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EL SALTO EN EL ABISMO

Historia, formación y heroísmo de los paracaidistas alemanes

José Montero Alonso

EL SALTO EN EL ABISMO - EL SALTO EN EL ABISMO

58 páginas
 Ediciones Tauro
España

 Tapa blanda
 Precio para Argentina: 30 pesos
 Precio internacional: 9 euros

Historia, formación y heroísmo de los paracaidistas alemanes

Colección Hazañas y Heroísmos

Una sugestiva novela moderna, de guerra, amor y aventura

Novela de propaganda alemana editada en España durante la guerra. En la misma se intentan rescatar los valores del heroísmo y el sacrificio de quienes sirven en el Ejército alemán, dejando atrás una vida burguesa para arriesgar su vida por la patria.

Un trio de estudiantes, amantes del arte, se encuentra luego de muchos años, justo en el momento que se debate la guerra en la cuna del arte occidental: Grecia. La historia de amor entre dos de ellos, sirve también de marco para una novela que intenta ejemplificar las ideas de las personas que vivieron la Segunda Guerra Mundial desde ópticas diferentes

 

 

 

 

ÍNTRODUCCIÓN

CRÓNICA DE LA GUERRA

CAMBIO DE TÁCTICA
Es evidente que el ejército rojo que actualmente trata de oponerse al avance alemán, no es ya aquel muro que había que derribar hasta los cimientos para continuar la progresión. Si no. fuera suficiente prueba la progresión increíble en los sectores del Sur, bastarían los llamamientos desesperados que parten de Moscú y tienen sus ecos, con bien distintas repercusiones, en la opinión de Londres y Washington.
Los factores que han determinado este desgaste clarísimo, que ahora se observa, son bien fáciles de explicar, y se refieren casi todos a aquel tremendo forcejeo de la campaña de invierno, que, sin embargo, se liquidó sin que los alemanes cedieran ni una sola de sus posiciones clave. Entonces, es indudable que el ejército del Reich pasó por uno de los plazos más difíciles de la guerra —probablemente critico—, del que, sin embargo, salió triunfante; porque triunfo rotundo significó aquella tremenda elasticidad de movimientos que permitió a las grandes masas no ceder sino aquellos salientes peligrosos de la línea, que, pese a las embestidas fragorosas, resultó intacta en lo fundamental como en los centros básicos. Este suceso, la firmeza de la línea íntegra, de Norte a Sur, a lo largo de un invierno que quedará como el más terrible de la campaña, fué, sin duda, el punto de partida, la gestación del impresionante esfuerzo al que ahora estamos asistiendo.
Ha cambiado la táctica rusa como consecuencia de las lecciones de la guerra y, muy especialmente, del desgaste invernal. Los rojos no ofrecen ya aquellas resistencias desesperadas, obstinadísimas, que concluían con tremendos desastres de material y copo de hombres en cifras extraordinarias. Circunstancia original de esta fase: los hombres comienzan a escatimarse en Rusia, de donde el lector inferirá todas las consecuencias que apetezca Pero la más importante será que las operaciones en curso y las futuras van a tener muy distinto significado, porque con ellas, en realidad, nos aproximamos al fin...


LA OFENSIVA DEL SUR
Aquellas arrancadas impresionantes de hace un año, la magnífica e inquebrantable resistencia del invierno y la ofensiva preliminar en el istmo de Kerch, nos han conducido a este instante que vale la pena de analizar con cierto cuidado, porque es, ni más ni menos, que la puerta de entrada para la solución definitiva de los problemas del Mediterráneo oriental.
Cuando transcurrió el tiempo invernal sin que los rusos pudieran romper el muro de contención de Jarkof, se pudo tener la seguridad de que la reacción germánica seria arrolladora. A pesar de ello, la propaganda aliada, poco acertada, juzgó del aplazamiento como de un fracaso anticipado; y cuando los mismos alemanes advirtieron que la batalla de Kerch y el asalto a la fortaleza de Sebastopol no significaban la «gran ofensiva», sino en todo caso «una ofensiva», ellos juzgaron que el desgaste alemán había sido tan fuerte que no les quedaban alientos para iniciar un nuevo esfuerzo. El error tremendo ya se ha comprobado.
Ahora bien; ¿cuáles son los objetivos de largo alcance que el Führer se ha trazado en el empeño actual? Juzgúese de las dificultades de responder a esta pregunta por los desconcertantes, aunque extraordinarios, resultados de todas las acometidas anteriores. En ellas, tras la iniciativa de los soldados alemanes, surgieron siempre las opiniones de los críticos señalando tales y cuales finalidades. Finalidades que si en lo general resultaban acertadas, en lo particular, en los rumbos geográficos, siempre resultaron fallidas. Porque decir ahora, como siempre, que el ejército alemán busca como definitivo objetivo la destrucción del ejército enemigo, es no decir nada en fuerza de querer decir mucho.
Pero desde nuestro punto de vista —perdónesenos la presunción—, la ofensiva actual, buscando la destrucción del ejército enemigo ha elegido los rumbos más difíciles por los caminos que pueden traer los más decisivos resultados. Hasta tal punto que en la batalla empeñada no se juega ya el factor soviético, con toda la importancia innegable que este ejército tiene, sino incluso el factor inglés, que nos parece, en el intento, el más directamente amenazado.
Veamos por qué. La durísima ofensiva que está desarrollando él III Reich no ha intentado esta vez repetir sus golpes sobre Moscú ni sobre San Petersburgo. Las dos grandes ciudades siguen viviendo su dura vida de enormes centros de población constantemente asediados, que aún respiran con las dificultades de la zona de guerra más febril. Todo el ímpetu germánico, luego del éxito rotundo en Kerch, se ha orientado hacia el Sur, en busca de las regiones caucásicas, y allí ha ido alcanzando centros de producción, zonas fabriles, vías de comunicación y los últimos nudos que atan a la Rusia del Norte con la del Sur.
No es difícil avizorar lo que los alemanes se proponen aquí como objetivo inmediato. Es más complicado suponer lo que pretenden luego, y los medios que pondrán en acción para lograr sus designios


LUCHA DECISIVA
La toma de Rostof, que ya estuvo en poder de los alemanes, cerró el primer gran ciclo de operaciones. Las cuencas del Don y el Donetz, con sus riquezas industriales y agrícolas, pasaron a poder del invasor, que, sin embargo, no hizo las redadas de centenares de miles de prisioneros de otro tiempo.
A las embestidas frontales, Timoschensko ha opuesto el sistema del retroceso sistemático que, sin duda, salva de la asfixia a centenares de miles de hombres. Pero es muy dudoso que, ni siquiera en la misma Rusia, esos soldados en perpetuo repliegue, desfallecidos y desmoralizados, sirvan para rehacerse cuando el mando lo pretenda. Más probable será —y no tardaremos mucho en saberlo— que un día esos ejércitos, tras las fatigosas marchas, caerán en las profundas bolsas que los alemanes trazan al remate de sus ofensivas.
Pero ya se combate en el Cáucaso. Ya quedó el foso del Volga, con su espigón de Stalingrado, de avanzada estratégica, contra la que aún no acometieron los germánicos. Estos soldados han preferido desbordar hacia el Sur, extenderse a modo de enorme abanico tentacular e irrumpir en la extensa planicie regada por el Kubán, antesala muy inmediata a los prometedores centros caucásicos.
Afirmar ahora que Krasnodar y Novorosissk están en inminente peligro de ser asaltados por el Sur, es una previsión que salta a la vista observando cualquier mapa y viendo la velocidad del avance alemán. Añadir que, de un momento a otro, puede producirse el asalto (si no se ha producido ya cuando estas líneas se publiquen) desde la península de Kerch a la península de Taman, es predicción que ya se ha dicho y escrito, entre otros motivos porque ahí van a quedar embolsados fatalmente millares de esos soldados que de retirada en otra fueron hasta la orilla del mar, que tampoco ofrece puertas de escape.
Asi, la maniobra profunda y desconcertante, sobre arribar a las primeras estribaciones caucásicas, no lejos de los pozos y la ciudad de Mailzop, que resultan ya directamente amenazados, tiende a privar a los rusos de los últimos rincones que les quedan en la cosa del Mar Negro.
¿Qué hará entonces esa escuadra siempre fugitiva y eternamente embotellada? Puede ofrecer combate, pero es dudosa que se atreva cuando antes, y en mejores condiciones, no probó fortuna siquiera. Puede tratar de refugiarse en Turquía, acogiéndose a puertos neutrales con la esperanza de salvar unas naves que no aciertan a cumplir su cometido, pero tampoco es fácil que logren el intento, porque hay que suponer una vigilancia aérea tan estrecha que no dejará ese resquicio. Puede, «in extremis», colaborar en la defensa de las últimas posiciones de tierra y, a última hora, hundir los barcos para que los enemigos no se apoderen de ellos. Y esto precisamente es lo que nos parece más probable en un orden lógico de cosas y contando con la especial psicología de los rojos.
Mas todo ello, el desahucio de los bolcheviques de sus posiciones meridionales más queridas, conduce a una acción decisiva que partirá en dos la península caucásica. Este terrible cercenamiento será el principio del fin. A medida que los alemanes se acercan bacía el Sur, hacia la frontera de Turquía, se aproximan también hacia los ingleses y, mucho más lejos van abreviando las distancias que los separan de los japoneses. En la región caucásica no hay solamente petróleo, con ser esta fuente de riqueza fabulosa indispensable para mover un ejército del tipo del ruso. Hay también inmediatas fronteras y rutas fáciles que se abrían a la comunicación de los soviets con el exterior. Si los alemanes siguen profundizando, si alcanzan no ya el Volga, que está ya a merced de sus cañones, sino el Munte con el Gran, la guerra habrá llegado a una fase culminante, que es tal vez esa a que nos referíamos al principio y que puede entrar entre los grandes propósitos decisivos de los alemanes...

POSIBILIDADES
Porque no hay que olvidar que en el Norte de África hay un gran ejército que está reponiendo el desgaste después de una victoriosa increíble marcha; y que está situado a 80 kilómetros de Alejandría.
Este ejército, que tiene para operar un plazo infinitamente más amplio que el del Continente, entrará en acción cuando convenga, y será ese otro lado de la terrible tenaza que por el camino de Egipto quiere llegar al encuentro de los vencedores del Cáucaso; y más allá, en busca de las rutas de la India donde dominan los ingleses. ¿Quimera? ¿Realidad? En todo caso, la guerra nos está ofreciendo facetas cada vez más extraordinarias, y los soldados alemanes extienden el dominio más y más, sin preocuparse demasiado de ese segundo frente del que tanto se habló. Y mientras se habla, el mundo árabe y el mundo indio sienten que sus fronteras quedan más cerca de los ejércitos alemanes...


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