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Hitler y la Iglesia

La mentira del ateísmo de Hitler

J. Aguilar y J. M. Asensi

Hitler y la Iglesia - La mentira del ateísmo de Hitler - J. Aguilar y J. M. Asensi

140 páginas
medidas: 14,5 x 20 cm.
Ediciones Sieghels
2019
, Argentina
tapa: blanda, color, plastificado,
 Precio para Argentina: 340 pesos

 

 

 

 

Este libro sobre "La mentira del ateísmo de Hitler" pretende clarificar la relación que existió entre Hitler y el cristianismo. Si bien otros trabajos han sido escritos sobre este tema, por lo general, se remitían siempre a testimonios de segundo orden. Aquí se ha pretendido lo contrario. Las opiniones que se citan son las de los más altos personajes nacionalsocialistas y constituyen, pues, prueba irrefutable. Nos resistimos a creer que se pueda pensar seriamente que cada alemán, después de un discurso de Hitler, Göring o Hess, recibiese en forma particular instrucciones para la interpretación de los discursos, advirtiéndole de que cuanto se decía de la Iglesia era falso o pura propaganda.
Nos hemos abstenido de utilizar todos aquellos textos cuya rigurosa autenticidad no esté demostrada. Todo cuanto señalamos fue públicamente proclamado o aceptado por el gobierno nacionalsocialista; no utilizamos en ninguna forma "documentación secreta" pese a ser hoy época muy dada a su utilización. Tampoco queremos analizar los procesos seguidos contra religiosos o instituciones de tal carácter en la Alemania nacionalsocialista (de donde se pretende probar la supuesta persecución religiosa) pues todos ellos eran debidos a la injerencia de los religiosos en la política y queremos partir del supuesto básico de que el lector no está conforme con tal proceder en los religiosos, sea cual fuere su confesión.
Dado que los actuales autoproclamados NS, en su mayoría, por desconocimiento o mala fe, atacan en nombre de Hitler y el nacional-socialismo al cristianismo y defienden el paganismo, algo que nunca sucedió durante el III Reich, se hace necesario recopilar la escasa información oficial con la que contamos al respecto pero que resulta suficientemente probatoria.

 

ÍNDICE

Prólogo7
I.- La posición del Partido frente a la Iglesia11
Hitler11
El partido y sus organizaciones40
Gertrud Scholtz-Klink58
Joseph Goebbels60
Rudolf Hess63
Heinrich Himmler70
Wilhelm Frick70
Hermann Göring71
Alfred Rosenberg y la mitología nórdica74
II.- La posición de la Iglesia frente al Partido103
El concordato103
Algunas opiniones de religiosos108
III.- Religión y política117
IV.- Epílogo133
Bibliografía137

INTRODUCCIÓN

Los actuales autoproclamados NS, en su mayoría, por desconocimiento o mala fe, atacan en nombre de Hitler y el nacional-socialismo al cristianismo y defienden el paganismo, algo que nunca sucedió. Con este folleto se pretende aclarar la relación entre Hitler y el cristianismo,
“Los libros editados por camaradas con posterioridad a la II Guerra Mundial deben ser tomados con ciertas reservas pues he detectado numerosos casos de manipulación, como suprimir una nota que favorecería al cristianismo en el libro de Darré, suprimir cuatro páginas de la edición “completa” de “Mi Lucha” donde se atacaba al paganismo, inventarse la mitad del discurso de Goebbels del 19 de abril de 1945 para incluir una serie de “profecías” que nunca mencionó, inventarse una sensacional noticia en el “New York Times” sobre tema revisionista que resultó ser falsa, etc., etc.
Si leemos la revista histórica “Aspa” o “Signal”, ahí tenemos el pensamiento nacionalsocialista. Yo puedo afirmar que estoy de acuerdo con el 90 por ciento de lo que se publicaba en dichas revistas y que en cambio estoy en desacuerdo en el 90 por ciento de lo que se publica en las revistas NS actuales, en las cuales junto a los temas estrellas judíos, razas, SS, también están los ataques al cristianismo y la defensa del paganismo que tampoco podemos encontrar por ninguna parte en la propaganda del III Reich […]”
Fragmento de un discurso de Jorge Mota, histórico dirigente de CEDADE

PRÓLOGO

Las dos primeras ediciones de este folleto fueron hechas con carácter restringido, y su publicación fue debida a la Misa por Hitler que fue prohibida en Barcelona. Desde entonces han seguido sucediéndose las prohibiciones en algunos lugares y las dificultades para su realización en otros, dificultades que han alcanzado a otras personalidades históricas como Benito Mussolini etc. pero que en ningún caso han perjudicado a los políticos de otras tendencias, por más ateas y antirreligiosas que fuesen.
El mayor asombro debe asaltarnos cuando comprobamos que, si bien el fascismo ha sido el gran perjudicado por estas medidas prohibitivas, todos sus líderes, casi sin excepción, han sido católicos, ya sea Pavelic (Croacia), Codreanu (Rumania), Hitler (Alemania), Mussolini (Italia), Degrelle (Bélgica), Tiso (Eslovaquia), Pétain (Francia), Szalasy (Hungría), Salazar (Portugal) o José Antonio Primo de Rivera, Franco, Onésimo Redondo, Ramiro Ledesma, etc. y hasta tal punto es ello evidente que en algunos artículos, escritores protestantes o miembros de otras confesiones religiosas, han intentado demostrar el paralelismo entre catolicismo y “dictadura” basándose en los principios autoritarios, jerárquicos y totalitarios de la Iglesia Católica y en los datos antes apuntados.
Quizás alguien esperaba una reacción violenta por parte de los grupos neofascistas de todo el mundo al tener conocimiento de tan asombrosa prohibición, pero es que, en asuntos de índole divina —cual es la Iglesia— los medios deshonestos no son los más recomendables y al propio tiempo el principio de ojo por ojo, relacionado con asuntos religiosos, fue rechazado por el propio Hitler al escribir en “Mi Lucha’”: “Cuando dignatarios de la Iglesia se sirven de instituciones y doctrinas para dañar los intereses de su propia nacionalidad, jamás debe seguirse el mismo camino, ni combatírseles con iguales armas “.
Esta nueva edición de “La mentira del ateismo de Hitler” ha sido aumentada, si bien siguiendo el carácter de síntesis y, consecuentemente, sin profundizar en detalles de poca importancia. Con anterioridad a la edición de esta obra, varios libros se habían ocupado de la cuestión, aunque se remitían siempre a testimonios de segundo orden; funcionarios del partido con jefaturas de barrios o distritos u otros de menor significado aun. Aquí se ha pretendido lo contrario. Las opiniones que se citan son las de los más altos personajes nacionalsocialistas y constituyen, pues, prueba irrefutable. Nos resistimos a creer que se pueda pensar seriamente que cada alemán, después de un discurso de Hitler, Goering o Hess, recibiese en forma particular instrucciones para la interpretación de los discursos, advirtiéndole de que cuanto se decía de la Iglesia era falso o pura propaganda; descartada esa absurda posibilidad, no nos quedará otro remedio que aceptar el hecho de que si los mandos nacionalsocialistas se expresaban tan claramente respecto al problema de las Iglesias, sus seguidores debían lógicamente seguir esos principios, como de hecho ocurrió.
Nos hemos abstenido de utilizar todos aquellos textos cuya rigurosa autenticidad no esté demostrada. Todo cuanto señalamos fue públicamente proclamado o aceptado por el gobierno nacionalsocialista; no utilizamos en ninguna forma “documentación secreta” pese a ser hoy época muy dada a su utilización. Tampoco queremos analizar los procesos seguidos contra religiosos o instituciones de tal carácter en la Alemania nacionalsocialista (de donde se pretende probar la supuesta persecución religiosa) pues todos ellos eran debidos a la ingerencia de los religiosos en la política y queremos partir del supuesto básico de que el lector no está conforme con tal proceder en los religiosos, sea cual fuere su confesión.
Esta obra está especialmente dedicada a la Iglesia Católica, si bien “mutatis mutandis” puede aplicarse a las demás confesiones cristianas. La documentación utilizada no es en absoluto exhaustiva; pero grandes dificultades de consulta, debido a la persecución que sobre las obras nacionalsocialistas en la Alemania democrática de hoy, nos han obligado a una paciente búsqueda de material adecuado para aclarar esta cuestión, no obrando en nuestro poder algunas obras importantes totalmente desaparecidas. Pese a todo el material y documentación aportado es suficiente. Juzgue el lector.

(las notas se encuentran en la edición impresa)