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LOS MALDITOS

SAINT-PAULIEN

Los Malditos - Div Carlomagno en Berlín - Saint Paulien

261 páginas
20 x 14 cm.
Edición Facsímil 2009

Encuadernación rústica
 Precio para Argentina: 80 pesos
 Precio internacional: 18 euros

Puedo asegurar que los últimos combates librados en torno a la Cancillería del "Reich" son descritos por Saint-Paulien con riguroso realismo y veracidad. Aconsejo a todos mis camaradas la lectura de este libro, del que lamento únicamente que no haya sido escrito por un alemán.
OTTO SKORZENY

Los "malditos" de Saint-Paulien —"malditos" para quienes les ha interesado llamarles "malditos" — son los heroicos— este adjetivo ni aun quienes les llamaron "malditos" ha podido discutírselo — soldados de la Legión de Voluntarios franceses, posteriormente convertida de oficio en la 33.ª Waffen S.S. División "Charlemagne", que lucharon contra el bolchevismo junto a los alemanes hasta el último minuto de la Segunda Guerra Mundial.
Impresiona este libro por el verismo con que el gran novelista que es Saint-Paulien narra escenas de tanta violencia como la lucha cuerpo a cuerpo en los túneles del Metro de Berlín, en la que la guardia Roja cargó a la bayoneta alumbrándose con reflectores y entonando el canto A Vorochilof, y la encarnizada, heroica, suicida defensa palmo a palmo que le ofreció la División "Charlemagne". Quizá resulte sorprendente al lector enterarse de que el último combate callejero—cuando ya se había iniciado entre el Alto Mando alemán: y el mariscal Tchuikov conversaciones encaminadas a una tregua o armisticio—lo libraron en las ruinas de Berlín los franceses, y que la última bandera y el último cántico que flotaron entre la humareda de los incendios fue una bandera francesa y la Ajaccienne.

 

CONTRATAPA

"No, amigo mío; seremos compara dos a los seres que nosotros odiamos más... A los peores individuos de la Gestapo, a los espías, a los traficantes y vividores más indeseables, a los chivatos, a los que se han dedicado a denunciar, a los traidores más viles... Pero los sin vergüenzas encontrarán defensores: tie nen dinero y, a veces, incluso compin ches en el otro lado. En cambio, nos otros no tenemos ni dinero ni cómplices; no hemos jugado a dos y tres barajas. Por eso nadie nos defenderá...".
Con la transcripción de esta frase de Christian Gauvin, protagonista principal de Los malditos, creemos queda resu mida la tragedia y el problema moral que Saint-Paulien nos hace vivir en esta novela, que, a poco que en ella ahonde el lector, verá se encuentra ante un documento histórico tan vigoroso, tan fiel y tan biográfico—no autobiográfico— como Los proscritos, de Ernst von Sa lomón.
Los "malditos" de Saint-Paulien —"malditos" para quienes les ha intere sado llamarles "malditos"—son los heroi cos—este adjetivo ni aun quienes les llamaron "malditos" ha podido discutír selo—soldados de la Legión de Volun tarios franceses, posteriormente conver tida de oficio en la 33.ª Waffen S.S. División "Charlemagne", que lucharon contra el bolchevismo junto a los ale manes hasta el último minuto de la Segunda Guerra Mundial.
Impresiona este libro por el verismo con que el gran novelista que es Saint-Paulien narra escenas de tanta violen cia como la lucha cuerpo a cuerpo en los túneles del Metro de Berlín, en la que la guardia Roja cargó a la ba yoneta alumbrándose con reflectores y entonando el canto A Vorochilof, y la encarnizada, heroica, suicida defensa palmo a palmo que le ofreció la Divi sión "Charlemagne". Quizá resulte sor prendente al lector enterarse de que el último combate callejero—cuando ya se había iniciado entre el Alto Mando ale mán: y el mariscal Tchuikov conversa ciones encaminadas a una tregua o ar misticio—lo libraron en las ruinas de Berlín los franceses, y que la última bandera y el último cántico que flotaron entre la humareda de los incendios fue una bandera francesa y la Ajaccienne.
Además de ofrecernos con Los mal ditos una gran novela y un valioso do cumento histórico, Saint-Paulien nos ofrece una novela realmente original, pues nos demuestra que pueden escri birse novelas—y buenas novelas—de la Segunda Guerra Mundial sin recurrir a feroces alemanes matando niños judíos.
Servirá también este libro para de mostrar que los "malditos" no fueron tales "malditos", aunque para demos trarlo basta con transcribir esta sorpren dente frase del general De Gaulle, pro nunciada el 21 de junio de 1961: "Por el simple hecho de que Alemania y Francia se unan, Europa comienza a ser Europa."
Después de esta frase de Charles De Gaulle, es probable que Los malditos sea incluida en el género tragedia.

COMENTARIOS

He leído "Los malditos". ¿Estamos ante una novela o ante un alucinante documento histórico? La muerte de Hitler y de su mujer, Eva Braun, en el "Bunker" de la Cancillería da a esta novela de la maldición efectos que ni en cinematografía han logrado conseguirse.
JEAN FAUGEAT
("Le Dauphiné liberé".)

Puedo asegurar que los últimos combates librados en torno a la Cancillería del "Reich" son descritos por Saint-Paulien con riguroso realismo y veracidad. Aconsejo a todos mis camaradas la lectura de este libro, del que lamento únicamente que no haya sido escrito por un alemán.
OTTO SKORZENY
("Das  Ritterkreuz")

Saint-Paulien nos hace participar en uno de los episodios mis dramáticos de lo guerra... Su libro es la violencia hecha literatura y el relato de una batalla desesperada.
ROGER GIRON
("France-Soir")

Con Malaparte y Georghíu el hombre se hunde en el fango de su época... En cambio, con Saint-Paulien y sus "malditos", el hombre continúa  siendo  creador de  historia.
J. PLONCARD O/ASSAC
("Diario de Manha".)

¡Qué extraordinarias dotes de escritor; qué fuerza descriptiva y qué precisión documental!
JEAN NICOLLIER
("La Gazette de  Lausanne".)