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Parzival

 

Wolfram von Eschenbach

Parzival - Wolfram von Eschenbach - Parsifal y la búsqueda del Grial

404 páginas
medidas: 14,5 x 20 cm.
Ediciones Sieghels
2019
, Argentina
tapa: blanda, color, plastificado,
 Precio para Argentina: 600 pesos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Parzival de Wolfram von Eschenbach se ha constituido como uno de los principales mitos de la cultura alemana. Del interés que suscitó en su tiempo nos hablan los más de 80 manuscritos conservados (16 de ellos completos), algo inaudito para una obra medieval. También fue uno de los primeros libros editados por la imprenta (1477), una de las primeras obras medievales traducidas (por Johann Jakob Bodmer, en el siglo XVIII) y uno de los primeros textos editados con criterios modernos (por Christian H. Myller, en 1784, y, ya críticamente, por Karl Lachmann, en 1833). No obstante, a pesar de la ingente bibliografía que se le ha dedicado desde las más diversas ramas del saber, sigue guardando celosamente muchos de sus principales misterios.
En su leyenda el mito del Grial se hace carne y nos reconduce a la búsqueda interior del hombre tanto como en una vida que es acción, aventura y lucha por la pureza, el honor y la justicia.
Resulta extraña para la bibliografía de su época la convergencia que encuentran la visión del mundo cristiana con la pagana. El hombre busca a Dios en sus actos pero se atreve a un diálogo directo con la divinidad que no necesita de intermediarios. Un Imperio sagrado y fuerte se alza, cuya función sería asegurar la justicia y la paz, pero también una sociedad que no necesita pasar por el tamiz de la Iglesia. La obra en su conjunto propone un modelo ideal de sociedad (utópica) en la que los cristianos y los paganos viven en armonía y tolerancia. Oriente y Occidente quedan subsumidos en esa sociedad universal, regida inmediatamente por Dios y orientada a conseguir el orden, la justicia, la paz y el bienestar de todos los súbditos. En la sociedad del Grial los cristianos y los paganos tienen los mismos derechos. Esta igualdad de derechos queda concretada y realzada al ser hermanos el cristiano Parzival y el pagano Feirefiz. Oriente y Occidente tendrían el mismo tipo de sociedad feudal, la misma cultura y la misma ideología.
El amor es en Wolfram el hilo conductor de todas las aventuras. Pero el amor puede ocasionar no sólo la muerte del individuo, sino de toda la sociedad. Para evitarlo, el amor debe configurarse como una expresión enriquecedora de la fidelidad.
El misterio del Grial enriquece la obra en sus aspectos más misteriosos y simbólicos, siendo un texto con múltiples interpretaciones y que juega constantemente con la oscuridad de su significado.
El Grial ha sido siempre vehículo de una virtud iluminadora. Quien es alcanzado por su luz es como si fuera enteramente tocado por el Espíritu Santo. El resplandor de esta piedra de luz reduce a la nada a todo resplandor terrenal. El Grial concebido como una "piedra", lapsis exilis, nutre, en Wolfram, a todos los caballeros templarios, destruyendo todo deseo material. Él da vida y regenera, por él el Ave Fénix se consume tornándose ceniza, pero también se transforma, reapareciendo seguidamente en todo su esplendor.
El Grial incita una fuerza de victoria y de dominación. Quien goza de ella no es vencido jamás, ya no hay ser en el mundo que le aventaje en nobleza y honor. Esta cualidad es la que califica al Caballero a gobernar y poder ostentar la dignidad de la Realeza.
Pero él no está abierto a todos, diversas pruebas deben ser primeramente superadas. Pues el Grial también tiene una virtud temible, destructora. El Grial ciega. El Grial fulmina. La fuerza del Grial destruye a todos aquellos que intentan empuñarla sin tener la calificación adecuada, que tratan sin embargo de usurparla repitiendo el gesto titánico, diabólico o prometeico.
La búsqueda del Grial, es en esencia, una vicisitud interior. Quien pueda evocar y asumir este poder primordial es cualificado para los altos cometidos oscurecidos de la leyenda y que son, en realidad, su núcleo central.

 

ÍNDICE

Prefacio: El Misterio del Grial, por Julius Evola7
Introducción12
Libro primero22
Libro segundo47
Libro tercero71
Libro cuarto99
Libro quinto118
Libro sexto142
Libro séptimo167
Libro octavo193
Libro noveno209
Libro décimo240
Libro undécimo261
Libro duodécimo273
Libro decimotercero291
Libro decimocuarto313
Libro decimoquinto336
Libro decimosexto359
Bibliografía377
Epílogo379

Prefacio: El Misterio del Grial
Julius Evola

 

En los diversos textos, el Grial es presentado esencialmente de tres formas:
1.- Como un objeto inmaterial, provisto de movimiento propio, de naturaleza indefinida y enigmática (“no era de metal ni de madera, ni de piedra, asta o hueso”)
2.- Como una “ piedra celeste “ y “ piedra de luz “
3.- Como una copa, bacía, o vasija, a menudo de oro y a veces adornado de piedras preciosas. Tanto en esta forma como en la anterior, casi constantemente son “mujeres” las que llevan el Grial (otro elemento ajeno a cualquier ritual cristiano. En cambio, no figuran sacerdotes en ello)
Una forma mixta es la de una copa sacada de una piedra (tal vez de una esmeralda). El Grial es unas veces calificado como “santo”, otras como “rico”: “es la cosa más rica que por vivos se pueda tener” se dice en la Morte d´Arthur. Este texto como otros muchos del mismo periodo, usa la expresión Sangreal, susceptible de tres interpretaciones: San Graal, Sangre Real, Sangre Regia.
Las virtudes principales pueden resumirse como sigue:
1.- Virtud de luz, o sea, virtud iluminadora. Del Grial emana una luz sobrenatural. Chrétien de Troyes habla de una claridad como la que tienen las estrellas. Robert de Boron describe la aparición del Grial en la prisión de José de Arimatea como una gran luz que hizo que nada más verla, fuera enteramente tocado por el Espíritu Santo. Y el ‘rapto’ que produce nos traslada fuera de tiempo: los cuarenta y dos años que José de Arimatea pasó en la cárcel con el Grial, a él le parecieron tres días.
En Wolfram es la ‘piedra de la luz’: “ Satisfacción perfecta de todo deseo y paraíso, esto es el Grial, la piedra de luz, ante el cual todo resplandor terrenal no es nada”.
En la Queste du Graal, Galahad, al ver el Grial, es presa de un gran temblor y dice: “ Ahora veo claramente todo aquello que la lengua no podría expresar jamás ni el corazón pensar. Aquí veo el principio de las grandes audacias y la causa de las proezas, aquí veo las maravillas de las maravillas”.
En la Morte d´Arthur, la manifestación del Grial se acompaña del estallido de un trueno y de un “rayo solar siete veces más relumbrante que la luz del día”. Y en aquel momento “todos fueron iluminados por la gracia del Espíritu Santo”. En tal ocasión el Grial se presenta de forma enigmática: “nadie podía verlo ni llevarlo” por mucho que cada caballero tuviese de él “el alimento que más ansiaba del mundo”
2.- Esto corresponde a la segunda virtud del Grial: alimenta, da vida. Del Grial concebido como una “piedra”, lapsis exilis, se nutren, en Wolfram, todos los caballeros templarios. Llevado a la mesa, o al aparecer mágicamente sobre ella, cada caballero recibe, precisamente lo que más le apetece. En un sentido material podría equivaler a alimento físico pero en su sentido más profundo destruye todo deseo material, por lo que en el Perceval le Gallois, en virtud del aroma que emana del Grial, los invitados se olvida de comer y Galvano en un arrebato extático, consigue la visión de los ángeles. En el Grand St. Graal el Grial repite el milagro de la multiplicación de los panes. Así Robert de Boron da la siguiente etimología: “Se llama Grial porque agrada a los valientes: agree as prodes homes”
3.- El don de vida del Grial se manifiesta también en la virtud de curar heridas mortales, de renovar y prolongar sobrenaturalmente la vida. En Manessier, Perceval y Héctor combatiendo uno contra otro, resultan heridos mortalmente los dos y esperan el fin cuando a medianoche el Grial, llevado por un ángel de figura ‘imperial’ aparece y los cura instantánea y completamente.
Wolfram von Eschenbach al decir que en virtud del Grial, el “ Ave Fenix se consume tornándose ceniza, pero también se transforma, reapareciendo seguidamente en todo su esplendor y más bella que nunca “, establece de un modo claro además una relación entre el don de ‘vida’ del Grial y la regeneración del cual el Ave Fénix ha sido tradicionalmente un símbolo. Wolfram refiere que tal ‘piedra’ (el Grial) infunde en el hombre tal vigor, que sus huesos y su carne recobran en seguida su juventud.
4.- El Grial incita una fuerza de victoria y de dominación. Quien goza de ella no es vencido jamás. Wolfram dice de quien superaba la prueba del Grial: “Ahora no hay ser en el mundo que te aventaja en nobleza y honor. Eres el Señor de todas las criaturas. La suprema potencia te será transmitida”. Pero ya en este pasaje de Wolfram se presiente la esencia más alta del Grial, la relación que éste tiene con una realeza transcendente, con el principio del ‘Señor del Mundo’. Veremos asimismo, que el propio Grial, a modo de oráculo, designa a los caballeros llamados a ostentar la dignidad real en varias tierras.
5.- El Grial también tiene una virtud temible, destructora. El Grial ciega. El Grial fulmina. Puede actuar como una especie de vorágine. Nescien reconoce en el Grial el objeto de deseo abrigado ya por él cuando era un joven caballero, pero, tan pronto como abre su custodia, tiembla y pierde la vista y con ésta todo el dominio sobre su propio cuerpo. La Queste du Graal añade que Mordrain con un acto similar, queda ciego al contemplar lo que ninguna lengua puede expresar: su tentativa desencadenó un viento sobrenatural que le privó de la vista y en tal estado fué condenado a permanecer toda su vida hasta que viniese el héroe que realizara el misterio del Grial y lo sanara. El tema no es nuevo. El mismo Dante perdió la vista al contemplar el Empíreo. Aunque la recobró más aguda. En el Diu Crône, se declara que cruzarse con el camino del Grial es ‘mortalmente peligroso’.
La naturaleza peligrosa del Grial se nos manifiesta en relación con el tema del ‘asiento peligroso’ y con la prueba que éste constituye para quien desea asumir la tarea del ‘héroe esperado’ y la función del jefe supremo de los caballeros de la Tabla Redonda. Se trata de un puesto vacío o puesto decimotercero, o puesto polar, puesto bajo el cual se abre el abismo o se es fulminado cuando en él se sienta un personaje indigno. Así Moisés cuando va a ocuparlo es “asido por siete manos de fuego y destruído como la llama destruye un trozo de madera” En texto dice: “ la mitad del fuego que quema a Moisés es apagado pero la otra mitad no se apagará hasta que llegue Galahad, para realizar la aventura del Graal.
Una variante es la ‘prueba del vaso’: gozan del éxtasis del Grial aquellos que, en la mesa de José de Arimatea (la cual se confunde con la tabla redonda, o bien se considera como antecedente de ésta), no están manchados por la culpa, en esta ocasión Moisés se sienta en el puesto peligroso y es absorbido por un abismo que se abre bajo él, según la explicación cristianizada, a causa de su falta de fé porque era un falso discípulo.
Por otra parte se encuentra el motivo, que sólo podrá buscar el Grial quien se haya sentado en el sillón de oro construido por una mujer sobrenatural. Seis caballeros que han intentado sentarse en él son absorbidos por una súbita vorágine. Parsifal se sienta también, retumba un trueno terrible, la tierra se abre, pero él sigue tranquilo en su puesto. Impasible, en su tranquila dignidad, en la pureza de su fuerza, nada puede contra él.
Este aspecto peligroso del Grial es considerado como el caso límite de lo que el Grial puede precisamente operar a tenor de la variada naturaleza de los que entran en contacto con él. La fuerza del Grial destruye a todos aquellos que intentan empuñarla sin tener la calificación adecuada, que tratan sin embargo de usurparla repitiendo el gesto titánico, diabólico o prometéico. En Wolfram se encuentra una expresión muy significativa, cuando dice en sentido figurado que para los culpables, el Grial se hace tan pesado que aquellos ni siquiera todos juntos podrían sostenerlo.
En La Morte d´Arthur existe una variante muy interesante: al observar “una gran claridad, como si todas las antorchas del mundo se reuniesen en aquella sala” debida al Grial, Lanzarote se acercó. Una voz le aconsejó no entrar, es más, le dijo que huyera de lo contrario tendría que arrepentirse. No obedeció y entró. Un fuego le golpeó en la cara, cayó al suelo y ya no pudo levantarse por haber perdido todo el poder de sus miembros. A sus compañeros, que lo creyeron muerto, un viejo les dijo: “En nombre de Dios, él no está muerto, sino más lleno de vida que el más potente de todos vosotros”. Lanzarote permaneció en este estado de muerte aparente durante veinticuatro días y las primeras palabras que luego pronunció fueron: “ ¿Por qué me habéis despertado? Estaba mucho mejor que ahora “ Esta experiencia se refirió a que había visto al Sangreal como nadie podía verlo mejor.
Evidentemente se trataba de un estado iniciático, de un estado en el cual la participación en la potencia del Grial resulta posible por una suspensión de la consciencia de vigilia y de la alimentación relativa a ella: cosa que evita el efecto negativo, destructivo y transtornador que la experiencia del contacto tiene en quien no sepa pasar a formas superiores de consciencia, a otros estados del Ser.
6.- La duplicidad de las virtudes del Grial está relacionada, en cierta medida con el significado que, en lo universal, en las tradiciones concordantes de los diversos pueblos, y también fuera de toda relación con el simbolismo cristiano, tiene la pareja lanza-copa. La copa que corresponde, sobre todo, al aspecto femenino, vivificante e iluminado, y la lanza, al aspecto viril, ígneo o regio (cetro) de un mismo principio: si se quiere, la primera, al árbol ‘lunar’, y la otra, al árbol ‘solar’ de los que la primera corresponde al aspecto ‘santa sabiduría’ y la segunda al aspecto ‘fuego’ y ‘denominación’ del mismo principio. Pero en el mismo contexto podrían inscribirse también la ambivalencia de la lanza, repetida por la tradición irlandesa, que por un lado inflige el ‘coup douloureux’ provocando una destrucción, y por el otro, la virtud de curar.
La búsqueda del Grial, es en esencia, una vicisitud interior. No se trata, como experiencia, de algo similar al éxtasis místico. Es, más bien, un poder primordial que llega a ser positivamente evocado. Quien sabe asumirlo es cualificado para los altos cometidos oscurecidos de la leyenda y que son, en realidad, su núcleo central.

Julius Evola

Nota:

1. Extractos de “El Misterio del Grial.”, Ediciones Sieghels, 2013.