ÍNDICE

Introducción

I. Cristianismo y Revolución.
Cristianismo y Revolución
Las Reflexiones de Burke
Los Principios
El Complot
El Poder de la Asamblea Nacional
El Poder Ejecutivo
El Poder Judicial
El Ejército
Los Prodigios del Sacrilegio

II. La Ruptura revolucionaria.
El Antiguo Régimen y la Revolución
El Marxismo y la Revolución Francesa
Las «Consideraciones sobre Francia» de José de Maistre

III. Luis XVI y los notables del Reino.
El juicio sobre su reinado
¿Un Rey sin vocación?
Los ministros de Luis
La opinión pública
El Duque de Orleans
El Alto Clero
Opinión marxista sobre esta fase de la Revolución
Opinión de Gaxotte
Síntesis de Bernard Fäy
Conclusión

IV. La revolución de los burgueses ilustrados.
Los Estados Generales
La Bastilla: Mito y Realidad
La Declaración de los Derechos del Hombre

V. La burguesía se instala en el poder.
Le Bonheur Fou
La otra cara de la moneda
Brissot
Marat
Desmoulins
Siéyes

VI. La burguesía se instala en el poder. 2.- Mirabeau.
A modo de excusa
La familia Riquetti
La juventud de Mirabeau
El Trueno
Mirabeau y la Monarquía

VII. El poder pasa a los agitadores.
Los Girondinos y la guerra
La Convención
Los Jacobinos
Las fiestas regeneradoras del 93

VIII. El poder pasa a los agitadores. 2.- Danton.
Orígenes y juventud
El Tribuno se configura
La defensa de la Constitución
En el Consejo Ejecutivo
En la Convención
Las últimas luchas

IX. El poder pasa a los agitadores. 3.- Robespierre.
Orígenes y juventud
Abogado en Arras
En la Asamblea Nacional
El terror como método político

X. El poder pasa a los agitadores. 4.- Saint Just.
Aproximación
Primeros pasos
En la Convención
Las últimas luchas

XI. Termidor o la República Burguesa.
Thermidor
Opinión de Godechot
Opinión de Soboul
Opinión de Fäy
La conspiración de los iguales
Vida de Babeuf
Las ideas de Babeuf
Su juicio sobre la Revolución

EL AUTOR

Nació en Chivilcoy, Provincia de Buenos Aires (Argentina), el 1º de enero de 1918. Hizo sus primeros estudios en esa ciudad y una vez terminado el bachillerato, comienza un largo período turístico que culmina con su arribo a la ciudad de Mendoza en el mes de marzo de 1944, donde se inscribe como alumno en la Facultad de Filosofía y Letras. Allí tuvo oportunidad de conocer a Guido Soaje Ramos que lo introdujo en el tomismo, y a Alberto Falcionelli que le enseñó muchísimas cosas. La amistad de estos dos profesores constituyen el mejor recuerdo de sus años estudiantiles y a ellos les debe la oportunidad de afianzar su vocación por la historia y la filosofía.
Luego del indispensable periplo por las cátedras de los colegios secundarios, ingresa como Profesor de «Historia de las Ideas Antiguas y Medievales» en la Escuela de Estudios Políticos y Sociales de Mendoza, cátedra de la que se jubiló en 1983; dos años más tarde fue contratado por la Facultad de Filosofía y Letras de Mendoza, como profesor de «Ética Social» hasta 1993. Tiene publicados numerosos libros en importantes editoriales de la Argentina, y ha colaborado en todas las revistas que sustentan el ideario tradicionalista al que adhiere.