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Semblanza. Pintor, Soldado, Führer

 

Salvador Borrego E.

Semblanza. Pintor, Soldado, Führer - Salvador Borrego E.

296 páginas
medidas: 14,5 x 20 cm.
Ediciones Sieghels
2020
, Argentina
tapa: blanda, color, plastificado,
 Precio para Argentina: 750 pesos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ian Kershaw, al escribir su biografía sobre Hitler afirma que “el material escrito sobre el mismo tema asciende a 120,000 trabajos”. Nada parecido ocurre con los “Tres Grandes”, Churchill, Roosevelt y Stalin, pese a que fueron los victoriosos.
¿Por qué se habla tanto de Hitler? Tal vez porque el público lo pide. Tal vez porque no se le ha dicho toda la verdad. Tal vez porque persisten contradicciones y porque la propaganda —que estaba justificada en la guerra— ya no lo está durante la paz.
El capitán inglés Liddell Hart había anhelado, naturalmente, el triunfo de Inglaterra. Sin embargo, y a pesar de que aún había un ambiente de pasiones populares, tuvo la suficiente objetividad para consignar que Hitler no había querido la guerra con la Gran Bretaña; que su objetivo era liquidar “la amenaza comunista de la URSS”; que los prisioneros aliados fueron bien tratados y que los ejércitos británicos derrotados en 1940 pudieron escapar de Dunkerque debido a que Hitler los dejó escapar, con la esperanza de que Inglaterra accediera a hacer la paz. Siendo uno de los máximos especialistas en estrategia militar, Hart escribe: “Hitler estuvo muy lejos de ser un estratega estúpido. Más bien dicho, fue uno y muy brillante, y adoleció de las faltas naturales que acompañan a la brillantez.
Invariablemente se elude reseñar con veracidad cómo se fue dando el origen y el desarrollo de la guerra. Ocultando que Hitler invadió Polonia el 1º de septiembre de 1939 para ganar frontera con la URSS y luego liquidar al comunismo, que mediante su Revolución Mundial amenazaba desde luego a Europa. Se soslaya que tres días después de esa fecha, los Imperios inglés y francés le declararon la guerra a Alemania, con el pretexto de defender a Polonia, pero en realidad para salvar a la URSS, pues Polonia fue abandonada al dominio marxista. Que en ese momento no existía absolutamente ningún problema real entre Alemania y los Imperios occidentales que ameritara la guerra. Que reiteradamente Hitler ofreció la paz y fue rechazada, incluso a Hess —jefe del Partido Nazi— que voló a Inglaterra antes del ataque a la URSS. Que Roosevelt y Wall Street nunca fueron neutrales, pues enviaban armas a Churchill y Stalin. Roosevelt llamaba “tío Joe” a Stalin, y a la URSS la llamaba “democracia”.
Tantos años después, aun se sigue hurgando en Hitler y en la guerra, pero con el propósito de ocultar o deformar que existió una Tercera Posición ideológica-política-económica, que tuvo éxito, y que por lo mismo es vilipendiada y prohibida por decreto a fin de que en el orbe sólo sean válidas las derechas del gran capital o las izquierdas del odio de clases.
Aquella Tercera Posición planteó que para que una nación prospere necesita libertarse de la sujeción económica usurera. También señalaba que los préstamos extranjeros hunden, en vez de ayudar, porque someten a los países endeudados.
A la vez demostraba que la Economía no es un ente al cual tenga que servir el pueblo, sino un instrumento para el progreso nacional. Ese ente no tiene una existencia propia —como las estaciones del año o la fuerza de gravedad—, sino que es manipulada por especuladores que se esconden detrás de terminajos presuntamente científicos.
Asimismo, señalaba que el Estado tiene la prioridad de dar pleno empleo realizando obras productivas, cuyo rendimiento respalde luego al dinero emitido, sin necesidad de préstamos externos.
Haciendo un repaso de la historia de Hitler, tanto en sus facetas de pintor, como la de soldado y Führer, Salvador Borrego logra ubicarlo en su sitio en la Historia Universal y explicar sus acciones como político, como militar y como hombre.

 

ÍNDICE

 

Prólogo fallido9
I.- 120,000 escritos sobre una misma persona... ¿Por qué?11
Muchos escriben porque otros quieren leer11
“Metodo barato de falsa investigación”13
“Definiciones simples no son suficientes”14
“Inapropiado para ser Jefe de Estado”15
Burleigh anuncia una “pasmosa investigación”16
“¿Por qué? ¿Por qué?” Se pregunta Kershaw18
Cierto proceso viciado de origen21
Los vencedores no han cumplido sus promesas22
II.- “¿De dónde salió ese?”27
Desde la niñez hasta el árbol genealógico27
Flor que para ella no significaba nada32
5 años de miseria y de calamidad34
Virajes del destino: ¡Pintor, no! Soldado36
III.- La guerra iba mal, y a retaguardia surgen los “soviets” (1918 - 1933)43
Hacia una dictadura marxista-leninista43
El ejército hacía investigaciones45
¿Cómo se origina el “antisemitismo”?48
Volver a empezar, pero sin derecho a hablar50
La ruta al poder seguía bloqueada 51
Recursos de la propaganda53
IV.- En 8 meses, creación de 2 millones y cuarto de nuevos empleos (1933)55
Economía al servicio del pueblo, no a la inversa55
Unificar esfuerzos con una meta común57
Unión de clases sociales para lograr un mismo fin58
Reconciliación con derechos iguales59
Economía y moral se deben complementar59
Buena noticia el día 14 de octubre64
Cómo ve aquello un historiador actual 64
Ni pedir prestado ni hacer devaluaciones66
V.- Vasto resurgimiento, pero luego un sismo amenazó con arrasar todo (1934)71
Logros a sólo un año de distancia71
Al mismo tiempo, una amenaza mortal 73
El triunfo de la voluntad77
VI.- Alemania, todavía desarmada, hace un llamado para el desarme general (1935)79
El Sarre vuelve al seno de Alemania79
La economía liberal y la nacional-socialista81
Exhortación para un desarme general83
Pueden haberse reído en Londres y Washington87
VII.- Algunos biógrafos insultan, se contradicen y confunden al lector ( 1936)89
Cotejar con lupa a los biógrafos89
Otro tema de contradicciones92
Gran Actividad en Este 1936. Soldados alemanes en suelo alemán95
“Puente aéreo” para ayudar a España96
Las Olimpiadas de Berlín la inevitable propaganda97
VIII.- Austria y los Sudetes se incorporaron a Alemania ( 1937 - 1938)101
Exposición acerca de Alemania y Europa101
Lo religioso como elemento de propaganda103
Actividades diplomáticas e iniciación del rearme104
Ya existía un cerco no era nada amistoso105
Se agrava en 1938 la crisis de Austria107
En los Sudetes: ¿porque nosotros no?110
IX.- El poder de la prensa empuja hacia la guerra (1939)115
Dos efectos de la “noche de cristal”115
“Sin la propaganda judía habrá mutua comprensión”116
Reclamaciones de Roosevelt a Hitler117
Minas de tiempo dejadas en Polonia desde 1920121
Hitler habla del odio hacia Alemania123
Si rechazan la paz ¿qué procede hacer?124
Fricciones con el Estado Mayor General125
X.- Lo que no logró el Káiser en 4 años lo consiguió “el cabo” en 42 días ( 1940)129
Un país, sólo, no hace una “guerra mundial”129
7 meses de sólo guerra teórica130
Grandes aprestos en los dos bandos130
Terror sobre la población civil135
Gira de Hitler, pero sin resultados137
Delicadísimo tema histórico140
Pugna entre dos mundos144
XI.- En su verdadera meta (1941)147
La cabeza del Imperio moscovita147
Hitler tuvo muchos problemas imprevistos148
En Rusia sería una guerra muy diferente150
El día 22 de junio se iluminó de fuego150
Perjudicial cambio al plan Barbarroja152
Cómo vivía Hitler en su Cuartel General154
4.5’ millones de bajas soviéticas157
Roosevelt, preocupado por la suerte de Stalin160
Hitler comenta la guerra de Roosevelt160
“Orden del día al Ejército”161
Los soviéticos dicen: “Leningrado era la clave”161
XII.- “El minuto perdido, ni la eternidad lo devuelve” (1942 )165
Los “erizos” luchan y logran sobrevivir165
La Wehrmacht vuelve a dar golpes167
Restablecimiento de su plan Barbarroja168
Fricciones con los Estados Mayores169
Escasos momentos de vida personal171
La esperanza de las armas secretas172
Preocupación en los dos bandos173
Anotó secretos y huyó a dárselos al enemigo174
Ideas que repetía con frecuencia176
Mejoras en los nuevos tanques177
XIII.- Sólo armas fuera de lo común serían decisivas (1943)179
Un mes más de agonía para el 6o Ejército179
Arsenales de Stalin en Estados Unidos182
La veta de artista lo volvió a traicionar183
¿Dónde era posible matar más alemanes?186
En números, la derrota alemana era ya visible188
Así, toda hazaña resulta fácil191
Tres fuerzas del mundo, unidas191
Discusión con varios de sus generales193
Raras evaluaciones de los biógrafos194
XIV.- “Reasumiremos la ofensiva y volverá a brillar el sol” (1944)195
“Punto crítico durante este año”195
Hitler se mostraba seguro del triunfo197
Tres frentes y ya amenazaba otro198
La invasión, oportunidad para un gran triunfo199
Pese a todo, la invasión podía ser vencida201
Merecedores de un inmenso monumento202
Se restableció el frente occidental 203
El inglés, solo, quiso ganar y no pudo 204
El grave retraso de las nuevas armas204
Uno por uno no sería problema205
Situación muy crítica; ¿dónde estaba la falla? 206
Inexplicable “omisión” de altos personajes 207
XV.- Cinco meses más luchando contra el destino (de enero a abril 1945)209
Federico el Grande y la voluntad209
Siguiendo los pasos de Federico “El Grande”211
Stalin afianza su “democracia”214
Polonia llora bajo los soviets217
Algunas noticias aún eran favorables217
Churchill visita ciudades en ruinas220
Sin avisar, Eva Braun llega a la Cancillería221
“El 12° Ejército ya no existe”224
El testamento personal226
Del testamento sobre política227
Despedida a las fuerzas armadas229
XVI.- Desnazificación ( 1945 - 2006)231
A cadáveres nazis no se les da tumba231
¿Qué significaba la rendición incondicional?233
Desnazificación a nivel internacional234
Bibliografía237

Prólogo fallido

 

Muy Estimado Amigo Dn. Salvador Borrego:
Anoche terminé de leer la copia de su libro que monopolizó mi atención durante 4 días. Es sumamente original; aporta centenas de datos (muy bien clasificados) acerca de Hitler y de la Guerra, con numerosos testigos de cargo y muy pocos de descargo. También hay fiscales y jueces, pero Hitler no tiene abogados defensores, ni siquiera el de Oficio. Deja Ud. que se defienda solo.
Sin embargo —y dispénseme—, me siento obligado a pedirle que me releve del encargo de hacerle un prólogo. En Europa ya existe, aunque arbitrariamente, el “delito de opinión”. Temo que en México se implante en breve. Ligado en cierta forma a su libro, me atraería dificultades, aun entre personas que no difieran de nuestras ideas.
Deseo vivamente que ud. no tenga dificultades con esa nueva aportación a la Historia. Se lo deseo de to­do corazón. Compréndame y siga considerándome su ami­go que lo aprecia y le desea todo bien.
P.D.- Me parece que la alusión que Ud. hace a los ferrocarriles mexicanos en el Cap. IV esté fuera del tema.
(Por razones obvias se omite nombre y dirección del remitente).

I.- 120,000 escritos sobre una misma persona... ¿Por qué?

 

Muchos escriben porque otros quieren leer

En febrero del año actual (2005) Michael Burleigh presentó su obra “El Tercer Reich” y dice que tan sólo uno de sus capítulos se basó en la consulta de 550 títulos.
Otro biógrafo, Ian Kershaw, publicó en 1998 su libro “Hitler” y afirma que “el material escrito sobre el mismo tema asciende a 120,000 trabajos”. Sin embargo, advierte que sólo hay “un puñado de biografías que sean completas y serias y que alcancen nivel académico.”
Además de lo escrito hay cientos de películas actuadas y quizá miles de “documentales” más o menos manipulados.
Nada parecido ocurre con los “Tres Grandes”, Churchill, Roosevelt y Stalin, pese a que fueron los victoriosos. Este contradictorio fenómeno no ha sido aclarado por los miles de historiadores y politólogos que han abordado el tema.
¿Por qué se habla tanto de Hitler? Tal vez porque el público lo pide. Tal vez porque no se le ha dicho toda la verdad. Tal vez porque persisten contradicciones y porque la propaganda —que estaba justificada en la guerra— ya no lo está durante la paz.
Una de las características de tantos biógrafos es que todos buscan un nuevo ángulo contra Hitler, sin que los 60 años transcurridos desde su muerte den una mayor dosis de objetividad histórica.
LIDDELL HART.- El caso de este historiador oficial inglés es insólito, pues tan pronto como se disparó el último tiro de la Segunda Guerra Mundial se trasladó a Alemania para investigar lo ocurrido en el frente enemigo, y escribió dos tomos acerca de Hitler y la guerra, con un total de 804 páginas. Al primero le llamó, en inglés, “The Other Side of the Hill” (Del Otro Lado de la Colina).
El capitán Liddell Hart había anhelado, naturalmente, el triunfo de Inglaterra. Sin embargo, y a pesar de que aún había un ambiente de pasiones populares, tuvo la suficiente objetividad para consignar que Hitler no había querido la guerra con la Gran Bretaña; que su objetivo era liquidar “la amenaza comunista de la URSS”; que los prisioneros aliados fueron bien tratados y que los ejércitos británicos derrotados en 1940 pudieron escapar de Dunkerque debido a que Hitler los dejó escapar, con la esperanza de que Inglaterra accediera a hacer la paz.
Hart escribe: “Todos los desastres del Ejército alemán fueron atribuidos a Hitler, y todos sus éxitos fueron acreditados a su Estado Mayor General. Ese punto de vista no es correcto, aunque hay algo de verdad en ello. Hitler estuvo muy lejos de ser un estratega estúpido. Más bien dicho, fue uno y muy brillante, y adoleció de las faltas naturales que acompañan a la brillantez.
“Tenía un profundo y sutil sentido de la sorpresa, y era un maestro en el aspecto psicológico de la estrategia, el cual desarrolló grandemente. Mucho antes de la guerra había descrito a sus asociados cómo iba a ser ejecutada la captura de Noruega, y cómo podían ser maniobrados los franceses fuera de la Línea Maginot.”
“La intuición estratégica de Hitler —dice Hart— y el cálculo estratégico del Estado Mayor General eran una combinación que pudo haber conquistado todo. En su lugar produjeron un cisma suicida que vino a ser la salvación de sus enemigos.” (Pag. 14).
Este historiador militar británico considera que Alemania estuvo, en varias ocasiones, a punto de ganar la guerra. Refiere que “Hitler fue el primero en llegar a la conclusión de que en Normandía era el lugar más probable para la invasión aliada... Es más extraño que los generales alemanes fallaron en hacer la deducción correcta que como Hitler lo hizo. En este caso no era asunto de intuición, sino que de una deducción razonable.” (Pag 372, 373).
Hart dio a conocer sus investigaciones apenas tres años después de terminada la guerra, y rápidamente fueron surgiendo otros autores sobre el mismo tema. El mundo estaba ansioso de conocer más detalles acerca de la terrible Guerra Mundial, y a la vez, de saber más sobre ese hombre (Hitler) que había surgido de la nada, inexplicablemente, para hacer de la Alemania vencida en 1918, y destrozada hasta enero de 1933, una gran potencia en sólo tres años.
En 1955, diez años después de terminada la guerra, ya se habían publicado cientos de títulos referentes a Hitler y la contienda mundial. En su inmensa mayoría—por no decir todos— eran adversos a Hitler.

(continua)