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El gobierno mundial y la contraiglesia


Pierre Virion

El gobierno mundial y la contraiglesia - 
Pierre Virion



248 páginas
medidas: 14,5 x 20 cm.
Ediciones Sieghels
2022
, Argentina
tapa: blanda
 Precio para Argentina: 1880 pesos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La obra que aquí presentamos sobre la Sinarquía y sus planes de dominación mundial se debe a la pluma del escritor y perdiodista francés Fierre Virion, licenciado en derecho y en historia, que se ha convertido en uno de los más penetrantes conocedores de las maquinaciones de la Alta Masonería. Tuvo, además, la excepcional oportunidad de estudiar la copiosa y extraordinaria documentación incautada por la Policía francesa en tiempo de Petain en las logias y en los domicilios particulares de conocidos masones. Entre esta documentación fue recogida una valiosa información sobre los planes de la famosa Sinarquía de Saint Yves d’Alveydre, cuyos proyectos comenzaron a tener algún principio de ejecución en febrero de 1934, en lo que se ha dado en llamar “El Plan del 9 de Julio”. Desbaratados con el gobierno de Pétain, estos planes han conocido una aplicación fiel y casi literal desde 1958 con el gobierno del general de Gaulle.
Este plan de “La Tecnocracia y la Sinarquía” que ha sido dado a conocer en sus aspectos económicos y políticos por Henry Coston, se revela aquí en su trasfondo último. En “El gobierno mundial y la Contra-Iglesia” se presenta a la Sinarquía como la realización de los viejos planes de la Masonería en su fase más oculta, o sea en la creación de una nueva religión universal. Pues mientras se quiere hacer aparecer a la Cristiandad como una “odiosa Teocracia”, las fuerzas mancomunadas del judaísmo, la masonería y sus acólitos deseosos de poder trabajan en la ejecución de sus planes seculares para la edificación de una, esta vez sí realmente odiosa, Teocracia, pero de orden inverso. Una estrategia perfectamente planeada por una sociedad “atea” que controla organizaciones mundiales en la finanza, el cine, la radio y la prensa.
Y así como la Tecnocracia de la Sinarquía quiere superar en el plano económico y político la alternativa capitalismo-comunismo, en el plano más profundo de la relación del hombre con un Dios transcendente y personal quiere superar todas las diferencias de religiones, filosofías y culturas, y darnos un sincretismo religioso, de base esotérica, que constituiría una verdadera Satanocracia.
El libro de Pierre Virion establece, con una documentación exhaustiva, cuáles son esos planes y en qué punto de ejecución se hallan. Denuncia con base documental una conspiración de banqueros internacionales y un conjunto de sociedades secretas mancomunadas que usando la fuerza del dinero buscan crear un gobierno oculto en la sombra.
“El Gobierno Mundial y la Contra-Iglesia” es un libro sencillamente extraordinario. Con su lectura quedan iluminados los hechos políticos mundiales que, sólo así, a la luz de los planes siniestros del Poder Oculto Mundial, adquieren inteligibilidad y sentido.

 

ÍNDICE

Prólogo9
Presentación11
Introducción13
¿Un profeta?13
La Masonería Universal14
Un gaullismo al pie de la letra 17
El diferendo de 1893-189417
Rosacruces y Martinistas19
Aparición de la misteriosa Sinarquía22
Muertes misteriosas23
Primera parte: El gobierno político mundial
I.- El gobierno mundial27
Un poco de historia28
El Mundialismo Sinárquico29
¿Posible transformación de la O.N.U.?35
La carta de Versailles37
La colusión Nueva York - Moscú39
Socialismo Totalitario y Universal42
Terror y violencia43
The American Establishment 44
El Consejo de las Relaciones Exteriores49
II.- Los concilios secretos 53
1957. Reunión de ‘Bilderbergers’’ 60
1958. Reunión secreta en Buxton (Inglaterra)63
1960. Reunión “Bilderberger”, en Europa.64
1961. En Quebec71
III.- Magos y petroleros75
IV.- Las divisiones del mundo bajo la autoridad del gobierno mundial81
Puntos de vista americanos82
El Pacto Sinárquico84
La Pan-Asia87
V.- La cortina de hierro93
Hace alrededor de 130 años94
Lista de las provincias de la Cortina de Hierro98
La Revolución de 191798
Yalta104
¿Y ahora?105
VI.- Europa109
Prólogo109
Saint-Yves d’Alveydre110
1º Consejo europeo de las Comunas112
2º El Consejo de los Estados113
3º El Consejo de las Iglesias114
El Movimiento Sinárquico114
El Pacto Sinárquico y el Federalismo117
Dificultades119
Estados Unidos de Europa y Federalismo Europeo120
Pan-Euráfrica o Estados Unidos de Europa.125
Hacia la Crisis126
VII.- Autodeterminación y anticolonialismo133
La autodeterminación133
El anticolonialismo135
VIII.- El general De Gaulle139
Introducción139
1930140
1935141
1955142
“¿Qué pensar del general De Gaulle?143
1957-1958145
El Referéndum de 1958149
El Grupo de Gaulle150
IX.- ¿Santo imperio de los rosacruces o gran logia blanca?155
El estandarte negro, blanco y rojo155
Aix-la-Chapelle 1957158
Nacionalismo continental160
Racismos160
Rueda Solar162
X.- Los protocolos de los sabios de Sión165
XI.- El gran vencimiento o la cita universal167
1º) Místicos iluminados168
2º) Medios Políticos171
Segunda parte: El gobierno religioso mundial
XII.- Iglesias nacionales e “iglesia” universal177
La Iglesia universal177
Los Congresos Espiritualistas179
El Concilio y el ecumenismo de las buenas voluntades179
Judeo-Cristianismo181
El Moïseum de París181
Alquimia Sinárquica182
San Juan entre nosotros184
Las Iglesias Nacionales185
Jacques Maritain190
Los Principios difusos y aplicados191
La Familia192
La Juventud194
Mística de la apertura196
Irenismo y Aproximamiento197
Irenópolis197
Una Santa Alianza199
XIII.- La teocracia 203
(Gobierno mundial o régimen de la mentira)203
Observaciones preliminares203
Separación de la autoridad y del poder 206
La Jerarquía sagrada207
La autoridad210
Los Iluminados213
El Hombre del Destino214
El iluminismo en la ONU215
XIV.- El señor del mundo221
Teocracia y humanismo iniciático 223
XIV.- El impronunciable229
Conclusión239
Apéndice: ¿Que es la “sinarquía”?245

Prólogo

 

Presentamos este libro de Pierre Virion sobre “El Gobierno Mundial y la Contra-Iglesia”. Es un libro sencillamente extraordinario. Con su lectura quedan iluminados los hechos políticos mundiales que, sólo así, a la luz de los planes siniestros del Poder Oculto Mundial, adquieren inteligibilidad y sentido.
Mucho se ha escrito sobre judaísmo, masonería, comunismo, progresismo, satanismo; pero nada tan claro, tan fundamentado y tan coherente sobre la conspiración de las fuerzas ocultas que llevan al mundo a manos del Poder de Satanás.
Resulta sugestivo que, en el preciso momento en que grandes dignatarios y teólogos de la Iglesia de Jesucristo rechazan la admirable concordia del Poder temporal y de la Iglesia que conoció el mundo con el nombre de “Cristiandad” —y la rechacen como una odiosa Teocracia—, las fuerzas mancomunadas del nombre cristiano —judaísmo y masonería, con todos sus acólitos— trabajan en la ejecución de sus planes seculares para edificación de la Teocracia de Satanás.
La oportunidad de esta publicación se hace tanto más conveniente por cuanto el Muy R. Padre General de la Compañía de Jesús, Pedro Arrupe, acaba de denunciar en el Concilio el temible peligro de “una estrategia perfectamente planeada que sigue una «sociedad atea» que controla organizaciones mundiales en la finanza, el cinematógrafo, la radio y la prensa” con el propósito de destruir a la Iglesia (La Prensa, de Buenos Aires, 29-9-65). El Padre Arrape ha señalado claramente al gobierno judeo-masónico, que está a punto de consolidar públicamente su poderío planetario. El libro de Pierre Virion establece con una documentación exhaustiva cuáles son esos planes y en qué punto de ejecución se hallan. Como Pierre Virion se refiere particularmente al Poder Oculto, cuya organización mundial ha sido preparada por Saint-Yves d’Alveydre y que se conoce con el nombre de “Sinarquía”, remitimos al lector al Apéndice, en que se explica qué ha de entenderse por esta palabra.

Federico Bracht
Julio Meinvielle

Buenos Aires, fiesta de San Miguel Arcángel de 1965.



Presentación

 

Este estudio es documental. El lector extraerá por sí mismo las conclusiones.
Aquí no se disimulan en absoluto los peligros del comunismo ateo. Por el contrario, se denuncia su paternidad: las altas sociedades secretas y cierto capitalismo internacional interesado; en consecuencia, también denuncia lo que de ordinario se calla: las complicidades de “occidente”, la quinta columna operante en el mundo llamado “libre”. En horas en que la persecución religiosa se intensifica más allá de la cortina de hierro, es importante declarar que el objetivo común de todos estos poderes que ejercen su autoridad oculta en casi todos los estados es la luciferización del mundo: “los gobiernos civiles tendrán la misma meta de abolir y hacer desaparecer todo principio religioso para dejar lugar al materialismo, al ateísmo, al espiritismo, a todos los vicios” (La Salette).
Denunciar esta conjuración, conforme a la recomendación de León XIII en la encíclica “Humanum Genus” no significa creer que la misma triunfará, ni caer en un pesimismo que la Iglesia desaprobaría. Creemos en la victoria de la Iglesia. Pero es legítimo pensar que el conocimiento de los planes del adversario nos permite ver mejor cuál es el camino de la verdad.
Marzo de 1963

Introducción

 

¿Un profeta?
En 1872, Grant iniciaba un segundo período como Presidente de los Estados Unidos con una proclamación de la cual un importante pasaje parecía ser un simple recurso de grandilocuencia dirigido a la multitud de sus oyentes, incapaces de percibir su sentido oculto, su razón profunda, su intención verdadera.
La declaración presidencial, en el esotérico lenguaje masónico, anunciaba el nacimiento y desarrollo de una política internacional inconcebible en la época para quienes no participaran del secreto de los dioses. Pero había iniciados.
“El mundo civilizado, decía Grant, tiende hacia el republicanismo, hacia el gobierno del pueblo por sus representantes, y nuestra gran república está destinada a servir de guía a todas las demás... Nuestro Creador prepara el mundo para que en tiempo oportuno se convierta en una gran nación que no hablará más que una lengua y en la cual los ejércitos y las flotas no serán necesarios”.
Sin embargo, no se trataba de una profecía. En 1847, el Congreso de las Logias, en Estrasburgo, había ya hablado de los Estados Unidos de Europa formados por una confederación germánico-romano-eslava; la Rusia socialista y revolucionaria rodeada por sus satélites europeos no era una idea nueva: desde hacía largo tiempo, la idea de la República universal trabajaba, gracias a las sociedades secretas de toda naturaleza, a los cerebros recalentados de todos los conspiradores del siglo.
Lo que había de nuevo era el anuncio de una nación guía: los Estados Unidos; era una primera afirmación del “leader-ship” americano en la realización de este programa cuya imprecisión y mesianismo ocultaban a una dictadura que, pese a dificultades y vicisitudes, iba poco a poco a imponerse al propio pueblo americano y a las otras naciones.
¿De dónde venía esta seguridad? ¿Desde qué época se afirmaba?
La Masonería Universal
No solamente desde el traslado a Nueva York en este mismo año de 1872 del Consejo General de la Internacional de Carlos Marx, que tomaría el impulso que conocemos.
No solamente desde la implantación en los Estados Unidos algunos años antes y de su ascenso vertiginoso del grupo bancario “Jacob Schiff, Kühn y Loeb”, que financiara la revolución de 1917.
Ni tampoco desde la instalación en Nueva York después de 1867 de la “Alianza Democrática Universal’’ de Mazzini, pese a la importancia que le cupo inmediatamente en los movimientos revolucionarios de Rusia y Polonia por intermedio de las redes de Bakunin.
Ni solamente desde la creación en Nueva York en 1843 de la famosa sociedad secreta, exclusivamente judía, los B’nai Brith.
Esta seguridad encontraba fundamento en todas estas cosas, indudablemente, pero también en la evolución de las sociedades secretas y sobre todo en el aparato de la Alta Masonería Universal, cuya paternidad corresponde a Albert Pike y a Mazzini: el Paladismo, fundado por ambos en los propios Estados Unidos hacia 1870.
Mazzini, alma de las revoluciones italianas del siglo xix, jefe de la “Joven Italia”, a la cual siguieron “La Joven Alemania” y “La Joven Europa”, lanzando sus rebeldes —o asesinos— contra los reyes y príncipes de la península y sobre todo al asalto del poder temporal del Papa, formaba parte en razón de su alto grado dentro de la masonería, del Comité Revolucionario Internacional con sede entonces en Londres. Junto con él eran miembros: Kossuth, el hombre de las revoluciones austro-húngaras, y el F.·. Ledru- Rollin, quien a este primer título agregaba su presencia activa en el Congreso Masónico Internacional de Estrasburgo para la preparación de las revoluciones de 1848 y su papel preponderante en las revoluciones francesas de la misma época. Este comité gozaba de la alta protección del Muy Ilustre Hermano Palmerston, ministro de la Reina Victoria, quien concentraba en sus manos los hilos de la diplomacia europea. Mazzini tenía el genio de la conspiración. Su gran aspiración era instaurar la república universal bajo la protección y el poder de las masonerías mundiales, dirigidas a su vez por un poder oculto.
No hubiera podido hacer nada sin la inteligencia tal vez más maquiavélica de Albert Pike. Palmerston había muerto en 1865 después de una carrera diplomática que su autoridad en la francmasonería había más que respaldado, sobre todo en su guerra disimulada contra el Papado y en sus maniobras contra Austria y Francia en favor de Prusia. Mazzini encontró entonces en los Estados Unidos el apoyo que le llevó a emprender con Pike la centralización de la masonería internacional por medio de una sociedad secreta, el Nuevo Paladismo. A su muerte en 1872, Albert Pike prosiguió la empresa. Nacido en Boston en 1809 y muerto en Washington en 1891, éste era un teúrgo luciferino; había primero ejercido su actividad bajo el rito escocés, del cual formó parte como Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de Charlestown. El Paladismo, superior a los Supremos Consejos, sociedad ultra-secreta, ocultada a los propios francmasones incluso de altos grados, se componía de “eméritos” que, según el procedimiento clásico, debían ejercer su influencia en el interior de las logias y difundir sus consignas. Pike fue miembro honorario de la mayor parte de los Supremos Consejos del mundo. Recibió tal dignidad del Supremo Consejo de Francia en 1889.
De este modo fue organizada la Alta Masonería Universal. A la muerte de Pike, en 1891, el supremo Directorio del Paladismo con sede en Charlestown supervisaba secretamente a las masonerías americanas, al Escocismo mundial; extendía sus ramificaciones invisibles al seno de la mayoría de las grandes obediencias. La cuestión es particularmente sensible para el Escocismo. En 1875, un tratado de “Alianza y Confederación” había sido firmado por un conjunto de Supremos Consejos con la adhesión del de Charlestown.
“La masonería escocesa, se dijo en el congreso de ese año, al obedecer a una misma ley se convierte en una fuerza inmensa... Parece tal vez encontrarse, por su organización universal, en condiciones de luchar ventajosamente contra el espíritu antiliberal que amenaza las conquistas legítimas de la sociedad humana” (Resumen oficial de los trabajos del Supremo Consejo de Francia, 1875).
Desde este momento, periódicamente tienen lugar Conferencias Internacionales de los Supremos Consejos, en los cuales el de Charlestown goza de los honores del primer rango.
En adelante, por una acción más centralizada, la masonería tenderá hacia el objetivo fundamental decidido de una vez por todas: el Gobierno Mundial (Contra-Iglesia), visible en las instituciones públicas internacionales, invisible en cuanto a su alta jerarquía.
Objetivo final, es cierto, pues hay otros intermedios. En Europa, había que destruir al Imperio Austro-húngaro, luego proceder por la guerra a una remodelación del continente más favorable a su unificación masónica al mismo tiempo que, bajo color de pacifismo, se comenzaría por crear una Sociedad de Naciones. Estos objetivos serían alcanzados en 1918.
Un gaullismo al pie de la letra
El diferendo de 1893-1894
Pero después de algunos años, parece que la misteriosa jurisdicción del Directorio Supremo, sospechado por algunos masones europeos, suscitó ciertas inquietudes hasta que se produjo un episodio al cual alude un documento pontificio. Después de la muerte de Pike (1891), el Directorio Supremo de la Alta Masonería se traslada desde Charlestown a Roma, bajo la autoridad del F.·. Adriano Lemmi (1894). Este traslado y esta sucesión predicen descontento en Europa y en todas partes. Hay dimisiones, revueltas, un cisma prontamente absorbido, pero que revelan el clima de oposición manifestado fuera de América. Entre 1865 y 1890, el resurgimiento del Rosacrucismo dio nacimiento a poderosas sociedades secretas que parecen resueltas a no dejarse subyugar, si bien dispuestas a entrar en la línea general del “sistema”: el Gobierno Mundial Sinárquico.
De aquí a discutir sobre el terreno político el predominio internacional de los Estados Unidos en el movimiento no hay más que un paso. Si se agrega a esta divergencia la concurrencia de los grandes grupos financieros de Londres y de Nueva York, grupos a los que se sabe tan íntimamente ligados a las sociedades secretas, se comprenden a la vez la razón, el origen, el desarrollo de las oposiciones que subsisten y se manifiestan hoy en la política internacional, oposiciones de las cuales el General de Gaulle se ha convertido en campeón.
Y ello es muy importante para la comprensión de lo que va a seguir.
Es en esta época que comienza el antagonismo entre los Estados Unidos de Europa y Federación europea, como lo testimonia un texto de Saint-Yves d’Alveydre: “¿Los Estados Unidos de Europa? Para los americanos, sí; para los europeos: no” (1890). ¿No es, por otra parte, en este año de 1894 que se ahonda el conflicto en el Paladismo, cuando fue decidida tras representaciones de la baja masonería la autonomía de la Gran Logia de Francia respecto al Supremo Consejo de Francia (alta masonería) en el seno del escocismo francés? ¿La masonería inglesa no se cierra también en una reserva que en el plano político se traduce por el rechazo de las pretensiones americanas? Un curioso texto de 1893 perteneciente a Andrew Carnegie en la primera edición de Democracia Triunfante, suprimido en las ediciones posteriores, dice así:
“El tiempo puede disipar gratas ilusiones y destruir muy nobles ensueños, pero no quebrará nunca mi convicción de que la herida causada por la separación inesperada e indeseable de la madre y el hijo sangrará siempre. Digan los hombres lo que quieran, yo afirmo que, así como antaño el sol ha brillado sobre Inglaterra y América unidos, llegará una mañana en que se levantará para reunir a los Estados Unidos, la Unión Anglo-Americana” (Cit. en The Secret Covernment of U. S., by Davidson Omaha, Nebraska, 1962, pág. 9).
La ruptura duró largo tiempo y terminó durante la última guerra. El sueño de Andrew Carnegie se realizó con la Unión Atlántica brillantemente descripta en Union Now, de Clarence Streit, miembro del famoso CFR (ver el Capítulo “The Establishment”).
Era necesario recordar este punto importante remitiéndolo a su punto de origen.
Rosacruces y Martinistas
Estas discrepancias han subsistido y se manifiestan hoy en las competiciones políticas y económicas que dominan la actividad mundial, intensificadas por los progresos técnicos y por la aparición del sovietismo, cuya paternidad precisamente pueden reivindicar las altas sociedades secretas. En una palabra, estas divergencias han pasado como elementos de hecho a la vida internacional. Entre las Altas Masonerías, en el interior del “Sistema” siguen siendo causas de luchas encarnizadas, principalmente motivadas por las pretensiones americanas. Mencionar brevemente los grupos que, a fines del siglo pasado, manifestaron estas oposiciones es absolutamente indispensable para la inteligencia de este estudio.
En 1865, el mismo año de la muerte de Palmerston, se funda en Inglaterra la “Societas Rosicruciana in Anglia” (Sociedad Rosacruciana en Inglaterra), de la cual el masón Cabalista Wegscott es el Mago Supremo. El resurgimiento del Rosacrucismo en la segunda mitad del siglo XIX tiene carácter determinante, pues esta tradición de los antiguos Rosacruces del siglo XVIII va a desempeñar en la Europa masónica y bajo distintas formas un papel concurrente con el Paladismo. El rosacrucismo tiene la particularidad de dar cabida a todo esoterismo, que asimila y dirige contra la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo. Su historiador Sédir nos dirá que todo está en ella desde el principio: la Gnosis, la Cábala, el maniqueísmo y su apelación constante a las teúrgias orientales. Es por ello que esta fecha inicial de 1865 nos parece importante.
Sobre todo en Francia, el espíritu rosacruciano subsiste, bajo una forma modernizada, en la tradición martinista, mientras que en Alemania el recuerdo de los iluminados de Weishaupt alienta a muchos francmasones. Es precisamente en los círculos martinistas que desde 1885 se destaca Saint-Y ves d’Alveydre, quien dos años después será el amigo de Gérard Encausse, llamado el Mago Papus. Saint-Yves d’Alveydre es considerado uno de los más reputados intérpretes de la Cábala, y su obra “L’Archéométre” está prologada por Papus, quien dice:
“Como sociólogo, Saint-Yves d’Alveydre ha consagrado la mayor parte de su vida a la defensa y a la difusión de una cierta forma de organización social: la Sinarquía”.
Entre Papus y Stanislas de Guaita, Saint-Yves d’Alveydre, nacido en 1849 y muerto en Pau en 1909, se consagró en efecto al esoterismo y la historia, pero a la historia encarada en la forma más extravagante posible, para elevar la Sinarquía al nivel de un régimen teocrático cuyos orígenes se remontarían a las más antiguas tradiciones. Sus obras: Misión de los Soberanos (1882), Misión de los Obreros (1882), Misión de los Judíos (1884), Misión de los Franceses (1887), Misión de la India (póstumo).
En 1888 aparecen otras dos sociedades rosacruces muy virulentas, unidas por lazos diferentes al primer tronco. En Inglaterra, los Golden Dawn (Alba dorada) animados por Gregor Mathews, a quien su mujer, hermana de Bergson, el filósofo de los modernistas, sirve de médium, mantienen estrechos vínculos con los iluminados de Alemania, notablemente, aunque no exclusivamente, con la “Stella Matutina”, sociedad luciferiana de las más cerradas.
En Francia, Stanislas de Guaita, autor del Ensayo de las Ciencias Malditas, amigo de Saint-Yves d’Alveydre, funda la “Orden Cabalista de la Rosa Cruz en 1888. La primera cámara de dirección incluía, además de él, a Josephin Péladan, quien más tarde fundará una sociedad rosacruz “cristiana y aun... católica”, Gérard Encausse (Papus), Maurice Barres, Augustin Chaboseau, Paul Adam, Julien Lejay, Charles Barlet, el doctor Lalande (Marc Haven), Yvon Leloup (Sédir), Georges Moutiers, Lucien Chamuel. Maurice Barres, amigo de Guaita, se retiró en seguida en razón de sus convicciones religiosas.
Tres años más tarde, en 1891, Papus renovaba la “Orden Martinista”. La Orden Cabalística de la Rosa Cruz se abrigaba desde entonces en un secreto impenetrable detrás de esta nueva creación que en 1898 contaba con noventa y cuatro logias en Europa, de las cuales veintisiete estaban en Francia. Había en América del Norte y del Sur una cantidad de diecinueve.
En esta época, otros grupos en Alemania se unen a los anteriores por lazos diversos. El más importante, con la Sociedad Antroposófica de Rudolf Steiner y sus rosacruces iluminados de los cuales se dice Emperador, será una creación de Teodoro Reuss y de Aleister Crowley: la “Orden del Templo de Oriente” (O.T.O., ordo templi orientis), en 1895. Teodor Reuss profesa un nuevo cristianismo adamita, es decir, del más repugnante naturalismo, agravado por los excesos de Aleister Crowley, salido de los Golden Dawn, satanista expulsado de todas partes a causa de la demasiada notoriedad de sus escándalos. Había algo de político en el grupo de Rudolf Steiner, y en el O.T.O. muchas pretensiones moralistas y educadoras del antroposofismo. Otro tanto ocurría con la famosa sociedad teosófica creada por la hermana .·. Annie Besant para vulgarizar en Occidente las misteriosas prácticas del hinduismo. Ella trabajaba con Nehru, muerto recientemente, y con Krishna Menon, dos vedettes de la política asiática. No creemos que todas estas sociedades tan diferentes en apariencia, a menudo opuestas, a veces anatematizándose la una a la otra, no tengan algún punto en común, algún lugar de encuentro. Por el contrario, hay dos que particularmente cumplen la función de relación: la una, de origen americano, realiza el aparato imaginado por Pike; ella ha desempeñado un papel extremadamente importante que se prolonga actualmente en las combinaciones políticas y los movimientos internacionales de unión mundial por el federalismo del planeta: es la “Hermetic Brotherhood of Light”. La otra, poco numerosa, trabajaba por la unión doctrinal de las diferentes concepciones místicas de las sectas, por su encuentro en la “Filosofía de la Unidad”, a fin de penetrar así en las masonerías, y por las masonerías en la masa de los “profanos”. Es la “Orden de Memphis”.
He aquí, pues, como desde esta época se cumple la tarea primordial inicial, ultrasecreta de la Sinarquía. Es, por ejemplo, en la Orden de Memphis que se encuentra entonces a Blavatsky y a Leadbeater (Teosofía), a Spencer Lewis (Antroposofía), Teodoro Reuss (O.T.O.), dignatarios de la H. B. of L., ocultistas franceses, por añadidura martinistas. Y aquí, volveremos a encontrar el hilo de la Sinarquía exterior, que sobre todo a través del martinismo tomará en Europa la forma que le conocemos.
Aparición de la misteriosa Sinarquía
Es a través de sus logias que se propaga el complot sinárquico. Conocemos sus doctrinas por las obras de Saint-Yves d’Alveydre, retomadas en los dos documentos que todavía hoy inspiran a nuestros tecnócratas, nuestros iluminados mundialistas: el Pacto Sinárquico (1935), y el Esquema del Arquetipo Social, que le es contemporáneo . Saint-Yves d’Alveydre indica también el procedimiento de la transmisión de la doctrina y del plan esotérico que la corona. Sus obras fueron, en efecto, publicadas para la vulgarización del espíritu sinárquico en ciertos ambientes, y no dan sino vistas generales, un panorama confuso. Pero esta “desocultización” parcial del Sistema aparece más precisa, sistematizada al extremo, en el Pacto Sinárquico, mientras que la parte oculta se refleja en el Esquema del Arquetipo Social. Se ha explicado en la Introducción a la Misión de los Judíos:
“He dado ya testimonio en dos obras precedentes y en ésta. Lo demás, en manos seguras en numerosos países, está a cubierto de golpes que por lo tanto no impedirán nada de lo que debe cumplirse”.
“Esto que reservo como esoterismo en mis obras, no será librado más que en la primera cámara indicada en mis dos libros anteriores”.
Lo repite otra vez:
“Toda la parte esotérica de la cual he hablado en el prefacio está reservada en lugares seguros, y será dada a la primera Cámara de la Sinarquía europea”.
Sin duda, la difusión progresiva de ciertos principios de unión europea o de transformaciones sociales planificadoras bajo la cubertura del humanismo no constituyen por sí ningún misterio. Hicieron escuela desde la muerte de Saint-Yves d’Alveydre con las décadas de Pontigny creadas en 1910. Se manifestaron más netamente acusadas, sostenidas orgánicamente cuando en 1922 el “movimiento sinárquico europeo” comenzó, bajo el impulso de Coudenhove-Kalergi. Pero la Orden Martinista no por ello dejaba de dominar secretamente el verdadero fondo masónico y aun iniciático de la Sinarquía. Después de la muerte de Papus, la orden se escindió en dos: la orden tradicional, si así se puede decir, que quedó aparentemente fuera del movimiento, mientras que la Orden Martinista y Sinárquica bajo el maestrazgo de Víctor Blanchard, compañero de Papus, Gran Maestro de Memphis-, alto funcionario de la Cámara de Diputados, trabajaba en el exterior, en el mundo profano, conservando el depósito oculto, como lo había indicado Saint-Yves d’Alveydre:
“Si se dejara en manos de masones y papanatas el plan arquitectural y su ejecución, jamás se levantaría el monumento” (Misión de los Judíos).
Muertes misteriosas
La Orden Martinista y Sinárquica que actualmente tiene su sede en Gran Bretaña y en el Commonwealth, al decir de Philippe Encausse, el hijo de Papus (La Tour Saint-Jacques, trimestres 2-3-4 1960), parece haberse expatriado a Inglaterra en el momento de la ocupación de Francia en 1940.
En esta época, la prensa ha dado cuenta de diversos episodios que conviene recordar.
El 25 de setiembre de 1941, el Pacto Sinárquico fue descubierto en Lyon, en una logia de la Orden Martinista (la primera rama del martinismo regular y tradicional) bajo el gran maestrazgo de Chevillon.
Después, dos muertes sucesivas y misteriosas fueron notadas. El 23 de abril de 1941, el secretario de Jean Coutrot, jefe visible de tantos organismos presinárquicos, moría súbitamente en Bretaña y sus papeles personales desaparecían poco después de una mudanza de su madre (según “Los Tecnócratas y la Sinarquía”, de Henry Coston).
El 19 de mayo de 1941 llegó el tumo a Jean Coutrot. No se sabe bien si fue encontrado muerto en su lecho o si fue recogido agonizante en la vereda de su domicilio; si se trata de un suicidio o de un asesinato (id.)
Por fin, el 24 de marzo de 1944, Constant Chevillon, misteriosamente sustraído de su domicilio, fue encontrado algunas horas después muerto de un balazo en la nuca.
Pero la empresa excedía a los hombres y a un país. En una primera parte echaremos sobre ella una visión de conjunto. En la segunda estudiaremos el objetivo oculto.