ÍNDICE

Introducción13
Reconocimiento15
I.- Noruega (Invadida el 9-4-1940)17
El nacimiento del Nasjonal Samling20
Programa del Nasjonal Samling21
El N.S. avanza hacia atrás22
Amigos en el extranjero24
En vísperas de la conquista26
Los ejercicios Wilfred y Weser30
Entra en escena Quisling31
Génesis de un mito33
Quisling es depuesto35
Una nueva cara en Noruega36
Quisling resurge37
«Esta banda de hermanos»38
El N.S. avanza39
Organización del N.S. durante la guerra40
El servicio del trabajo44
El regimiento y división vikingos Nordland46
Las S.S. noruegas49
Guerra con rusia: la legión noruega52
Quisling se convierte en «ministro - presidente»55
El pedagogo y sus imposibles alumnos57
Las germánicas S.S. Noruega64
El camino de un opresor66
El regimiento «Norge» y la Division «Nordland»68
Un «aliado» no deseado69
Resistiendo ante la resistencia71
Ultimos días de la división Nordland72
El fin en Noruega73
Una lección para el mundo74
Carácter de Vidkun Quisling76
Sin términos medios79
II.- Dinamarca (Invadida el 9-4-1940)81
Política de anteguerra82
Blitz sin mucha krieg 82
Victoria instantánea83
A la mañana siguiente84
Un comienzo prometedor86
Nazis daneses (I) N.S.D.A.P.N.87
Nazis daneses (II) D.N.S.A.P.89
Nazis daneses (III) partidos y facciones menores92
Servicio de trabajo (Landarbejdstjenesten)95
Guerra con Rusia. El «cuerpo libre» danés96
Otro año: nuevo gobierno100
Elecciones libres en un pais encadenado102
Martinsen y el cuerpo Schalburg104
Germanische Sturmbann Dänemark107
«Nuestra amistosa actitud ha tocado a su fin»107
«Al terror corresponderemos con el terror en mayor escala»109
El D.N.S. contra el D.N.S.A.P.111
Desobediencia civil112
Una policía estatal en un estado sin policía113
Un invierno caracterizado por el descontento114
Epílogo en el «Protectorado modelo»116
III.- Holanda (Invadida el 10-5-1940)119
Partidos fascistas menores de Holanda121
El N.S.N.A.P.122
El N.S.B.122
Llega a holanda la guerra126
La «Quinta Columna»126
El «nuevo orden» en Holanda128
El «Netherlands» Unión (N.U.)131
La batalla por los sindicatos133
El servicio de trabajo de los países bajos134
Las S.S. holandesas136
El N.S.B. acapara el mercado político139
Organización del N.S.B.140
(1) El partido140
(2) La W.A.141
(3) Lijfwacht V. d. Leider142
(4) La sección de mujeres (N.S.V.O.)142
(5) La sección juvenil (Nalionale Jeugdstorm)143
(6) El Landstand143
(7) La prensa del partido144
La cultura en la liza144
Los judíos: Un «problema» y su solución145
Tribunales de paz147
La legión de los Países Bajos148
N.S.K.K., «Transportactie», Etc.150
Otros voluntarios militares y para-militares152
La «Ayuda invernal» y el N.V.D.153
«La Compañía oriental» y el Landdienst154
Orientación del trabajo156
La Policía156
Mussert se convierte en führer fantasma159
Resistencia y antiresistencia161
La legión de los Países Bajos es ascendida162
Landwacht y Landstorm163
El ejército de Europa164
La última visita de Mussert a Hitler. El «Führer fantasma» se transforma en un mero fantasma167
Hacia al amargo fin169
Puesta de sol en el este171
El coste de la colaboración172
Carácter de Mussert175
IV.- Bélgica (Invadida el 10-5-1940)177
Nacionalismo flamenco178
«Dinaso»179
La V.N.V. (Vlaamsch Nationaal Verbond)181
El Devlag182
El N.S.B.I.V. y el Volksverweering183
El fascismo en Valonia184
El Rex184
Grupos fascistas valones menores188
Un nuevo rey: una nueva política190
La guerra192
«La quinta columna»192
La capitulación y el rey194
La ocupación196
Flandes contra bélgica197
Los colaboradores en acción198
Henri de Man y la U.T.M.I.199
Periodistas colaboradores200
Servicio del trabajo voluntario202
El Rey visita a Hitler203
Las S.S.204
«Agra»206
Algunos otros más207
La gran difusión208
Organización del v.n.v. en tiempo de guerra209
Organización de Rex en tiempo de guerra213
Guerra con Rusia217
Entretanto, en bélgica...223
Una sorpresa desagradable225
1942: Se estrecha el cerco226
Devlag contra el V.N.V.228
Las legiones perdidas231
Se intensifica la lucha232
En la víspera de la liberación234
Liberación: aislamiento235
El último acto237
Crimen y castigo239
La «Cuestión Real»240
V.- Francia (Invadida en mayo-junio de 1940)243
El camino hacia Vichy243
El «affaire» Stavisky245
«Las ligas»247
(I) Croix de feu247
(II) Jeunesses Patriotes250
(III) Action francaise251
(IV) Solidarité Francaise254
(V) Parti Franciste255
Tras la prohibición de las «Ligas»257
Parti Populaire Francais (P.P.F.)258
Frontisme261
Front Paysan262
Neosocialistas262
National Collectivisme263
Comité France-Allemagne263
La Cagoule264
La guerra265
Pétain266
El armisticio268
Separatismo bretón270
Nace «Vichy»271
El significado de la «Colaboración»273
El grupo de París274
(A) PARTIDOS POLÍTICOS275
(I) Partí Populaire Francais (P.P.F.)275
(II) Rassemblement National Populaire (R.N.P.)276
(III) Mouvement Social Révolutionnaire (M.S.R.)279
(IV) Partí Franciste280
(V) Ligue Francaise282
(VI) National Collectivisme283
(VII) The Lunatic Fringe. La corte de lunáticos284
Grupo de París (B) Periodistas286
Groupe «Collaboration»288
París contra Vichy289
La colaboración en la Francia no ocupada289
Laval290
La caída de Laval. Darlan, primer ministro291
Siria e Indochina292
«La cuestión judía»293
«Corporatismo»295
El partido estatal único295
La Legión296
El Service d’Ordre Legionnaire (S.O.L.)298
La policía299
El servicio del trabajo (Chantiers de la jeunesse)303
Movimientos juveniles de Vichy306
(I) Les Compagnons de France306
(II) Jeunesses de France et d’Outre Mer (J.F.O.M.)307
(III) Équipes Sociales308
(IV) Équipes Nationales309
(V) Les Jeunes du Maréchal309
Escuelas de adiestramiento309
Guerra con Rusia310
La L.V.F.311
Vichy y la L.V.F.314
El retorno de Laval316
«La Releve» y el S.T.O.319
«Parti Unique» y el F.R.N.322
La legión tricolor323
«Torch» y «Anton»326
«Putsch» en Túnez329
La «Phalange Africaine»330
Ocupación total331
El primer regimiento de Francia332
Milice francaise333
La «Milice Bretonne»338
«El comienzo del fin»339
La L.V.F. (enero de 1942 - septiembre de 1944)340
Las Waffen S.S. francesas342
Otros colaboradores militares343
(N.S.K.K., La armada, «FLAK» y otros voluntarios)343
Guerra civil346
Darnand y la justicia de la Milice349
«Les Ultras» en el poder350
Gaieté Parisienne351
Caminos que se separan352
¡La invasión! el enemigo ha desembarcado354
Belfort356
Sigmaringen359
La división Carlomagno361
Los nuevos «Franceses libres»365
El crepúsculo de los dioses (y de otros)369
El castigo369
Caracter de Laval370
La «Purga»371
VI.- Unión Soviética (Invadida el 22-6-1941)375
«No tenemos más que dar una patada en la puerta»376
La «Ostpolitik»376
En los comienzos380
El nacimiento de un ejército fantasma381
Juegos peligrosos383
De los Hiwis a las Osttruppen387
El ejército fantasma se amplia388
Uniformes para el ejército fantasma389
En busca de un gran pez: la captura de Vlasov391
«Lo que nosotros necesitamos es un De Gaulle ruso»393
El «comité de Smolensko»396
El «manifiesto de Smolensko»397
Las Osttruppen a finales de 1942398
Un hombre de dios amigo de Hitler400
Después de Stalingrado401
De las Osttruppen al R.O.A.401
¿Liberadores o liquidadores?403
Un nuevo «aliado»405
Un «De Gaulle» rival406
Hitler intenta suprimir el R.O.A.407
Shashqa y esvástica409
Himmler se convierte413
Ya no hay subhumanos417
El K.O.N.R. y el manifiesto de Praga419
El ejército nacional ucraniano (U.N.A.)422
El K.O.N.R. lucha por fin425
Los que no volvieron427
Conclusión431
Bibliografía437
Bélgica437
Dinamarca438
Francia438
Holanda441
Noruega442
Unión Soviética443
General444

Introducción

La literatura sobre la resistencia es abundante; la de la colaboración es escasa, verdaderamente. Es comprensible que quienes tuvieron que soportar la ocupación de su país por las tropas enemigas prefieran recordar solamente los aspectos heroicos de su dura experiencia. También es muy comprensible que aquellos que tuvieron la suerte de evitar la conquista no deseen producir cierto embarazo en los amigos y aliados de otro tiempo reviviendo recuerdos desagradables. Ahora bien, ha transcurrido más de un cuarto de siglo desde el final de la Segunda Guerra Mundial y se corre el grave riesgo de que su historia sea distorsionada como consecuencia de esta delicadeza y reticencia.
De haber vestido 200.000 britanos (en términos de amplitud relativa de población, tal sería el equivalente británico de la experiencia holandesa) el uniforme alemán en el curso de una ocupación nazi del Reino Unido, ¿podríamos referimos a ellos como «un simple puñado», demasiado insignificante para merecer algo más que una referencia de paso en una historia que dedicó capítulos enteros a los actos de la resistencia británica? (Un historiador, al escribir sobre los colaboradores holandeses, se refiere a éstos como «un simple puñado de rufianes».) El presente estudio constituye un intento de rectificación de tal desequilibrio. También proyecta una mirada crítica a ese curioso mito conocido con el nombre de la «quinta columna».
Se dedica un capítulo a cada uno de los países ocupados, tomándoles por el orden en que fueron invadidos. Cada capítulo se halla completo en la materia abarcada, de suerte que pueden ser leídos en cualquier orden. Inevitablemente, existen algunas referencias cruzadas.
Al reseñar la historia de la colaboración en cualquier país, el autor se enfrenta con el problema de recoger el desarrollo de diversos partidos o movimientos no relacionados. Puede solucionar esta dificultad de dos formas: (a) cabe la posibilidad de seguir la historia de cada uno desde su nacimiento hasta el final, regresando luego al punto de partida con objeto de proceder igual con cada uno de los otros, por turno, o bien, (b), puede seguir la secuencia cronológica de los acontecimientos y abarcarles todos «en paralelo», relatando su desarrollo, a medida que se dan los hechos, sobre la base de acontecimientos mes por mes y año por año. Los dos métodos presentan ventajas y desventajas. El primer procedimiento permite una narración más fluida, pero exige «saltos en los tiempos», por lo cual, constantemente, se registran repeticiones en cuanto al fondo histórico. Utilizando el segundo método, se sigue la secuencia natural de los acontecimientos, pero se llega a una narración ligeramente desunida, cuyas interrupciones habrían de quedar señaladas con la palabra «Continuará», para expresarnos con el estilo de un serial. Sopesados inconvenientes y ventajas, el segundo procedimiento resulta quizá el más lógico, siendo el adoptado por nosotros.
Para mayor consistencia de los relatos, todas las palabras no inglesas han sido puestas en cursiva, incluso en el caso de vocablos admitidos, como Gestapo y Führer.