rusia

Ramón Farré Palaus

 

Impresiones. Centinela junto al Ilmen - La División Azul en Rusia - Ramón Farré Palaus

 

García Hispán Editor
1991
111 págs.,
15x21 cms.
 Tapa: blanda con solapas,
encuadernación rústica
 Precio para Argentina: 84 pesos
 Precio internacional: 12 euros

 

Ramón Farré Palaus, a quien vemos en la fotografía con uniforme de la División Azul, nació en Barcelona el 28 de marzo de 1920. Voluntario en Rusia, Farré escribirá una de las páginas más gloriosas de la unidad al participar en la heroica gesta del Lago Ilmen, de donde volverá sin ambas piernas. Su comportamiento le valió la Cruz de Hierro de 2° Clase el 26 de octubre de 1942. Hoy, ya fallecido, como homenaje póstumo —pero no por ello menos merecido—, como recuerdo imborrable, como ejemplo a seguir por las futuras generaciones de europeos, se edita este libro de «impresiones» junto al lago que le iba a hacer perder parte de su propio cuerpo para llevar el espíritu falangista hasta lo más recóndito de la Rusia comunista. Las páginas de este volumen, que están sacadas de sus memorias escritas en los distintos hospitales donde permaneció hasta regresar a la Patria, nos traen aires de nostalgia, heroicidad, sufrimiento... valores de un puñado de hombres que ni traicionaron ni envilecieron el sagrado nombre de España.

 

ÍNDICE

Aviso............................7
Prólogo............................11
Uno............................21
Dos............................29
Tres............................35
Cuatro............................41
Cinco............................47
Seis............................53
Siete............................59
Ocho............................67
Nueve............................77
Epílogo............................91
Apéndices............................ 97
Apéndice I............................99
Apéndice II............................103
Apéndice III............................109

AVISO

 

Cuando nació la idea de editar estas memorias divisionarias, el autor, Ramón Farré Palaus, había fallecido ya. En una entrevista con su hija Nuria, ésta nos facilitó las únicas páginas que pudo localizar ante nuestra solicitud de publicarlas como homenaje y reconocimiento, a través de Farré, de todos aquellos miembros de la Compañía de Esquiadores, que un Enero de 1942 cruzaron el lago Ilmen para acudir en ayuda de una posición alemana sitiada.
Es por ello que, al no poder consultar con el autor, se ha respetado íntegramente el texto y orden del mismo, ya que -como observará el lector iniciado en el tema divisionario- éste no guarda un orden cronológico, sino más bien da la impresión de que el autor iba escribiendo sus Impresiones a medida que éstas afluían a su memoria.

El Editor

PRÓLOGO


Me piden que escriba un prólogo a unas narraciones hechas durante la convalecencia, sacadas, pienso, de apuntes originales que, el autor ya fallecido, hiciera en su estancia en la División Azul en los últimos meses de 1941 y primeros del 42. Y me lo piden porque estuve con él en la Compañía de Esquiadores, protagonista de uno de los hechos relevantes de la División.
El prólogo es, por lo general, un discurso que se antepo­ne a un libro, a una obra literaria, histórica, científica, artística etc., para dar conocimiento al lector, de su autor, del argumento o de cualquier otra finalidad, circunstancia o atención. En este caso, quien lea el texto podrá estimar, con razón, dada su brevedad, la fácil exposición de los hechos que se cuentan, que es obvio que nada hay que aclarar del argumento, finalidad o circunstancias, en cuan­to a su autor o intención, tampoco voy a caer en la ten­tación, aunque lo merezca, de hacer su panegírico, él no lo querría, sólo diré que, como la gran mayoría de los divisionarios, guripas, oficiales o jefes, que tuve ocasión de tratar, mantuvo allí, como después en España, sin que le afectara su grave mutilación, inalterable su espíritu, su fe e ideales que le impulsaron a encuadrarse como voluntario en la División Azul, esparciendo, generosamente, su modo de ser hasta su fallecimiento.
Pero sí quiero tratar de ayudar al lector, a entender lo que ésta y otras muchas publicaciones referidas a esta
Unidad, pueden tener de trasfondo, de poso escondido y razón, al margen de la visión concreta y particular que se deduce de la lectura.
En primer lugar debe tenerse en cuenta que lo escrito son hechos aislados y concretos, en un tiempo y lugar determinados que está viviendo un soldado que forma parte de una Compañía que ha tenido que constituirse precipitadamente para cubrir una línea del Lago Ilmen cuando éste se solidifica al helarse sus aguas, y que es a todas luces insuficiente, obligándoles a mantener una vigi­lancia y defensa varios kilómetros de orilla con muy esca­sos efectivos. No se trata pues, de exponer estrategias o movimientos bélicos, de señalar comportamientos, ni gene­ralizar sobre el papel de la División, ni tan siquiera de contar lo hecho por la Compañía. Son sólo impresiones de su círculo ambiental en que se encuentra; es la narración de unos hechos vividos por un soldado en un tiempo y lugar determinado en el que le correspondió estar. Pero naturalmente, estos hechos, este comportamiento, este modo de ser hay que hacer constar que son consecuen­cia del espíritu general, de la moral la fe y sentimientos que impulsaron en todo tiempo en las victorias y en las adversidades a la División. Pero aun no siendo un caso singular, es cierto que algunos hechos, como en el caso de la Compañía de Esquiadores, por sus circunstancias un tanto especiales; travesía del lago de norte a sur, (treinta kilómetros) en circunstancias extremas, misión de rescate de una guarnición alemana sitiada, desproporción de fuerzas y material, intercambios telefónicos con el alto mando muy difundidas, número de bajas etc. han sido puestas de relie­ve y objeto de Información preferentes; pero ha de saber el español que lo lea, que estos hechos, ciertamente asombrosos de los más modestos "guripas", se producían a diario y en cualquier lugar del frente, siendo imposible re­cogerlos todos p significarlos especialmente, salvo en las más grandes y cruentas batallas y ofensivas de unos y otros como las de Krasnij-Bor; Possad; Intermedia; Posselok; Otenski; Sitno; Tigoda, etc. etc., Quien tenga interés en conocer la amplia ejecutoria de la División Azul en el fren­te del Este, en la II Guerra Mundial, deberá acudir al Ar­chivo Histórico Militar, a los importantes fondos documenta­les de la Hermandad de la División Azul o alguno de los numerosos libros y tratados publicados por firmas extranjeras y españolas,
El autor de estas "impresiones" es evidente que no ha tratado de hacer un ensayo literario, ni unos relatos apasio­nantes con importantes protagonistas, aun cuando deje testimonio de la dureza y coraje que allí, como la cosa más normal se ofreció a quienes quieran averiguarlo. En estas sencillas narraciones se ha de destacar sobre todo, una total espontaneidad, son como las páginas de un diario íntimo, no están escritas para nada en particular ni, por supuesto, para su publicación, son simplemente el de­seo de dejar testimonio de unas vivencias, unas páginas que puedan revivir el recuerdo, cuando éste, por et trans­curso de los años, se desdibuje o borre.
Es de agradecer que ahora, después de cincuenta años, de estos hechos, fallecido ya el protagonista y autor, sus amigos, algunos muy jóvenes, me consta, quieran dar sus escritos a la luz pública. Por mi parte sólo me cabe decir que al haber vivido esos mismos hechos, puedo dar fe de su realidad, aunque dudo que, a esta distancia en el tiempo, pueda entenderse por quienes no tienen la in­formación suficiente o interés por el tema, como una In­vención novelada o un cuento de guerra. Particularmente para quien escribe estas líneas ha sido su lectura especial­mente emotiva, porque me ha hecho volver a recorrer las escenas vividas al borde y dentro del lago, muy cerca, de su posición. La muerte de la "partisano" que trataba de infiltrarse, la del primer caído de la Compañía el soldado Torrente, "Ramper", el cabo que con su alegría y dinamis­mo se hizo pronto con la voluntad, de todos, y qué decir de Canales, Urgoity, Valentí cuya amistad se ha mantenido a lo largo de todos estos años. A quienes formamos en la Compañía de Esquiadores y participamos en la operación de enero del 42, el día 17 de cada año, nos convoca Sánchez-Covisa y nos reunimos por la mañana para oír Misa y por la noche a cenar. Allí están Canales, que cul­minó sus estudios y vio cumplida su vocación no sólo en la práctica, sino incluso en la investigación, Urgoity, durante muchos años Embajador de España una vez superada su carrera diplomática, Valentí, que fiel en su modo de ser, tan bien recogido en la narración, dedicó su tiempo a diferentes actividades llegando a directivo de importante empresa; de "Poloncete", Napoleón Valero, con quien tuve grata amistad, pierdo contacto y nada puedo decir, ya no está con nosotros. Con ellos, Hernández-Bravo, Salgado, Herrero, Mont, Marcos, Escosa, Guillen, Alvear, Virgilio.
Como en el caso de Farré Palaus otros muchos camara­das caídos o fallecidos están presentes en nuestro recuerdo y afecto, la hermandad hecha en aquellas circunstancias no se olvida.

Guillermo Ruiz Gijón
Vicepresidente de la Hermandad Nacional de la División Azul
Presidente de la Junta Rectora de la Fundación División Azul